miércoles, 21 de mayo de 2008

CUANDO ES DIFICIL ORAR

Lectura: Romanos 8:26-27
Aun antes de que haya palabra en mi boca, he aquí, oh Señor, tú ya la sabes toda. --Salmo 139:4.
La Biblia nos dice que Dios conoce todos nuestros pensamientos y toda palabra que pronuncia nuestra lengua (Salmo 139:1-4). Y cuando no sabemos por qué orar, «el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles» (Romanos 8:26).
Estas verdades bíblicas nos aseguran que podemos tener comunicación con Dios incluso sin decir ni una palabra, porque Él conoce las intenciones y los deseos de nuestro corazón. ¡Qué consuelo para cuando estamos perplejos o muy angustiados! No tenemos que preocuparnos si no encontramos las palabras para expresar nuestros pensamientos y sentimientos. No tenemos que sentirnos avergonzados si a veces nuestras oraciones se quedan a medio acabar. Dios sabe lo que íbamos a decir. No tenemos que sentirnos culpables si vagan nuestros pensamientos y tenemos que luchar para mantener la mente enfocada en el Señor.
Y a propósito, no tenemos que preocuparnos por adoptar una postura correcta en la oración. Si hemos envejecido o tenemos artritis y no podemos arrodillarnos, no importa. Lo que a Dios le interesa es la postura de nuestro corazón.
¡Qué Dios tan maravilloso! Por mucho que titubees o que tropieces en la oración, Él te escucha. Su corazón de infinito amor responde a las necesidades y emociones de tu propio inarticulado corazón. Así que sigue orando.
LA ORACIÓN NO REQUIERE ELOCUENCIA, SINO FERVOR.

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