lunes, 7 de abril de 2008

DA BRILLO A LA VIDA

Lectura: Salmo 119:1-16
Me deleitaré en tus estatutos, y no olvidaré tu palabra. --Salmo 119:16.
Mientras viajaba en el trasatlántico Vistafjord, Eleanor Sass y varios otros pasajeros fueron invitados por el capitán a visitar el puente del barco. Allí el ingeniero explicó cómo trabaja el complicado equipo, tales como la brújula y el radar.
Sin embargo, lo que más impresionó a muchos de los pasajeros fue todo el bronce, el cual brillaba como oro. «¿Con qué frecuencia pule todo esto?» --preguntó un hombre al oficial. «Todos los días --fue la respuesta--. Porque al momento en que deja usted de pulir, el bronce empieza a perder el brillo.»
Esa respuesta puso a Eleanor a pensar en algo que había dejado de hacer: leer la Palabra de Dios todas las noches. Reconoció que por su negligencia hacia la Palabra de Dios estaba perdiendo el «brillo» de su vida. Por eso, a la hora de acostarse esa noche tomó la Biblia que había visto en la cómoda. Comenzó de nuevo a acudir a Dios en Su Palabra.
¿Has estado leyendo la Biblia, o has descuidado esa disciplina? El Salmo 119 nos exhorta a buscar al Señor con todo nuestro corazón, a deleitarnos en sus estatutos, y a no olvidar Su Palabra (vv.10,16).
Si tu relación con Dios ha perdido su brillo espiritual, necesita pulirse por medio del hábito fiel de la lectura diaria de las Escrituras.
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