miércoles, 16 de abril de 2008

SE TU MISMO

Lectura: Efesios 4:1-16
. . . te recuerdo que avives el fuego del don de Dios que hay en ti. . . . --2 Timoteo 1:6.
Algunos grupos cristianos ejercen presión sobre sus miembros para que hablen, actúen o luzcan iguales. Esto debe frustrar a la gente que es juzgada por no conformarse a las normas. Al tratar de hacerlos «encajar», el grupo podría estar apagando sus mejores y más fuertes dones.
He aquí una parábola que ilustra el punto: se localizó una villa rural en un área habitada por loros. Un día, un halcón aterrizó en el antepecho de una ventana. El dueño de la casa lo atrapó. Los habitantes de la villa nunca habían visto un ave como esa. Decidieron cortarle las alas, cortarle las garras, y rebajarle el pico con una lima para que fuera como los pájaros que ellos conocían.
Como seguidores de Cristo hemos de imitarlo a Él (1 Corintios 11:1; 1 Juan 2:6). Si nos parecemos más a él, ¿significa eso que todos vamos a empezar a actuar igual? Sí y no. Sí porque nuestra conducta hacia los demás y las reacciones a las circunstancias serán cada vez más como las de Jesús. No porque cada uno de nosotros recibe dones únicos, así como intereses y habilidades, para desarrollarlos y usarlos para Su gloria (Efesios 4:7).
No seamos culpables de apagar a nuestros hermanos cristianos. Más bien permitamos las diferencias. Dios los ha hecho únicos y los ha dotado para que cumplan Sus propósitos. Es una vergüenza convertir a un halcón en un loro.
TODOS LOS CRISTIANOS TIENEN EL MISMO PATRONO, PERO DIFERENTES TRABAJOS.

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