domingo, 13 de julio de 2008

ORACION SOLICITA

Lectura: Romanos 15:30-33
Os ruego . . . que os esforcéis juntamente conmigo en vuestras oraciones a Dios por mí. --Romanos 15:30.
Hace poco recibí un mensaje electrónico de alguien que no conocía. Era de un adolescente que dio un gran ejemplo del que todos podemos aprender. Su mensaje demostraba lo mucho que él creía en el poder de la oración.
Contó de una adolescente de su ciudad natal que había salido embarazada sin estar casada. Sus padres la estaban amenazando con obligarla a abortar. Cuando el joven se enteró, se fue a su computadora y envió un mensaje electrónico a más de 100 personas en el que hablaba del apuro de la chica y decía una y otra vez: «Por favor, oren por esta muchacha.» Su compasión hacia ella era evidente, así como también su fe en que Dios contestaría la oración.
Este adolescente pudo haber empleado el tiempo en su computadora haciendo muchas otras cosas: buscando información sobre autos, jugando con videos, enviando chistes a sus amigos. Pero en lugar de eso usó el tiempo para compilar todas esas direcciones electrónicas, y luego escribió una nota solícita y sincera. En Romanos 15:30-33, el apóstol Pablo demostró que conocía el valor de la oración concertada, ya sea por nosotros o por alguien más que lo necesite.
¡Qué lección! Nos recuerda aferrarnos al Señor en oración, y nos da un ejemplo de la compasión que nos lleva a unirnos a los demás en una oración solícita.
CUANDO NO PUEDES ESTAR PRESENTE PUEDES AYUDAR POR MEDIO DE LA ORACIÓN.

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