Lectura: Romanos 16:1-16
. . . ella también ha ayudado a muchos y aun a mí mismo. --Romanos 16:2.
James Deitz ha producido pinturas de aviones y sus tripulaciones que son tan reales que parecen fotografías. Sus obras se exhiben en muchas galerías de aviación de los Estados Unidos, incluyendo la Institución Smithsonian.
Una de las pinturas de Deitz, titulada Unsung [No celebrado], presenta una tripulación de cuatro mecánicos que están trabajando en un avión de bombardeo en picada. Ellos se encuentran muy por debajo de la cabina de mando de una aeronave en algún lugar del Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial. Los hombres, de apariencia pálida, seria y manchados de grasa, trabajan incansablemente para lograr que el avión vuelva a la batalla.
Nosotros también podríamos estar realizando tareas que nadie nota como apoyo a la obligación de la Iglesia de divulgar el evangelio y capacitar creyentes. Sin muchos voluntarios, no hay iglesia ni misión que pueda hacer su ministerio eficazmente.
Cuando el apóstol Pablo terminó su carta a los creyentes de Roma mencionó a varias personas que no se mencionan otra vez en las Escrituras. Por ejemplo, Pablo se refirió a Febe y dijo que "ha ayudado a muchos" (16:2). Febe y los demás fueron esenciales para la vida y obra de la iglesia primitiva.
¿Estás trabajando "debajo de la cabina de mando"? Recuerda, tu servicio para Cristo es esencial. Incluso si nadie muestra aprecio por tu arduo trabajo, puedes estar seguro de que un día el Señor te recompensará (Colosenses 3:23-24).
NO HAY SERVICIO PARA CRISTO QUE ÉL NO NOTE.
. . . ella también ha ayudado a muchos y aun a mí mismo. --Romanos 16:2.
James Deitz ha producido pinturas de aviones y sus tripulaciones que son tan reales que parecen fotografías. Sus obras se exhiben en muchas galerías de aviación de los Estados Unidos, incluyendo la Institución Smithsonian.
Una de las pinturas de Deitz, titulada Unsung [No celebrado], presenta una tripulación de cuatro mecánicos que están trabajando en un avión de bombardeo en picada. Ellos se encuentran muy por debajo de la cabina de mando de una aeronave en algún lugar del Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial. Los hombres, de apariencia pálida, seria y manchados de grasa, trabajan incansablemente para lograr que el avión vuelva a la batalla.
Nosotros también podríamos estar realizando tareas que nadie nota como apoyo a la obligación de la Iglesia de divulgar el evangelio y capacitar creyentes. Sin muchos voluntarios, no hay iglesia ni misión que pueda hacer su ministerio eficazmente.
Cuando el apóstol Pablo terminó su carta a los creyentes de Roma mencionó a varias personas que no se mencionan otra vez en las Escrituras. Por ejemplo, Pablo se refirió a Febe y dijo que "ha ayudado a muchos" (16:2). Febe y los demás fueron esenciales para la vida y obra de la iglesia primitiva.
¿Estás trabajando "debajo de la cabina de mando"? Recuerda, tu servicio para Cristo es esencial. Incluso si nadie muestra aprecio por tu arduo trabajo, puedes estar seguro de que un día el Señor te recompensará (Colosenses 3:23-24).
NO HAY SERVICIO PARA CRISTO QUE ÉL NO NOTE.
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