viernes, 11 de enero de 2013
miércoles, 9 de enero de 2013
TIEMPO DE REFLEXIÓN
El
último mes del año trae consigo la paradójica necesidad de reflexionar
en medio del caos de las actividades que finalizan, el apuro por
terminar lo que queda pendiente, las reuniones, los festejos, etc.
La mirada retrospectiva nos muestra cuán distantes o cercanos hemos quedado de lo que habíamos pensado o planificado para este año.
Vemos lo que hemos transitado: lo difícil de algunas situaciones nos asombra y visto más tarde nos parece increíble… También los momentos de felicidad y plenitud, algunos acontecimientos especiales nos llenan el pecho de calidez y la sonrisa se dibuja automática en nuestro rostro…
Las pruebas y las bendiciones, todo sale de la mano de nuestro Dios y nada escapa a Él. Aquello que nos da forma y transforma y aquello que por gra cia nos es dado.
Y la huella de nuestro Señor se hace patente al lado de nuestros pasos dados… Su mano sosteniendo nuestro cuerpo cansado; sus caricias que llenaron de paz nuestra mente cuando la lógica y los porqués sin respuesta inundaban el pensamiento; sus palabras que dieron sentido a nuestra vida.
La mirada retrospectiva nos muestra cuán distantes o cercanos hemos quedado de lo que habíamos pensado o planificado para este año.
Vemos lo que hemos transitado: lo difícil de algunas situaciones nos asombra y visto más tarde nos parece increíble… También los momentos de felicidad y plenitud, algunos acontecimientos especiales nos llenan el pecho de calidez y la sonrisa se dibuja automática en nuestro rostro…
Las pruebas y las bendiciones, todo sale de la mano de nuestro Dios y nada escapa a Él. Aquello que nos da forma y transforma y aquello que por gra cia nos es dado.
Y la huella de nuestro Señor se hace patente al lado de nuestros pasos dados… Su mano sosteniendo nuestro cuerpo cansado; sus caricias que llenaron de paz nuestra mente cuando la lógica y los porqués sin respuesta inundaban el pensamiento; sus palabras que dieron sentido a nuestra vida.
¡Llenemos de gozo de saber a Dios en nuestra vida! ¡Llenemos de gozo y alegrémonos al contemplar la misericordia de nuestro Padre!
¿Sabemos de Dios en nuestras vidas o hemos olvidado que caminamos su camino?, ¿acaso hemos trazado un camino paralelo al que nos ha preparado según lo que nosotros esperamos de nosotros mismos?
Miremos otra vez lo transit ado. Reconozcamos Su Presencia a pesar nuestro y alegrémonos de su misericordia.
Y en este nuevo año, caminemos por las huellas que Jesús ya trazó. Esperemos en Dios con la convicción de que Él hará.
viernes, 4 de enero de 2013
jueves, 3 de enero de 2013
UN SOLO CORAZÓN PARA LOS DOS
Los síntomas eran claros e inequívocos, y los médicos no se hicieron
ilusiones. El cuerpo de Donna Ashlock, de diecisiete años, empezaba a
rechazar el corazón de Félix Garza, de quince, implantado en ella tres
años antes. A la muchacha la llevaron al hospital y la pusieron en
cuidados intensivos. Pero la naturaleza respondió negativamente, y
Donna murió el 7 de marzo de 1989. Durante tres años ella había vivido
con el corazón de Félix. Dos personas, dos seres, dos vidas jóvenes: un
solo corazón.
He aquí el ideal de todo noviazgo, de todo matrimonio. Dos vidas,
dos personas, dos voluntades, pero un solo corazón. Un solo corazón
para tener los mismos sentimientos, sufrir las mismas penas, gozar las
mismas alegrías.
Félix murió de un aneurisma cerebral. Presintiendo su muerte,
había donado su corazón a Donna, que lo necesitaba. Donna tenía catorce
años, y vivió tres años con el corazón de Félix.
¿Qué hace que un matrimonio sea estable y duradero? El amor. ¿Cómo
se fundamenta el buen amor? Cuando ambos corazones, el de él y el de
ella, laten al unísono. ¿Cómo hacer que ambos corazones latan juntos?
Ese es el gran secreto de un matrimonio duradero, estable y feliz.
¿Cómo se logra eso? La palabra clave es «compromiso». Esos votos que
uno y otro se hacen ante el clérigo, los testigos y Dios, tienen que
ser más que sonidos y articulaciones. Tienen que estar fundamentados en
un compromiso, una lealtad, una unión de por vida. No puede haber
siquiera la posibilidad de separación o divorcio. El compromiso es la
clave. Él jura lealtad y amor eterno a ella, y ella jura lealtad y amor
eterno a él.
Creemos que todo matrimonio comienza con esos ideales, pero algo
pasa: enfriamiento, hastío, disgusto y, a partir de ahí, peleas e
infidelidades, y al final el divorcio.
¿Qué ha ocurrido en los matrimonios fracasados? Para responder a
eso hay que apelar a lo espiritual. El salmista dijo: «Si el Señor no
edifica la casa, en vano se esfuerzan los albañiles» (Salmo 127:1). Es
que los cónyuges hicieron caso omiso del gran edificador de hogares.
Si Dios no es el centro de nuestra vida y de nuestro hogar,
fracasará nuestra familia. Cristo está a la puerta de nuestro
matrimonio y nos pide que le permitamos entrar. Abrámosle hoy la puerta
de nuestro corazón y de nuestro matrimonio.
Hermano Pablo
martes, 1 de enero de 2013
sábado, 29 de diciembre de 2012
TIEMPO DE REFLEXION
El
último mes del año trae consigo la paradójica necesidad de reflexionar
en medio del caos de las actividades que finalizan, el apuro por
terminar lo que queda pendiente, las reuniones, los festejos, etc. La mirada retrospectiva nos muestra cuán distantes o cercanos hemos quedado de lo que habíamos pensado o planificado para este año. Vemos lo que hemos transitado: lo difícil de algunas situaciones nos asombra y visto más tarde nos parece increíble… También los momentos de felicidad y plenitud, algunos acontecimientos especiales nos llenan el pecho de calidez y la sonrisa se dibuja automática en nuestro rostro… Las pruebas y las bendiciones, todo sale de la mano de nuestro Dios y nada escapa a Él. Aquello que nos da forma y transforma y aquello que por gra cia nos es dado. Y la huella de nuestro Señor se hace patente al lado de nuestros pasos dados… Su mano sosteniendo nuestro cuerpo cansado; sus caricias que llenaron de paz nuestra mente cuando la lógica y los porqués sin respuesta inundaban el pensamiento; sus palabras que dieron sentido a nuestra vida. ¡Llenemos de gozo de saber a Dios en nuestra vida! ¡Llenemos de gozo y alegrémonos al contemplar la misericordia de nuestro Padre! ¿Sabemos de Dios en nuestras vidas o hemos olvidado que caminamos su camino?, ¿acaso hemos trazado un camino paralelo al que nos ha preparado según lo que nosotros esperamos de nosotros mismos? Miremos otra vez lo transit ado. Reconozcamos Su Presencia a pesar nuestro y alegrémonos de su misericordia. Y en este nuevo año, caminemos por las huellas que Jesús ya trazó. Esperemos en Dios con la convicción de que Él hará. |
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