Lectura: 1 Corintios 10:1-11.
“Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y… para amonestarnos” 1 Corintios 10:11
Ahora que tengo nietos he regresado a las clásicas historias bíblicas para niños. ¡Asombrosas historias como las de David y Goliat, el arca de Noé y Jonás y el gran pez rápidamente capturan la imaginación de un niño!
Pero aquí hay un peligro, no en las historias mismas sino más bien en nuestra actitud hacia ellas. Si las vemos simplemente como historias para niños, algo así como los cuentos de hadas de la Biblia de los hermanos Grimm, entonces no hemos logrado entender en absoluto de qué tratan estos relatos.
Las historias de la Biblia jamás se escribieron para que las superemos. ¡Hay profundas lecciones a aprender en los sorprendentes relatos de aquellos que se enfrentaron a gigantes, diluvios y peces!
Cientos de años después del hecho, el apóstol Pablo explicó que las cosas que les sucedieron a Moisés y los israelitas mientras deambulaban por el desierto «les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos» (1 Corintios 10:11). Estas historias hablan de nosotros.
Reflejan las tensiones que enfrentamos a diario cuando también buscamos aplicar la voluntad y la forma de trabajar de Dios a las realidades de nuestra vida. Nos enseñan la traición del pecado, nuestra desesperada necesidad de confiar en Dios de manera absoluta, y la importancia de mantenernos fieles y leales a Él sin importar lo que suceda.
No ignores las historias antiguas. Podrías sorprenderte de lo que Dios quiere enseñarte por medio de ellas.
Las historias del pasado pueden ser nuestros indicadores para el presente.
“Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y… para amonestarnos” 1 Corintios 10:11
Ahora que tengo nietos he regresado a las clásicas historias bíblicas para niños. ¡Asombrosas historias como las de David y Goliat, el arca de Noé y Jonás y el gran pez rápidamente capturan la imaginación de un niño!
Pero aquí hay un peligro, no en las historias mismas sino más bien en nuestra actitud hacia ellas. Si las vemos simplemente como historias para niños, algo así como los cuentos de hadas de la Biblia de los hermanos Grimm, entonces no hemos logrado entender en absoluto de qué tratan estos relatos.
Las historias de la Biblia jamás se escribieron para que las superemos. ¡Hay profundas lecciones a aprender en los sorprendentes relatos de aquellos que se enfrentaron a gigantes, diluvios y peces!
Cientos de años después del hecho, el apóstol Pablo explicó que las cosas que les sucedieron a Moisés y los israelitas mientras deambulaban por el desierto «les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos» (1 Corintios 10:11). Estas historias hablan de nosotros.
Reflejan las tensiones que enfrentamos a diario cuando también buscamos aplicar la voluntad y la forma de trabajar de Dios a las realidades de nuestra vida. Nos enseñan la traición del pecado, nuestra desesperada necesidad de confiar en Dios de manera absoluta, y la importancia de mantenernos fieles y leales a Él sin importar lo que suceda.
No ignores las historias antiguas. Podrías sorprenderte de lo que Dios quiere enseñarte por medio de ellas.
Las historias del pasado pueden ser nuestros indicadores para el presente.
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