domingo, 11 de mayo de 2008

UNA FE CENTRADA EN CRISTO

Lectura: Colosenses 2:1-10
Por tanto, de la manera que recibisteis a Cristo Jesús el Señor, así andad en Él. --Colosenses 2:6.
Algunos cristianos tratan de vivir de una experiencia dramática y extática a la otra. Su relación con el Señor se basa en sus sentimientos de ese momento. Van de conferencias bíblicas a seminarios, a estudios bíblicos, tratando de mantener una gran emoción.
El escritor Creath Davis, refiriéndose a las primeras etapas de su vida cristiana escribió: «Yo pensaba que si no estaba sucediendo algo espectacular, mi fe se estaba debilitando. Como resultado de ello, me perdía de la mayor parte de lo que sucedía en los valles, esperando regresar a la cima de la montaña.»
¿Cuál es un antídoto eficaz para una fe que se centra en los sentimientos? Según el apóstol Pablo en Colosenses 2, la respuesta es centrarse en Cristo. Habiendo recibido a Cristo Jesús por fe, se nos instruye a continuar «andando en Él» por fe (v.6) en los altibajos de la vida. Al andar en estrecha comunión con Él cada día llegamos a estar «arraigados y edificados en Él y confirmados en [nuestra] fe» (v.7). Crecemos firmemente hacia la madurez a medida que nos centramos en Cristo y en lo que Él ha hecho por nosotros, y no en nuestros sentimientos.
Las experiencias de grandes emociones pueden ser beneficiosas, pero nada es más beneficioso que una vida de fe centrada en Cristo.
LA VERDADERA FE NO NECESITA SENTIMIENTOS SOBRE LOS CUALES DESCANSAR.

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