Lectura: Salmo 112
Luz resplandece en las tinieblas para el que es recto. --Salmo 112:4.
Una misionera en Perú fue a visitar a un grupo de creyentes una noche. Ella sabía que la casa en la que se iban a reunir estaba localizada en un peñasco y que el camino sería arriesgado. Tomó un taxi para llegar lo más cerca de la casa que pudiera, y luego empezó el peligroso ascenso a la casa a pie. La noche era oscura y el camino era muy difícil. Al dar la vuelta a un recodo, de repente se encontró con varios creyentes que llevaban brillantes linternas. Habían salido a alumbrar el camino. Sus temores desaparecieron, y ascendió por el camino fácilmente.
De la misma forma, Dios alumbra nuestro camino. Cuando confiamos en Jesús como Salvador, Él, que es la Luz del mundo, entra en nuestra vida y quita la oscuridad de nuestro pecado y desesperación. Esta luz continúa consolándonos en tiempos de tristeza. En medio del pesar, los problemas, la enfermedad o la desilusión, el Señor ilumina el camino y alienta a sus hijos dándoles esperanza.
Esto puede venir por medio de una palabra de exhortación de otro creyente. Puede ser la iluminación de la Palabra de Dios a través del ministerio del Espíritu Santo. Puede ser una seguridad calmada en respuesta a una sincera oración. O puede ser la provisión milagrosa para una necesidad específica. Cualquiera que sea el caso, Dios envía luz cuando estamos rodeados de oscuridad.
Jesús da luz en la noche más oscura.
A VECES, DIOS NOS PONE EN LA OSCURIDAD PARA MOSTRARNOS QUE JESÚS ES LA LUZ.
Luz resplandece en las tinieblas para el que es recto. --Salmo 112:4.
Una misionera en Perú fue a visitar a un grupo de creyentes una noche. Ella sabía que la casa en la que se iban a reunir estaba localizada en un peñasco y que el camino sería arriesgado. Tomó un taxi para llegar lo más cerca de la casa que pudiera, y luego empezó el peligroso ascenso a la casa a pie. La noche era oscura y el camino era muy difícil. Al dar la vuelta a un recodo, de repente se encontró con varios creyentes que llevaban brillantes linternas. Habían salido a alumbrar el camino. Sus temores desaparecieron, y ascendió por el camino fácilmente.
De la misma forma, Dios alumbra nuestro camino. Cuando confiamos en Jesús como Salvador, Él, que es la Luz del mundo, entra en nuestra vida y quita la oscuridad de nuestro pecado y desesperación. Esta luz continúa consolándonos en tiempos de tristeza. En medio del pesar, los problemas, la enfermedad o la desilusión, el Señor ilumina el camino y alienta a sus hijos dándoles esperanza.
Esto puede venir por medio de una palabra de exhortación de otro creyente. Puede ser la iluminación de la Palabra de Dios a través del ministerio del Espíritu Santo. Puede ser una seguridad calmada en respuesta a una sincera oración. O puede ser la provisión milagrosa para una necesidad específica. Cualquiera que sea el caso, Dios envía luz cuando estamos rodeados de oscuridad.
Jesús da luz en la noche más oscura.
A VECES, DIOS NOS PONE EN LA OSCURIDAD PARA MOSTRARNOS QUE JESÚS ES LA LUZ.
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