.Lectura: 1 Juan 1:5-22
Y si alguno peca, Abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. 1 Juan 2:1.
El inventor Charles Kettering ha sugerido que debemos aprender a fracasar inteligentemente. Dijo: «Una vez has fracasado, analiza el problema y averigua por qué, porque cada fracaso es un paso más hacia la catedral del éxito. La única vez que realmente se fracasa es cuando uno no lo intenta otra vez.»
Kettering hizo estas sugerencias para convertir el fracaso en éxito: (1) enfrenta la derrota honestamente; nunca finjas el éxito. (2) Explota el fracaso; no lo desperdicies. Aprende todo lo que puedas de él. (3) Nunca uses el fracaso como excusa para no intentarlo de nuevo.
La sabiduría práctica de Kettering tiene un significado más profundo para el cristiano. El Espíritu Santo trabaja constantemente en nosotros para lograr «su beneplácito» (Filipenses 2:13), así que sabemos que el fracaso nunca es definitivo. No podemos recuperar el tiempo perdido. Ni tampoco podemos siempre arreglar las cosas, aunque debemos intentarlo. Algunas consecuencias de nuestros pecados no se pueden cambiar nunca. Pero podemos empezar de nuevo porque Jesús murió para pagar la pena por todos nuestros pecados y es nuestro «Abogado para con el Padre» (1 Juan 2:1).
Saber cómo beneficiarse del fracaso es la clave para seguir creciendo en la gracia. Según 1 Juan 1:9, necesitamos confesar nuestros pecados. Es el primer paso para convertir el fracaso en éxito EL FRACASO NUNCA ES DEFINITIVO PARA LOS QUE EMPIEZAN DE NUEVO CON DIOS.
Y si alguno peca, Abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. 1 Juan 2:1.
El inventor Charles Kettering ha sugerido que debemos aprender a fracasar inteligentemente. Dijo: «Una vez has fracasado, analiza el problema y averigua por qué, porque cada fracaso es un paso más hacia la catedral del éxito. La única vez que realmente se fracasa es cuando uno no lo intenta otra vez.»
Kettering hizo estas sugerencias para convertir el fracaso en éxito: (1) enfrenta la derrota honestamente; nunca finjas el éxito. (2) Explota el fracaso; no lo desperdicies. Aprende todo lo que puedas de él. (3) Nunca uses el fracaso como excusa para no intentarlo de nuevo.
La sabiduría práctica de Kettering tiene un significado más profundo para el cristiano. El Espíritu Santo trabaja constantemente en nosotros para lograr «su beneplácito» (Filipenses 2:13), así que sabemos que el fracaso nunca es definitivo. No podemos recuperar el tiempo perdido. Ni tampoco podemos siempre arreglar las cosas, aunque debemos intentarlo. Algunas consecuencias de nuestros pecados no se pueden cambiar nunca. Pero podemos empezar de nuevo porque Jesús murió para pagar la pena por todos nuestros pecados y es nuestro «Abogado para con el Padre» (1 Juan 2:1).
Saber cómo beneficiarse del fracaso es la clave para seguir creciendo en la gracia. Según 1 Juan 1:9, necesitamos confesar nuestros pecados. Es el primer paso para convertir el fracaso en éxito EL FRACASO NUNCA ES DEFINITIVO PARA LOS QUE EMPIEZAN DE NUEVO CON DIOS.
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