miércoles, 14 de enero de 2009

LA HERMANDAD DEL MAR

Lectura: Efesios 2:14-22
Así que... sois... conciudadanos de los santos. —Efesios 2:19
El 8 de agosto del 2005, el mundo supo del dramático rescate de siete marineros rusos atrapados en un pequeño submarino que se había enredado en una red de pesca. Los hombres habían sobrevivido tres días fríos y oscuros en el fondo del mar y les quedaban menos de seis horas de oxígeno. Mientras tanto, arriba en la superficie se llevaba a cabo un frenético esfuerzo unido de rescate por parte de personal ruso, japonés, británico y norteamericano. Finalmente, el submarino fue liberado. El ministro de Defensa ruso alabó la operación, diciendo: «Hemos visto en hechos, no en palabras, lo que significa la hermandad del mar».
El libro de Efesios habla acerca de la unidad de creyentes en Jesús al referirse a la unidad de «la familia de Dios» (2:19). Los gentiles, quienes una vez estuvieron «alejados» y fueron «ajenos» (v. 12), ahora habían «sido hechos cercanos por la sangre de Cristo» (v. 13), uniéndoles a sus hermanos y hermanas judíos. Esta unidad ha de hacerse evidente en los esfuerzos de la comunidad cristiana hoy.
Los creyentes en Jesús han recibido la comisión de llevar a cabo el esfuerzo de rescate más importante de todos. Las personas están muriendo sin Cristo. Alabado sea Dios que hay esfuerzos misioneros unidos que traen esperanza, salvación, educación y ayuda de emergencia a personas desesperadas en todo el mundo. De eso trata la hermandad de Cristo. Una iglesia saludable es el mejor testigo para un mundo que sufre.

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