sábado, 14 de junio de 2008

NO MI MANO

Lectura: 1 Samuel 24:1-15
. . . y dije: «No extenderé mi mano contra mi rey, porque es el ungido del Señor.» --1 Samuel 24:10.
Hay veces en que lo mejor es esperar a que Dios actúe en lugar de tratar de hacer que las cosas sucedan. Es una lección que vemos claramente cuando David rehusó quitarle la vida al rey Saúl, a pesar de que el rey estaba tratando de matarlo (1 Samuel 24). Cuando Saúl estaba solo y vulnerable en una cueva, los hombres de David le dijeron que Dios le había dado la oportunidad de tomar el reinado que le pertenecía a él (v.4). Pero David se negó diciendo: «El Señor me guarde de hacer tal cosa contra mi rey, el ungido del Señor, de extender contra él mi mano» (v.6).
Cuando Saúl salió de la cueva David le voceó: «Juzgue el Señor entre tú y yo y que el Señor me vengue de ti, pero mi mano no será contra ti» (v.12). David sabía que Dios lo había escogido para que fuera rey. Pero también sabía que la manera correcta de llegar al reino no era matando a Saúl. Él iba a esperar a que Dios quitara a Saúl del trono.
¿Hay algún obstáculo entre tú y algo que te pertenece legítimamente? Crees que es la voluntad de Dios, pero el método de obtenerlo y el tiempo no parecen los correctos. Piensa bien y ora mucho antes de tomar un mal camino hacia una buena meta.
Esperar a que Dios actúe es la mejor oportunidad para que las cosas buenas sucedan a Su manera.
EL TIEMPO DE DIOS SIEMPRE ES CORRECTO. ESPÉRALO CON PACIENCIA.

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