Lectura: Romanos 1:18-23
Porque las cosas invisibles de Él, Su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo. -Romanos 1:20
Un hombre vestido con unos pantalones baratos, una camiseta y una gorra de béisbol en la cabeza se colocó contra una pared junto a un cubo de basura a la entrada de una estación del metro. Sacó un violín y comenzó a tocar. En los siguientes 43 minutos, interpretó seis obras clásicas y 1.097 personas pasaron junto a él, ignorándolo.
Nadie la sabía, pero el hombre que estaba allí era Joshua Bell, uno de los mejores intérpretes de música clásica en el mundo, y estaba tocando algunas de las piezas musicales más elegantes jamás escritas en un Stradivarius valorado en 3,5 millones de dólares. Pero ninguna multitud se formó alrededor del virtuoso. «Era una sensación extraña el que la gente de hecho estuviera . . . ignorándome», dijo Bell.
Dios también sabe lo que es ser ignorado. El apóstol Pablo dijo que Dios había plantado evidencia de Su existencia de manera soberana en la misma naturaleza del hombre. Y la creación transmite un mensaje inequívoco acerca de Su creatividad, belleza, poder y carácter. Aunque Dios ha revelado Su majestad, muchos se niegan a reconocerle y agradecerle. Pero Dios hará responsable a todo aquel que haya ignorado quién es Él y lo que Él ha revelado: «De modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no Le glorificaron como a Dios, ni Le dieron gracias» (Ro. 1:20-21).
Reconozcamos y agradezcamos al Virtuoso del cielo, quien maravillosamente se ha revelado a nosotros.
Toda la creación es un dedo extendido que apunta hacia Dios.
Porque las cosas invisibles de Él, Su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo. -Romanos 1:20
Un hombre vestido con unos pantalones baratos, una camiseta y una gorra de béisbol en la cabeza se colocó contra una pared junto a un cubo de basura a la entrada de una estación del metro. Sacó un violín y comenzó a tocar. En los siguientes 43 minutos, interpretó seis obras clásicas y 1.097 personas pasaron junto a él, ignorándolo.
Nadie la sabía, pero el hombre que estaba allí era Joshua Bell, uno de los mejores intérpretes de música clásica en el mundo, y estaba tocando algunas de las piezas musicales más elegantes jamás escritas en un Stradivarius valorado en 3,5 millones de dólares. Pero ninguna multitud se formó alrededor del virtuoso. «Era una sensación extraña el que la gente de hecho estuviera . . . ignorándome», dijo Bell.
Dios también sabe lo que es ser ignorado. El apóstol Pablo dijo que Dios había plantado evidencia de Su existencia de manera soberana en la misma naturaleza del hombre. Y la creación transmite un mensaje inequívoco acerca de Su creatividad, belleza, poder y carácter. Aunque Dios ha revelado Su majestad, muchos se niegan a reconocerle y agradecerle. Pero Dios hará responsable a todo aquel que haya ignorado quién es Él y lo que Él ha revelado: «De modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no Le glorificaron como a Dios, ni Le dieron gracias» (Ro. 1:20-21).
Reconozcamos y agradezcamos al Virtuoso del cielo, quien maravillosamente se ha revelado a nosotros.
Toda la creación es un dedo extendido que apunta hacia Dios.
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