Unos días antes de que recibieras a Cristo en tu vida, muchos se te acercaban para hablarte de las maravillas que Dios hace, de las grandes soluciones demostradas en la Biblia, y de los maravillosos milagros actuales. Todo eso te motivo para dar el paso al frente, ya que te estaban ofreciendo un panorama de rosas.
Los que tomaban licor, lo dejaban a un lado, los mujeriegos y adúlteros en general, formalizaban sus vidas, y poco a poco, fuimos viendo los grandes cambios externos e internos, que nos motivaban a seguir creyendo que Dios es real, que Dios existe y que Dios es nuestro buen pastor y Padre compasivo.
Esa es una forma de ir creyendo en Dios, por todas las cosas buenas, maravillosas y especiales que nos hacen fortalecer la fe. Cada coro, Himno, o servicio religioso, resulta ser un aliciente mas a nuestra fe, y la defendemos a capa y espada con quien sea.
Luego de ese primer nivel de la vida cristiana, vendrá la escuela de las pruebas, para ver que hay en nuestro corazón, comenzaremos a extrañar, las amplias avenidas de bendiciones a nuestro favor, hasta que llegue el momento, en el que tu y yo, nos encontremos frente a frente con Dios, cuando ya nadie puede ayudar, cuando no existan formulas terrenales, ni instituciones financieras ni ciencia alguna que nos de ni por lo menos un 1% de posibilidades de subsistir en este planeta tierra, que cada día es mas y mas complicado vivir.
Es en ese momento, de nuestro máximo sufrimiento, dolor y angustia, cuando se conocerá, quien verdaderamente, es un cristiano.
Es allí, donde debemos confirmar todo el gozo en medio del dolor, el desierto y la soledad, es allí cuando debemos decirle a Dios, aun en medio de un océano de incredulidad que se nos cruce, desde los dedos de los pies hasta la cabeza, que creemos en El, Es allí, en medio del desierto, y con aves de rapiña, esperando que caigas muerto, porque ya tus días, están marcando días en los que vas ” arrastrándote”, dejando las huellas de un moribundo, que debes de decir:
Creo en ti, Señor.
Es en el momento, cuando estas desempleado, y te debes poner la corbata, o el vestido elegante y acompañar una sonrisa para visitar a un enfermo o asistir al templo, cuando no llevas nada en el bolsillo, que debes decir:
Creo en ti, Señor!!!
Es en el momento de tu vida, cuando no hay para ir al supermercado, todas las cuentas por pagar, están con cuatro meses de atraso, que debes decir:
Creo en ti, Señor!!!
Es en el tiempo, cuando el medico te da los resultados de un examen y te dice que tu o un familiar tiene una enfermedad incurable, que debes decir”
Creo en ti, Señor!!!
Es cuando te vez rodeado de enemigos, y tu terreno con un muro sin escape, que debes decir:
Creo en ti, Señor!!!
Es cuando tomas la Biblia, en tus manos, y otro día pasa, sin suceder el milagro esperado, que debes decir:
Creo en ti, Señor!!!
Es cuando, llamas al pastor, a los ancianos de la iglesia, a los programas de radio y television cristiana, a los amigos y haces promesas, y aun así, no recibes nada de lo que has pedido, que debes decir:
Creo en ti, Señor!!!
Es cuando has ido de la mano de Dios, como un valioso obrero, con un excelente testimonio, y de pronto, te vez traicionado por los amigos, que debes decir:
Creo en ti, Señor!!!
Es cuando tu fidelidad ha sido tu forma de vida, en el templo, con Dios, con tu familia, y de repente, eres traicionado, que debes decir:
Creo en ti, Señor!!!
Aunque el cielo mismo se derrita; Aunque pasen mil años y no me respondas; Aunque el diablo me diga tu no existes; Aunque la higuera no floresca, como dijo Habacuc; Aunque me quites la vida; Aunque me apagues el sol; Aunque no caiga mana del cielo; Aunque los profetas hayan mentido; Aunque mi mar rojo no se parta en dos; Aunque mi rió Jordán no se seque para pasar; Aun lleno de lepra; gritare:
Hijo de David….” ten misericordia de mi”, y te seguiré, aun arrastrándome, llegare, a ti…
para decirte…..Jesús….creo en ti!
sí mi Rey… creo en ti!
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