Lectura: Marcos 1:16-20
eran pescadores. Y Jesús les dijo: Seguidme, y yo haré que seáis pescadores de hombres. Marcos 1:16-17.
No sólo nació el Hijo de Dios en un lugar improbable y de padres improbables, sino que escogió a sus primeros seguidores en un lugar improbable. No buscó en las escuelas religiosas a los eruditos más sabios. No buscó entre las filas de brillantes líderes militares. Se mantuvo alejado de los expertos estadistas y de los oradores famosos. Más bien Jesús fue a las costas de Galilea y llamó a cuatro pescadores comunes: Pedro y Andrés, Jacobo y Juan.
«Una mala decisión --podrían decir algunos--. Sin preparación, gente poco pulida. ¿Qué iban a saber acerca de empezar un movimiento mundial? No podrían atraer a una multitud si tuvieran que hacerlo.»
Ahora bien, en nombre de los pescadores de cualquier lugar, permítanme decir que ellos tienen muchos rasgos positivos. Deben ser personas ingeniosas, valientes y pacientes. Deben planificar cuidadosamente y cuidar su equipo. Esas cualidades sin duda son útiles para llevar a cabo la Gran Comisión (Mateo 28:19-20), pero no creo que fuera por eso que Jesús escogiera a esos hombres. Creo que Él quería demostrar cómo Dios puede transformar a gente ordinaria en «pescadores de hombres» (Marcos 1:16-17).
La obra de Dios a menudo la hace gente improbable de lugares improbables, gente como tú y como yo. Para tener éxito, debemos seguir a Aquel que puede hacernos pescadores de hombres.
DIOS USA A GENTE ORDINARIA PARA HACER UNA OBRA EXTRAORDINARIA.
eran pescadores. Y Jesús les dijo: Seguidme, y yo haré que seáis pescadores de hombres. Marcos 1:16-17.
No sólo nació el Hijo de Dios en un lugar improbable y de padres improbables, sino que escogió a sus primeros seguidores en un lugar improbable. No buscó en las escuelas religiosas a los eruditos más sabios. No buscó entre las filas de brillantes líderes militares. Se mantuvo alejado de los expertos estadistas y de los oradores famosos. Más bien Jesús fue a las costas de Galilea y llamó a cuatro pescadores comunes: Pedro y Andrés, Jacobo y Juan.
«Una mala decisión --podrían decir algunos--. Sin preparación, gente poco pulida. ¿Qué iban a saber acerca de empezar un movimiento mundial? No podrían atraer a una multitud si tuvieran que hacerlo.»
Ahora bien, en nombre de los pescadores de cualquier lugar, permítanme decir que ellos tienen muchos rasgos positivos. Deben ser personas ingeniosas, valientes y pacientes. Deben planificar cuidadosamente y cuidar su equipo. Esas cualidades sin duda son útiles para llevar a cabo la Gran Comisión (Mateo 28:19-20), pero no creo que fuera por eso que Jesús escogiera a esos hombres. Creo que Él quería demostrar cómo Dios puede transformar a gente ordinaria en «pescadores de hombres» (Marcos 1:16-17).
La obra de Dios a menudo la hace gente improbable de lugares improbables, gente como tú y como yo. Para tener éxito, debemos seguir a Aquel que puede hacernos pescadores de hombres.
DIOS USA A GENTE ORDINARIA PARA HACER UNA OBRA EXTRAORDINARIA.
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