Lectura: Juan 13:1-20
Porque os he dado ejemplo, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis. --Juan 13:15.
Cuando leemos la historia de Jesús lavando los pies de los discípulos, puede que pensemos que entendemos por qué hizo eso por ellos. Por ejemplo, Juan era un amigo cercano. Luego estaban Pedro y Andrés, quienes habían sido fieles seguidores del Maestro.
Cada uno de los discípulos debe haber tenido algo por lo que se hacía querer por Jesús. Pero, ¿por qué lavó Él los pies de Judas? Jesús sabía que se estaba rebajando a servir a aquel que pronto se rebajaría para realizar el peor acto de traición de la historia.
Jesús estaba llevando a cabo la más humilde de las tareas para una persona que trató al Creador del universo como si no valiera más de 30 piezas de plata. Plenamente consciente, Aquel cuyo nombre se asocia con dar vida se ensució las manos para servir al hombre cuyo nombre significaría traición y muerte para el resto de los tiempos.
¿No nos dice algo especial el ejemplo de Jesús acerca del servicio? ¿Acaso no nos recuerda que no somos llamados a servir a los que son como nosotros, o ni siquiera a los que nos quieren? Somos llamados a servir a todo el mundo, los amables y los que no son tan amables, los amistosos y los que no lo son tanto.
¿Cuándo fue la última vez que "lavaste los pies" de alguien como Judas?
ES DIFÍCIL PARARSE EN UN PEDESTAL Y LAVAR LOS PIES DE LOS QUE SE ENCUENTRAN ABAJO.
Porque os he dado ejemplo, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis. --Juan 13:15.
Cuando leemos la historia de Jesús lavando los pies de los discípulos, puede que pensemos que entendemos por qué hizo eso por ellos. Por ejemplo, Juan era un amigo cercano. Luego estaban Pedro y Andrés, quienes habían sido fieles seguidores del Maestro.
Cada uno de los discípulos debe haber tenido algo por lo que se hacía querer por Jesús. Pero, ¿por qué lavó Él los pies de Judas? Jesús sabía que se estaba rebajando a servir a aquel que pronto se rebajaría para realizar el peor acto de traición de la historia.
Jesús estaba llevando a cabo la más humilde de las tareas para una persona que trató al Creador del universo como si no valiera más de 30 piezas de plata. Plenamente consciente, Aquel cuyo nombre se asocia con dar vida se ensució las manos para servir al hombre cuyo nombre significaría traición y muerte para el resto de los tiempos.
¿No nos dice algo especial el ejemplo de Jesús acerca del servicio? ¿Acaso no nos recuerda que no somos llamados a servir a los que son como nosotros, o ni siquiera a los que nos quieren? Somos llamados a servir a todo el mundo, los amables y los que no son tan amables, los amistosos y los que no lo son tanto.
¿Cuándo fue la última vez que "lavaste los pies" de alguien como Judas?
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