domingo, 3 de agosto de 2008

EL REFUGIO

Lectura: Salmo 34:4-8
Probad y ved que el Señor es bueno. ¡Cuán bienaventurado es el hombre que en Él se refugia! --Salmo 34:8.
Para la infelicidad de este mundo sólo hay un refugio seguro: el mismo Dios. ". . . El es escudo a todos los que a El se acogen" (Salmo 18:30).
La frase "confiar en" viene de una palabra hebrea que significa "refugiarse en" o "esconderse en" o "esconderse con". Sugiere un lugar secreto de escondite.
Cuando estamos exhaustos por nuestros esfuerzos, cuando estamos perplejos por nuestros problemas, cuando somos heridos por nuestros amigos, cuando nos rodean nuestros enemigos, podemos escondernos en Dios. No hay seguridad en este mundo. Si encontráramos seguridad aquí, nunca conoceríamos el gozo del amor y la protección de Dios. Nos perderíamos la felicidad para la cual fuimos hechos.
El único lugar seguro es el mismo Dios. Cuando las nubes de la tormenta se juntan y las calamidades acechan, debemos correr a su presencia en oración y permanecer allí (Salmo 57:1).
George MacDonald dijo: "El hombre que por fe pueda ir a Dios cuando menos deseos y sentimientos tenga, sin fervor ni inspiración, con el peso de pensamientos abatidos, fracasos, negligencias y un olvido errante y decirle: "Tú eres mi refugio", ese hombre es perfecto.
¡Qué seguros estamos y cuán bendecidos somos!
LA SEGURIDAD NO SE HALLA EN LA AUSENCIA DEL PELIGRO, SINO EN LA PRESENCIA DE DIOS.

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