domingo, 6 de julio de 2008

FRIO O CALIENTE

Lectura: Apocalipsis 3:14-22
Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! --Apocalipsis 3:15.
Me gusta la sopa cuando está humeando de caliente y los refrescos cuando están fríos como el hielo. No soporto ninguno de los dos cuando están tibios. Jesús tiene la misma actitud hacia las personas que profesan ser sus hijos. Él detesta la tibieza. Dijo que ojalá fueran fríos o calientes (Apocalipsis 3:15).
Aunque algunas personas creen que el término frío se refiere a la hostilidad hacia Jesús y el evangelio, no creo que Él prefiera la hostilidad a la indiferencia. Más bien en su mensaje a la iglesia de Laodicea, Jesús puede haber estado pensando en dos manantiales que había en la región: los manantiales minerales calientes de Hierápolis y los puros manantiales de agua fría de Colosas. Se creía que los manantiales calientes tenían poder sanador. Los manantiales fríos refrescaban. Los cristianos de la iglesia de Laodicea no traían ni sanidad a los que estaban espiritualmente enfermos, ni refrigerio a los cansados. Eran tibios y no ayudaban a nadie.
Tú y yo debemos hacernos estas preguntas: ¿Soy yo refrescante para los que están cansados espiritualmente porque les llevo aliento, gozo y esperanza? ¿Traigo sanidad desafiando al negligente, corrigiendo al que yerra y motivando al indiferente? Recuerda, no podemos ayudar a nadie si somos tibios. El Señor nos quiere fríos o calientes, lo que se necesite en ese momento.
UN CRISTIANO INDIFERENTE NECESITA UNA NUEVA PASIÓN POR DIOS.

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