Despreciado y desechado entre los hombres,
Experimentado en quebranto, varón de dolores,
Fue herido y molido por nuestros pecados,
Y por su llaga fuimos nosotros curados.
Habiendo Él orado por sus transgresores
Como oveja fue llevado delante de sus trasquiladores
Por cárcel y por juicio fue enfrentado,
Y de la tierra de los vivientes fue quitado
Aunque no hizo maldad fue maltratado,
Aún por sus amigos fue negado
Por nuestra paz sin compasión fue azotado,
Censurado y de sus vestidos despojado.
Habiendo entregado su vida en expiación,
Quedará satisfecho al ver el fruto de su aflicción.
Por su conocimiento justificará y dará la redención,
A muchos que le hirieron,
aún sabiendo que era el salvador.
Nos permite por su sangre, ser libres del rencor,
Del pecado, de la muerte, la amargura y el dolor.
Patricia J. Olivera Costilla.
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