miércoles, 17 de diciembre de 2008

SIGAMOS ALENTANDONOS UNOS A OTROS

Lectura: Hebreos 10:19-25
Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras. -Hebreos 10:24
A poco menos de dos kilómetros de la meta de la Maratón de Londres, miles de espectadores bordeaban la ruta portando pancartas. Cuando algunos de ellos lograban divisar a algún familiar o amigo acercándose, gritaban el nombre de esta persona, la saludaban con la mano, y exclamaban frases de aliento: «¡Sólo un poquito más! ¡Sigue adelante! ¡Ya casi has llegado!» Después de haber corrido 40 kilómetros, muchos compe-tidores apenas si caminaban y estaban a punto de renunciar. Era asombroso observar a los exhaustos corredores alegrarse y renovar el ritmo cuando veían a alguien que conocían o cuando escuchaban que llamaban su nombre.
¡Aliento! Todos lo necesitamos, especialmente en nuestro caminar de fe. El libro de Hebreos nos dice que sigamos exhortándonos unos a otros. «Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca» (10:24-25).
El Nuevo Testamento está lleno de la certeza de que Cristo pronto volverá. «El Señor está cerca» (Filipenses 4:5). «La venida del Señor se acerca» (Santiago 5:8). «He aquí Yo vengo pronto» (Apocalipsis 22:12).
Al «ver que aquel día se acerca», sigamos alentándonos unos a otros en la fe. «¡Sigue adelante! ¡Ya casi has llegado! Ya puedes ver la meta».
Aun si no tienes nada más que dar, puedes dar aliento.

No hay comentarios: