lunes, 25 de mayo de 2009

CONSTRUYENDO PUETES

Lectura: Hechos 9:17-27.
"Entonces Bernabé, tomándole, lo trajo a los apóstoles" Hechos 9:27
Un nuevo creyente recientemente vino a nuestro servicio de adoración. Tenía el cabello largo, multicolor y en puntas. Estaba vestido con ropas oscuras y tenía muchos pendientes y tatuajes. Algunos se quedaron boquiabiertos y otros simplemente le dieron esa sonrisa de "qué bueno verte en la iglesia pero, por favor, no te sientes a mi lado". Sin embargo, hubo algunos durante los saludos que se acercaron para darle la bienvenida y aceptarle. Eran constructores de puentes.
Bernabé fue ese constructor de puentes para Saulo (también llamado Pablo). Cuando Saulo llegó a Jerusalén tres años después de su conversión, muchos discípulos estaban temerosos de él y dudaban de su transformación (Hechos 9:26). No tuvo un cálido recibimiento del comité de bienvenida de la iglesia de Jerusalén por buenas razones. ¡Saulo tenía una terrible reputación de perseguir a los cristianos! Pero Bernabé, un judío convertido, creyó en la obra de gracia de Dios en la vida de Saulo y se convirtió en un puente entre él y los apóstoles (v. 27).
Saulo necesitaba a alguien que estuviera a su lado para alentarle y enseñarle, y presentarle a los demás creyentes. Bernabé fue ese puente. Como resultado de ello, Saulo entró en una comunión más profunda con los discípulos en Jerusalén y pudo predicar el Evangelio allí con libertad y osadía.
Los nuevos creyentes necesitan a un Bernabé en sus vidas. Encuentra maneras en las que puedas ser un puente en las vidas de los demás.
Sé un puente de aliento para alguien hoy.

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