domingo, 19 de julio de 2009

ELEFANTES ABAJO

Lectura: Jonás 4.
“Al séptimo día reposarás, para que descanse tu buey y tu asno” Éxodo 23:12
Cuando las tormentas de la estación de lluvias causaron inundaciones en una reserva natural en Tailandia, siete crías de elefante se convirtieron en víctimas insólitas. Al tratar de vadear un río en su acostumbrado lugar de cruce, peligrosas corrientes las arrastraron hasta caer por una catarata de casi 90 metros. Los defensores de la vida salvaje dijeron que se pudo evitar esa pérdida. Un portavoz de la Fundación de Vida Silvestre de Tailandia se quejó de que las barreras protectoras que se habían construido en el cruce donde otros cuatro elefantes jóvenes habían muerto anteriormente, eran inútiles.
Mucho antes que los derechos de los animales se convirtieran en un problema global, la historia de Jonás muestra la atención que nuestro Creador le pone a todas Sus criaturas. Cuando termina la historia, el Señor expresa preocupación no sólo por los ciudadanos de Nínive sino también por su ganado (Jonás 4:11). Y anteriormente, Dios le dio a Moisés leyes que otorgaban cierta protección incluso a los animales (Éxodo 23:4-5, 12).
Aunque sólo los humanos están hechos a la imagen de Dios, la historia de Jonás y otros textos bíblicos muestran una conexión entre el cuidado de personas y animales. Si Dios cuida incluso del ganado, ¿cómo podemos ignorar la necesidad de cualquier persona por quien murió Su Hijo?
Dios cuida de nosotros y nos llama a cuidar de Su creación.

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