domingo, 20 de abril de 2008

LA VERDADERA LIBERTAD

Lectura: Gálatas 4:19-5:1
Para libertad fue que Cristo nos hizo libres; por tanto, permaneced firmes. . . . --Gálatas 5:1.
En 1776, 13 colonias británicas en Norteamérica protestaron por las limitaciones que les ponía el rey de Inglaterra y se involucraron en una lucha que dio a luz a una nueva república. La recién nacida nación pronto adoptó el documento, que hoy es famoso, conocido como la Declaración de Independencia.
Hace casi 2.000 años, el Señor Jesucristo clamó en la cruz: «Consumado es», proclamando la «declaración de independencia» del creyente. Toda la humanidad estaba bajo la tiranía del pecado y la muerte. Pero Cristo, el Impecable, tomó nuestro lugar en el Calvario y murió por nuestros pecados. Habiendo satisfecho las justas demandas de Dios, ahora liberta por toda la eternidad a los que confían en Él.
Pablo escribió: «Cristo nos redimió de la maldición de la ley, habiéndose hecho maldición por nosotros» (Gálatas 3:13). Romanos 8 nos asegura: «Por consiguiente, no hay ahora condenación para los que están en Cristo Jesús. . . . Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús te ha libertado de la ley del pecado y de la muerte» (vv.1-2). Gálatas 5:1 nos apremia a todos los que hemos sido redimidos con estas palabras: «Para libertad fue que Cristo nos hizo libres; por tanto, permaneced firmes. . . .»
Doy gracias a Dios por la libertad que disfruto como ciudadano estadounidense. Pero sobre todo, los creyentes en todas partes del mundo pueden alabarlo por la libertad que se encuentra en Cristo.
NUESTRA MAYOR LIBERTAD ES LA LIBERTAD DEL PECADO.

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