viernes, 2 de mayo de 2008

¿QUE DURA?

.Lectura: 2 Corintios 4:16-18
. . . las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas. --2 Corintios 4:18.
Tengo un amigo a quien le negaron un doctorado de una prestigiosa universidad de la costa oeste de los Estados Unidos debido a su concepto cristiano del mundo. Cuando estaba llegando a la conclusión de sus estudios, su asesor lo invitó a ir a su oficina y le informó que su disertación había sido rechazada.
Lo primero que pensó mi amigo fue en los miles de dólares y cinco años de su vida que de repente se perdían, y se le fue el corazón al suelo. Pero entonces pensó en la letra del himno escrito por Rhea Miller que dice: «Prefiero a Cristo a la plata o el oro, prefiero tenerlo a Él que tener riquezas; . . . Prefiero a Cristo a cualquier cosa que este mundo hoy ofrezca.» Y luego mi amigo se rió, pues se dio cuenta de que no se había perdido nada de valor eterno.
La manera como respondemos a la pérdida es cuestión de perspectiva. Una persona está absorta en lo permanente; la otra, en lo temporal. Una se hace tesoros en el cielo; la otra, los acumula aquí en la tierra. Una soporta un matrimonio difícil porque tiene el cielo por delante; la otra se sale y busca la felicidad en otra pareja. Mientras una cree que la felicidad se encuentra en ser rico y famoso, los seguidores de Cristo están dispuestos a sufrir pobreza, hambre, oprobio y vergüenza por «la gloria que ha de ser revelada» (1 Pedro 5:1).
¿No preferirías tú a Cristo?
EL VIVIR SOLAMENTE PARA LA GANANCIA TEMPORAL LLEVA A LA PÉRDIDA ETERNA.

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