Lectura: Salmo 34:1-10
Probad y ved que el Señor es bueno. ¡Cuán bienaventurado es el hombre que en Él se refugia! --Salmo 34:8.
¿Crees que Dios es bueno, incluso cuando la vida no lo es? María así lo creía, y yo me quedé pasmada el día en que escuché a su pastor contar su historia en su entierro.
María era viuda, muy pobre, y confinada a su casa debido a sus enfermedades y avanzada edad. Pero igual que el salmista, ella había aprendido a alabar a Dios en medio de sus dificultades. Con los años había llegado a saborear con profunda gratitud todas las cosas buenas que Él le enviaba.
Su pastor la visitaba de vez en cuando en su casa. A causa del dolor que la paralizaba, le tomaba mucho tiempo llegar poquito a poco a la puerta para dejarlo entrar. Así que él la llamaba por teléfono y le decía que estaba de camino y a qué hora llegaría. María entonces empezaba la lenta y ardua caminata hasta la puerta, llegando a ella más o menos a la hora en que llegaba el pastor. Sin falta, ella lo saludaba con estas triunfantes palabras: «¡Dios es bueno!»
He observado que los que hablan con más frecuencia de la bondad de Dios son generalmente los que tienen más pruebas. Se centran en la misericordia y la gracia del Señor y no en sus problemas, y al hacerlo, prueban su bondad. El ejemplo de María no sólo nos desafía a «probar y ver», sino también a probar y a decir que el Señor es bueno. . incluso si la vida no lo es.CUANDO PRUEBES LA BONDAD DE DIOS, TUS LABIOS LO ALABARÁN.
Probad y ved que el Señor es bueno. ¡Cuán bienaventurado es el hombre que en Él se refugia! --Salmo 34:8.
¿Crees que Dios es bueno, incluso cuando la vida no lo es? María así lo creía, y yo me quedé pasmada el día en que escuché a su pastor contar su historia en su entierro.
María era viuda, muy pobre, y confinada a su casa debido a sus enfermedades y avanzada edad. Pero igual que el salmista, ella había aprendido a alabar a Dios en medio de sus dificultades. Con los años había llegado a saborear con profunda gratitud todas las cosas buenas que Él le enviaba.
Su pastor la visitaba de vez en cuando en su casa. A causa del dolor que la paralizaba, le tomaba mucho tiempo llegar poquito a poco a la puerta para dejarlo entrar. Así que él la llamaba por teléfono y le decía que estaba de camino y a qué hora llegaría. María entonces empezaba la lenta y ardua caminata hasta la puerta, llegando a ella más o menos a la hora en que llegaba el pastor. Sin falta, ella lo saludaba con estas triunfantes palabras: «¡Dios es bueno!»
He observado que los que hablan con más frecuencia de la bondad de Dios son generalmente los que tienen más pruebas. Se centran en la misericordia y la gracia del Señor y no en sus problemas, y al hacerlo, prueban su bondad. El ejemplo de María no sólo nos desafía a «probar y ver», sino también a probar y a decir que el Señor es bueno. . incluso si la vida no lo es.CUANDO PRUEBES LA BONDAD DE DIOS, TUS LABIOS LO ALABARÁN.
No hay comentarios:
Publicar un comentario