viernes, 11 de julio de 2008

SERVICIO CONSTANTE

Lectura: Hechos 20:23-24
. . . estad firmes, constantes . . . sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano. --1 Corintios 15:58.
¿Cómo reaccionamos ante los acontecimientos trágicos? Cuando llegan a nuestra vida experiencias perturbadoras y crean una atmósfera de oscuridad y tristeza, ¿cómo respondemos? Tal vez tendamos a caer en el pánico o a desanimarnos. Un hombre llamado Abraham Davenport nos puede enseñar una lección de constancia.
El 19 de mayo de 1780 sucedió algo misterioso. Una densa oscuridad (tal vez causada por el humo de fuegos forestales combinados con una densa neblina) cubrió algunas áreas de Nueva Inglaterra. Atemorizada, mucha gente pensó que el mundo se estaba acabando.
El poder legislativo de Connecticut tenía asamblea ese día, y muchos de sus miembros estaban apremiando a que se terminara la reunión. Pero Abraham Davenport proclamó a sus colegas: «Estoy en contra de terminar la reunión. El día del juicio, o bien está llegando o no está llegando. Si no está llegando, no hay razón para terminar; y si está llegando, yo opto porque me encuentre cumpliendo con mi obligación. Por tanto, deseo que se traigan velas.»
El apóstol Pablo tenía una determinación similar. A pesar de que había tenido que enfrentar grandes dificultades y mucha oposición, y que estaba escuchando noticias tristes sobre su futuro, estaba decidido a acabar su «carrera con gozo» (Hechos 20:24, RV-60).
Entonces, con una confianza en nuestro Señor que tranquiliza el alma, sigamos constantes sirviéndole todos nuestros días.
SI QUIERES SOBREVIVIR LAS TORMENTAS DE LA VIDA SUJÉTATE A LA ROCA DE LA ETERNIDAD.

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