viernes, 13 de febrero de 2009

PRODUCE PERLAS

En la parte interna de la concha de la ostra se encuentra una sustancia lustrosa llamada nácar. Cuando un grano de arena penetra, las células del Nácar comienzan a trabajar y cubren el grano de arena con capas y más capas, para proteger el cuerpo indefenso de la Ostra.

Las Perlas son productos del dolor; resultados de la entrada de una sustancia extraña o indeseable en el interior de la ostra, como un parásito o un grano de arena.

Como resultado, una linda perla se va formando. Una Ostra que no fue herida, de algún modo, no produce perlas, pues las perlas son heridas cicatrizadas… Las perlas son heridas y curadas!!

Te has sentido herido por el engaño y rechazo de alguien que tu en verdad amabas…?
Te has sentido herido por palabras crueles o duras de alguien?
Tus ideas ya fueron rechazadas o mal interpretadas?
Ya sufriste los duros golpes del prejuicio?
Ya recibiste el intercambio de la indiferencia?

“Entonces produce una perla”

Cubre tus heridas con varias capas de amor. Infelizmente, son pocas las personas que se interesan por hacer esto.

La mayoría aprende sólo a cultivar resentimientos, dejando las heridas abiertas, alimentándolas con varios tipos de sentimientos pequeños y pensando solo en lo que sucedió o en la persona que te dejo o lastimó y, por lo tanto, no permitiendo que cicatricen.

Así, en la practica, lo que vemos son muchas “Ostras Vacías”, no porque no hayan sido heridas, sino porque no saben perdonar, comprender, dejar el pasado atrás y transformar el dolor en amor.

Una sonrisa, una mirada, un gesto, en la mayoría de veces, habla mas que mil palabras…

¡YA ES HORA! ¡EMPIEZA A PRODUCIR PERLAS EN TU VIDA!

Yo sé, mi Dios, que tú pruebas los corazones y amas la rectitud. Por eso, con rectitud de corazón te he ofrecido voluntariamente todas estas cosas, y he visto con júbilo que tu pueblo, aquí presente, te ha traído sus ofrendas. 1 Crònicas 29:17.

Y el Señor le respondió: Voy a darte pruebas de mi bondad, y te daré a conocer mi nombre. Y verás que tengo clemencia de quien quiero tenerla, y soy compasivo con quien quiero serlo. Exodo 33:19.

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