lunes, 10 de noviembre de 2008

VIVIENDO EN EL REINO

Lectura: Colosenses 1:3-14
Nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo. —Colosenses 1:13
Tengo muchos amigos que trabajan en malos vecindarios. Uno de estos guerreros urbanos trasladó a su familia a una zona urbana muy pobre. Un día, cuando caminaba por el pasillo en el edificio de su apartamento, notó a dos muchachos que estaban fumando crack. Al no querer que sus hijos vieran lo que los jóvenes estaban haciendo, les pidió a ambos que se detuvieran. Lo siguiente que supo es que el puño de uno de ellos le dio en la mandíbula. Con la nariz y la boca sangrando, les respondió: «Si Jesús derramó Su sangre por mí, yo puedo derramar la mía por ustedes».
Impactados por la respuesta del hombre, ambos muchachos huyeron. Unos cuantos días después, uno de ellos volvió, tocó a la puerta de mi amigo y dijo, «No he olvidado las palabras que usted dijo. Si su Dios es así de real para usted, entonces yo quiero conocerle. Ese día, él fue ‘librado . . . de la potestad de las tinieblas: y llevado al reino de su amado Hijo’» (Col. 1:13).
Aquellos de nosotros que hemos sido rescatados del reino de las tinieblas podemos traer un poquito del cielo a la tierra cuando estamos dispuestos a demostrar el poder del enfoque único que Dios tiene de la vida. Aun en nuestros momentos de debilidad y vulnerabilidad, recibimos oportunidades para demostrar el poder y la fuerza del perdón de Dios mostrando Su amor por nuestros enemigos.
Un mundo en tinieblas necesita la luz del Evangelio.

No hay comentarios: