lunes, 27 de octubre de 2008

HOY..QUIERO VIVIR EL TIEMPO PRESENTE

“Mas oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día” II Ped 3:8.
Hoy, yo no serviré al reloj, pero en vez de eso quiero servir y operar en el plan sin tiempo de Dios. Necesito estar consciente que no debo vivir del pasado o sólo soñar del futuro, pero que es necesario vivir con claridad en el tiempo presente..
No debo aferrarme al pasado por que entonces mi vida no podrá ver con claridad el hoy y no debo habitar sólo en el futuro porque yo no se que es lo que Dios ha preparado para mi.
Querer habitar en el futuro solamente es una fantasía y la fantasía no es una realidad, pero el presente es real, vivo, activo e importante. Ignorar y perder el propósito de Dios para mi hoy es inutilizar mi futuro tanto como neutralizar las lecciones benéficas del pasado.
Hoy necesitó comprender que estar confinado al tiempo del reloj es decirle a Dios cuando trabajar. Los itinerarios y las agendas tienen su lugar, pero, no debo olvidar que Dios opera independientemente de ellos y estar abierto y dispuesto para que Dios en su amor, y soberanía tenga la libertad, hoy en mi vida de hacer a un lado lo que yo he determinado que necesito hacer.
No ignoréis esto…Que para Dios, un día es como mil años y mil años como un día…Estas palabra me recuerda que Dios no está preso a un itinerario o agenda. Cuantas veces por estar esclavizado a mi agenda he hecho a un lado lo que Dios, ha querido hacer en mi,por mi y a través de mi.
La agenda de nuestro Señor Jesús fue: “Hacer las obras del que me envió. No hizo lo que él quiso sino lo que su Padre quiso que hiciera. No debo olvidar esto hoy.
Hoy, también necesito recordar que Dios no publica su agenda, Excepto cuando él lo considera, por lo tanto , Hoy debo vivir por fe.
La fe dice: “Señor, tú tienes tus ojos sobre y agenda y tu mano sobre mí y tú harás que mi agenda y yo marchemos juntos, según tu propia agenda” La fe cuando es fuerte, se regocija cuando esa reunión, encuentro o llamada no programada ya es un hecho cumplido y registrado dentro de la agenda divina.

“Señor, Gracias porque me enseñas a liberarme de mis propias esclavitudes y de mis propios itinerarios para acoplarme a los tuyos. No quiero gastar tiempo en mis propios propósitos, sino caminar en tus propósitos que son más grandes y especiales.
Yo debo hacer mis planes para hoy, pero no olvidando que realmente eres tú quien tiene la última palabra. Gracias Señor por enseñarme esto hoy.Esto me libera hoy de angustias innecesarias. Amen.

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