martes, 9 de septiembre de 2008

LA DECISION

¿Alguna vez has pensado en la decisión que tuvo q tomar Moisés para abandonar Egipto?

Fue precisamente esa decisión la que hizo de él un gran hombre.

A Salomón se lo recuerda por su sabiduría, a Daniel por sus visiones, a David por sus Salmos y a Pedro por sus celos. En cambio, Moisés alcanzó su celebridad por la decisión que tomó.

_En el capítulo 11 de la Epístola a los hebreos Moisés aparece incluido entre los famosos héroes de la fe:

“Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por mayores riquezas el vituperios de Cristo que los tesoros egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón”. (Hebreos 11: 24-26)

Moisés, a quien la hija de Faraón encontró en una cesta entre los juncos del río Nilo, se crió en el palacio real, donde gozó de privilegios y opulencia. Pero ya siendo mayor tuvo q tomar una determinación.

Era hebreo; no egipcio.

Por tanto, ¿Sería fiel a Egipto y llevaría la corona de los faraones, u optaría por reintegrarse a su propio pueblo?

Es de suponer que aquello puso al joven Moisés en un grave dilema.

Cabe imaginárselo subiendo a algún lugar elevado y observando las luces de la ciudad imperial, el palacio con todas sus riquezas y belleza, con aquellas cosas a las que se había habituado toda su vida.

Supongo que de ahí volvió la mirada al sur y contempló las pirámides, donde los hombres de su pueblo trabajaban como esclavos del Faraón elaborando ladrillos. Al verlos trabajar al son del látigo de sus captores, el corazón de Moisés debía de arder dentro de él.

Eran de su mismo linaje, pero si optaba por convertirse en uno de ellos, tenia que renunciar a las comodidades y lujos de los que siempre había gozado. Vestiría el atuendo de los esclavos y dejaría atrás para siempre su madre adoptiva, la hija del Faraón.

Pese a ello, la palabra de Dios dice que escogió “antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado”.

Tengamos en cuenta que esos deleites del pecado eran más tentadores de lo que uno pensaría leyendo este simple pasaje: en aquel entonces Egipto era el lugar más atractivo de la Tierra. Sus bodegas rebosaban de grano, y los tesoros del mundo llenaban sus arcas. Moisés pudo haber heredado todo aquello.

Habiendo sido instruido “en toda la sabiduría de los egipcios” (Hechos 7:22), era perfectamente consciente de los que entrañaba: renunciar a las riquezas del imperio más poderoso de la Tierra para hacerse esclavo.

Sin embargo, además de poseer cultura y sabiduría, Moisés tenía visión de futuro: estuvo dispuesto a sacrificar los placeres del presente para obtener recompensas futuras.

Tuvo; según reza la escritura, “puesta la mirada en el galardón” (Hebreos 11:26b)

Es decir, sabía que los deleites del pecado duraban apenas un momento y que, en cambio, las recompensas divinas por decir con acierto serían divinas.

Moisés comprendió que, sin el favor de Dios, un millonario es apenas un mendigo.

El apóstol Pablo escribió de Jesús: “por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico”. (2Corintios 8:9)

Esa misma decisión tomó Moisés.

Pese a que aquella resolución supuso privaciones, sufrimientos y una terrible humillación, prefirió ser el menor de los hijos de Dios aquí en la Tierra y llevar una corona para siempre en el cielo. (Santiago 1:12; Apocalipsis 2:10)

Así pues tomó partido por los hijos de Dios, a fin de comparecer junto a ellos delante del Rey eterno.

Desde la escalinata del palacio, la determinación de Moisés puedo haber parecido insensata.

Sin embargo, cuando él vuelve la vista atrás desde la escalinata que conduce al trono de Dios en el cielo, se hace evidente que fue una decisión muy atinada y magnífica.

Como consecuencia, llegó a ser uno de los grandes dirigentes de la Historia, y su influencia se hace sentir hasta el día de hoy.

Actualmente son muchos los que al tomar decisiones pecan de miopía:

…solo ven el presente y por él hipotecan su futuro. No ven el galardón que podría ser suyo.

¿Qué decisiones tomas tú?

¿Eres corto de miras?

¿Sufres de miopía espiritual y vives mayormente para el presente?

¿O guardas en tu pensamiento y en tu corazón la expectativa del gran galardón que Dios a prometido a quienes le den prioridad y busquen primeramente su reino?

¿Los placeres te nublan la vista y te impiden ver el gran premio que Dios te tiene reservado?

Las realidades de la eternidad son deleites perdurables.

Dios te ama y tiene grandes planes para ti, pero deja la decisión en tus manos.

ELIGE BIEN.

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