martes, 24 de marzo de 2009

CABALLO LOCO

Lectura: 1 Samuel 7:3-12
Tomó luego Samuel una piedra… y le puso por nombre Eben-ezer, diciendo: hasta aquí nos ayudó Jehová. —1 Samuel 7:12
En 1876, el líder de los Sioux Caballo Loco unió fuerzas con Toro Sentado para derrotar al General Custer y su ejército en el sitio de Little Bighorn. Pero no mucho tiempo después, el hambre hizo que Caballo Loco se rindiera a las tropas de los Estados Unidos. Le mataron cuando estaba tratando de escapar. A pesar de este triste final que tuvo su vida, Caballo Loco se convirtió en un símbolo del liderazgo heroico de un pueblo amenazado.
Hoy en día, en las Colinas Negras de Dakota del Sur, se le conmemora con un monumento tallado en una montaña —el monumento a la memoria de Caballo Loco. Cuando quede terminado, medirá 192 metros de largo por 169 de alto. Mostrará a Caballo Loco sobre un caballo a galope, indicando el camino a su pueblo.
Miles de años atrás, el profeta Samuel usó una piedra conmemorativa mucho más pequeña de una manera significativa. En medio de una batalla crucial con los filisteos, el profeta clamó a Dios pidiendo ayuda para Israel. El Señor contestó su oración (1 Samuel 7:10). Como muestra de gratitud, Samuel levantó una piedra «y le puso por nombre Eben-ezer, diciendo: hasta aquí nos ayudó Jehová» (v. 12).
Samuel ha establecido un ejemplo para nuestro peregrinaje espiritual. Nosotros también podemos hacer uso de recordatorios tangibles de la fidelidad de Dios para ayudarnos a adorarle y servirle. Bueno es recordar que «hasta aquí nos ayudó Jehová».
La gratitud es la memoria de un corazón contento.

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