Lectura: Santiago 4:7-10
. . . Resistid, pues, al diablo y huirá de vosotros. --Santiago 4:7.
En Tejas, adonde yo me crié, la manera normal de responder cuando alguien estornudaba era diciendo: "¡Lárgate!" Era una práctica común, pero yo nunca supe por qué lo hacíamos. Ahora lo sé. Es una vieja costumbre que data de tiempos antiguos cuando la gente creía que estornudar expulsaba al diablo. Uno decía "¡Lárgate!" para echarlo fuera.
Eso es pura superstición, por supuesto. Hay formas mejores y bíblicas de alejar al diablo.
Las intrigas de Satanás siempre comienzan con una mentira, una guía falsa, un giro sutil a la verdad, lo cual, si se pone en práctica, nos aleja de Dios. Sus propuestas raras veces parecen malignas, porque nuestra mente repele el mal evidente. Más a menudo vienen disfrazadas de bien. Satanás agrega una pizca de gracia y belleza a toda carnada, no sea que reconozcamos su naturaleza mortal. Es fácil dejarse embaucar.
"Resistid, pues, al diablo y huirá de vosotros" (Santiago 4:7). Contrarresta las mentiras de Satanás con verdad desde que lleguen a tu mente. Encáralas de inmediato con una palabra de Dios y desvanécelas, igual que alejarías a un vendedor insistente, antes de que ponga un pie en tu puerta. Trae a la mente un versículo o una porción de la Escritura que hable a la mentira en particular que Satanás te está vendiendo, y sométete a esa verdad.
Esa es la forma de hacer huir al diablo.
CUANDO SATANÁS ASESTE UN GOLPE, DEVUÉLVESELO CON LA PALABRA DE DIOS.
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