“Conságralos a ti mismo por medio de la verdad; tu palabra es la verdad” Juan 17:17.
Feliz es aquel quien manifiesta la verdad en sí mismo, no en señales y palabras que se disipan, pero en lo que es realmente. Nuestras opiniones y nuestros sentidos frecuentemente nos engañan y nosotros discernimos muy poco tales cosas.
De qué sirve tener discusiones de asuntos intrincados y obscuros cuando en el día final seremos juzgados por otras cosas? Pero, la verdad es la Palabra de Dios y hoy necesito buscarla y seguirla, porque en la verdad de Dios yo mismo llego a ser santificado o consagrado al Señor. Tenemos a ojos y a veces no vemos la verdad que está delante de nuestros ojos.
De qué sirven las múltiples preguntas de la Filosofía, si cuando me acerco a la Palabra de Verdad sólo lo hago para teorizar y no para seguir la verdad? En la Palabra de Dios están contenidas todas las respuestas que la filosofía pueda hacer o que surgen de mi corazón entenebrecido. Pero sobre todo, no son las respuestas que puedo hallar en la Palabra de Dios, es que a través de ella yo puedo escuchar a Dios mismo que me habla. Sin su Palabra ningún hombre comprende o juzga rectamente.
A través de su Palabra Dios llega a todo y traza todas las cosas y ve todas las cosas y sólo él puede mitigar la sed del corazón humano y dar descanso y paz a la vida atribulada.
El Señor a través de su verdad me hace uno con él en un amor perpetuo. A veces me canso de todo lo que leo u oigo en este mundo en el cual me desenvuelvo, más cuando llego a la Palabra de verdad del Señor, entonces él disipa mi cansancio y reanima mi alma. Ante su Palabra de verdad hasta el más simple de corazón llega a entender las profundidades de Dios, porque recibe luz y conocimiento desde el mismo cielo.
El puro y simple no llega a ser distraído por sus muchos quehaceres, porque cuando se acerca a la verdad de Dios, él llega a hacer todo para la honra de Dios, disfruta de paz interna y no busca ningún fin egoísta. Finalmente quién se acerca a la Palabra de verdad llega a obtener el verdadero conocimiento de su personalidad en una trayectoria más segura porque es dada por Dios. Hoy seguiré la verdad.
Señor, Gracias por darme tu verdad. Hoy quiero seguir esa verdad en medio de un mundo saturado de mentiras. Tu Palabra me llena y me santifica. Amén.
Feliz es aquel quien manifiesta la verdad en sí mismo, no en señales y palabras que se disipan, pero en lo que es realmente. Nuestras opiniones y nuestros sentidos frecuentemente nos engañan y nosotros discernimos muy poco tales cosas.
De qué sirve tener discusiones de asuntos intrincados y obscuros cuando en el día final seremos juzgados por otras cosas? Pero, la verdad es la Palabra de Dios y hoy necesito buscarla y seguirla, porque en la verdad de Dios yo mismo llego a ser santificado o consagrado al Señor. Tenemos a ojos y a veces no vemos la verdad que está delante de nuestros ojos.
De qué sirven las múltiples preguntas de la Filosofía, si cuando me acerco a la Palabra de Verdad sólo lo hago para teorizar y no para seguir la verdad? En la Palabra de Dios están contenidas todas las respuestas que la filosofía pueda hacer o que surgen de mi corazón entenebrecido. Pero sobre todo, no son las respuestas que puedo hallar en la Palabra de Dios, es que a través de ella yo puedo escuchar a Dios mismo que me habla. Sin su Palabra ningún hombre comprende o juzga rectamente.
A través de su Palabra Dios llega a todo y traza todas las cosas y ve todas las cosas y sólo él puede mitigar la sed del corazón humano y dar descanso y paz a la vida atribulada.
El Señor a través de su verdad me hace uno con él en un amor perpetuo. A veces me canso de todo lo que leo u oigo en este mundo en el cual me desenvuelvo, más cuando llego a la Palabra de verdad del Señor, entonces él disipa mi cansancio y reanima mi alma. Ante su Palabra de verdad hasta el más simple de corazón llega a entender las profundidades de Dios, porque recibe luz y conocimiento desde el mismo cielo.
El puro y simple no llega a ser distraído por sus muchos quehaceres, porque cuando se acerca a la verdad de Dios, él llega a hacer todo para la honra de Dios, disfruta de paz interna y no busca ningún fin egoísta. Finalmente quién se acerca a la Palabra de verdad llega a obtener el verdadero conocimiento de su personalidad en una trayectoria más segura porque es dada por Dios. Hoy seguiré la verdad.
Señor, Gracias por darme tu verdad. Hoy quiero seguir esa verdad en medio de un mundo saturado de mentiras. Tu Palabra me llena y me santifica. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario