miércoles, 19 de agosto de 2009

UNA PEQUEÑA ELECCION

Lectura: Josué 24:15-24.
“Escogeos hoy a quién sirváis… pero yo y mi casa serviremos a Jehová” Josué 24:15
Cuando era niño, mi padre a menudo tocaba el violín en la orquesta sinfónica local. Su joven talento en ciernes continuó mejorando hasta la secundaria.
Luego un día decidió unirse a sus amigos en una travesura inofensiva. Mientras corrían por los corredores de la escuela, salieron por una puerta y mi papá se apresuró a seguirles. La puerta se cerró justo cuando él llegó a ella. Su mano izquierda destrozó el vidrio de la puerta cortándole los tendones de tres dedos. Todo lo que los doctores pudieron hacer fue anudar los tendones, con lo cual los dedos de mi padre quedaron inutilizados y el violín quedó fuera de su vida para siempre.
Me pregunto cómo habría podido ser la vida de mi papá distinta si no hubiese hecho esa pequeña elección. Los «qué-hubiese-pasado-si» tienen una utilidad dudosa: siempre podemos cuestionarnos a posteriori. Pero no podemos subestimar el impacto de nuestras elecciones. Una elección puede producir consecuencias para toda la vida, ya sea para bien o para mal.
El consejo de Josué es un buen punto de partida. «Escogeos hoy a quién sirváis -le dijo a Israel-. Pero yo y mi casa serviremos a Jehová» (Josué 24:15).
Servir a Dios no siempre será la elección fácil. Pero es una elección que conlleva el tipo de consecuencia con la que podemos vivir.
Lo que serás mañana depende de las elecciones que hagas hoy.

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