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lunes, 9 de agosto de 2010

EL VALOR DEL ANILLO

Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?.
El maestro sin mirarlo, le dijo:
-Cuánto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mi propio problema. Quizás después…- y – haciendo una pausa agregó- si quisieras ayudarme tú a mi, yo podría resolver este problema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar.
E…encantado, maestro- titubeó el joven, pero sintió que otra vez era desvalorizado, y sus necesidades postergadas.
Bien, asintió el maestro. Se quitó un anillo que llevaba en el dedo pequeño y dándoselo al muchacho, agregó- toma el caballo que está allí afuera y cabalga hasta el mercado.
Debo vender este anillo porque tengo que pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Ve y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas.
El joven tomó el anillo y partió. Apenas llegó empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con algún interés, hasta que el joven decía lo que pretendía por el anillo. Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le daban vuelta la cara y sólo un viejito fue tan amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio de un anillo.
En afán de ayudar,alguien le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro rechazó la oferta.
Después de ofrecer su joya a toda persona que se cruzaba en el mercado -más de cien personas- y abatido por su fracaso, montó su caballo y regresó. Cuánto hubiera deseado el joven tener él mismo esa moneda de oro. Podría entonces habérsela entregado él mismo al maestro para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo y ayuda. Entró en la habitación.
Maestro- dijo- lo siento, no se puede conseguir lo que me pediste. Quizás pudiera conseguir dos o tres monedas de plata, pero no creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo.
Qué importante lo que dijiste, joven amigo- contestó sonriente el maestro-.Debemos saber primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar y vete al joyero. ¿Quién mejor que él para saberlo? Dile que quisieras vender elanillo y pregúntale cuánto te da por él. Pero no importa lo que ofrezca, no se lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo.
El joven volvió a cabalgar. El joyero examinó el anillo a la luz del candil con su lupa, lo pesó y luego le dijo: -Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender YA, no puedo darle más que 58 monedas de oro por su anillo.
-58 MONEDAS!!! Exclamó el joven. -Sí, replicó el joyero- yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de 70 monedas, pero no sé…si la venta es urgente..
El joven corrió emocionado a la casa del maestro a contarle lo sucedido.
Siéntate- dijo el maestro después de escucharlo- Tú eres como este anillo: una joya, valiosa y única. Y como tal, sólo puede evaluarte verdaderamente un experto. ¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor? Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño.
El único que puede ayudarnos a descubrir cuanto valemos es nuestro Señor Jesucristo. Nuestro valor es el precio de su sangre que derramó en la cruz por amor a nuestras vidas.

lunes, 8 de marzo de 2010

AMOR DE MADRE

Hace años una madre viuda, joven, viajaba a pie por las montañas de Escocia cuando le sorprendió una tempestad de nieve que le impidió llegar a su destino. A la mañana siguiente al hallarle helada, descubrieron que se había quitado toda su ropa exterior para abrigar con ella a su hijito a quien encontraron vivo gracias a tal protección.

El pastor que hizo el entierro de esta madre abnegada, solía contar con frecuencia esta historia como ilustración del amor de Dios, y asimismo su hijo, también pastor años más tarde.

Una noche el predicador contó una vez más esta emocionante historia y pocos días después recibió recado para visitar a un hombre muy enfermo quien le dijo:

-Usted no me conoce, porque aunque he vivido muchos años en esta ciudad nunca asistía a las iglesias; pero el otro día pasé por delante de su Iglesia y oyendo cantar me dio la vida para salvar a su hijo y explicó usted tan claramente que tal amor es una ilustración del amor de Cristo que dio su vida por nosotros, que por primera vez comprendí la grandeza de este amor. Yo soy aquel hijo por el cual su madre murió helada y he querido hacerle saber que mi madre no murió en vano. He aceptado a Cristo y muero salvo. El sacrificio de mi madre ha servido para salvar mi cuerpo y mi alma.

lunes, 22 de febrero de 2010

EL REY SALVADOR

El rey Baber de la India era un buen príncipe que hacía todo lo que le era posible para el bienestar de sus súbditos, pero entre ellos tenía a un soldado el cual era su mortal enemigo; cierto día paseándose el rey disfrazado por la ciudad para ver de cerca el ambiente de su pueblo se desarrolló la siguiente escena: Un elefante se había escapado y destruía con sus gigantescas patas todo lo que encontraba a su paso. Muy cerca de sus pies estaba un pobre niño de la casta de los parias, el cual se encontraba tendido en el suelo medio muerto de hambre, nadie se atrevía a levantarlo ya que si lo hubiese hecho todos le habrían aborrecido; en aquel mismo instante el rey se lanzó sobre el niño y lo arrebató con un rápido golpe, salvándole así de una muerte trágica. En el mismo momento de levantar al niño se le cayó de la cabeza el turbante y descubrieron todos que era el rey, causando un asombro general.

Entre los concurrentes se encontraba su mortal enemigo, el cual al ver el acto de valor del rey, se derribó a sus pies y le confesó lo que intentaba hacer.

-Señor, yo soy tu enemigo; había resuelto matarte hoy, pero el que salva la vida es mayor que el que la destruye; mis manos nada pueden contra los que Dios protege. Toma mi espada y mata a los que te quieren matar.

El rey tomó el soldado por la mano y lo levantó; y con una sonrisa llena de bondad le dijo:

-De ningún modo; toma tu espada y empléala desde ahora en mi servicio; desde hoy te hago guardia de mi palacio.

Desde entonces fue uno de los soldados más fieles y más valientes del rey Baber.

¿No nos recuerda esto la historia de Jesús el Rey de reyes, el cual aún cuando nosotros éramos pecadores nos perdonó y nos ha hecho príncipes con El, y Sacerdotes?

jueves, 4 de febrero de 2010

SE SACRIFICO A SI MISMO

Claudio Barlow fue un doctor americano que estaba trabajando en China cuando azotó una nueva plaga que afectó a muchas personas y él no pudo encontrar algo que la contrarrestara. ,Pidió que dejasen entrar a los Estados Unidos uno de sus pacientes para que estudiasen y observasen la enfermedad, pero esto le fue negado por lo contagioso de aquella enfermedad.

El Dr. Barlow acumuló muchos datos sobre esta enfermedad observando y curando a sus pacientes, y entonces se fue a los Estados Unidos llevando consigo dos frascos de gérmenes de ella. Cuando el barco iba llegando el doctor bebió el contenido de los frascos, luego fue a la Universidad Johns Hopkins y se entregó en manos de sus antiguos profesores, les dio sus notas que había hecho en China y les dijo: "Quiero que experimenten conmigo, hagan lo que puedan, sálvenme la vida si es posible; pero de alguna manera encuentren remedio para la gente de China. Afortunadamente pudieron curarlo y salvar su vida y la de miles.

Aunque en Jesús no había pecado, El se identificó con pecadores como nosotros y buscó un remedio para nuestro pecado, y este remedio fue el sacrificio de sí mismo.

viernes, 22 de enero de 2010

EL TOQUE DE QUEDA

Un joven había sido sentenciado a muerte por delito político en días de Cromwell. Su novia fue a pedir el indulto, recibiendo la fría respuesta de que el joven debía morir el día fijado al toque de queda. La joven subió sigilosamente en dicho día al campanario de la ciudad y cogió el badajo de la gran campana. El campanero, vicio y algo sordo, vino a la puesta del sol y haló de la cuerda, volteando el débil cuerpo de la muchacha en todas direcciones; pero ella resistió el dolor de repetidos golpes y torceduras sin soltarse.

En tanto, en el cuartel, se aguardaba en vano el sonido fatal. Cuando iba a investigarse el motivo de la tardanza, apareció la joven ensangrentada y se arrodilló a los pies de Cromwell. Este exclamó conmovido: "Id, amantes de la vida, el toque de queda no sonará esta noche".

¿Podía el joven rescatado a tal precio abandonar o ser infiel a aquel amante corazón? ¿Podemos serlo a Cristo?

jueves, 14 de enero de 2010

LOS DOS HEMANOS

En una escuela pública, un niño hizo una travesura, manchando los papeles del pupitre del maestro con tinta. Cuando el tal llegó y lo descubrió, exigió a todos el nombre del culpable.

-¡López! -gritó un chiquillo.

-¡López, aquí! ordenó el maestro tomando la palmeta.

Había dos hermanos del mismo apellido, y se adelantó el mayor, quien recibió estóicamente el fuerte y doloroso palmeteo. De repente, el menor, llorando, se adelantó gritando:

-¡Señor maestro: No le pegue más! ¡No fue él, que fui yo el culpable!

El maestro dejó de pegar, intrigado, y pidió explicaciones: -A ver, tú, López, el mayor: ¿Por qué te has adelantado para ser castigado sin protestar de tu inocencia? Habla.

-Porque él es más pequeño, menos fuerte, y está un poquito enfermo contestó el pequeño héroe. El maestro, maravillado, le apretó sobre su pecho.

-Muchacho -dijo nunca serás en tu vida más cristiano que hoy. Esto es lo que hizo Cristo por ti y por mí. ¡Dios te bendiga, hijito!

domingo, 20 de diciembre de 2009

MÁS QUE ORO

Un jefe de una tribu africana dijo, cuando un caballero inglés ofreció dinero para salvar la vida de un esclavo: "No quiero tener dinero; quiero sangre". Y mandó disparar contra el que había sido condenado a muerte.

El caballero extendió su brazo para proteger al esclavo, y la saeta penetró en su brazo. "Aquí está la sangre, dijo el inglés, la doy por el esclavo, ahora me pertenece".

El esclavo le fue entregado y cuando éste recibió inmediatamente su libertad, dijo con abundante gratitud: "Usted me ha comprado con su sangre, siempre seré su esclavo". Y cumplió su promesa".

Qué buena ilustración de las palabras tan conocidas: "Habéis sido redimidos, no con plata ni oro, sino con su sangre preciosa.

martes, 15 de diciembre de 2009

LA DECISIÓN DE ZINZENDORF

Un célebre pintor de la antigüedad, fue conmovido por las preguntas insignes de una gitanilla que, acudiendo como modelo a su estudio, quedó admirada de un cuadro de la crucifixión que el pintor estaba ultimando. La niña no había oído contar nunca la historia del amor del Salvador y cuan do el pintor se la refirió para que no le importunase más con sus preguntas, ella exclamó ingenuamente:

-¿Debe usted amar mucho a quien hizo todo esto por usted?

Estas palabras penetraron en el corazón del pintor, quien reconoció que no amaba a Cristo como debía y se convirtió de veras a El, uniéndose a un grupo de creyentes evangélicos de su ciudad, en quienes halló verdaderos adoradores del Cristo crucificado.

Stenburg sentía un amor ardiente por su Salvador. Todo lo hizo por mí, pensaba. ¿Cómo podré hablar a los hombres de aquel amor sin límites que se dio por ellos para darles la salvación? ¿Cómo podré hacer que la luz de vida que ha entrado en mi alma penetre en otros corazones también? No soy orador, aunque tratase de hablar no podría. Pensando de este modo un día empezó a diseñar al azar un tosco bosquejo de una cabeza coronada de espinas. Una idea cruzó por su mente. "¡Puedo pintar!" -dijo-. "Mi pincel deberá proclamarlo"'. En aquel retablo que conmovió a la gitana Pepita, su cara era todo angustia y agonía, pero eso no era la verdad. Amor indecible, compasión infinita, sacrificio voluntario, esto hay que expresar.

Cayó de rodillas y oró para que Dios le hiciera digno de pintar y proclamar a Cristo de ese modo.

Y luego trabajó. El fuego de la inspiración ardió; subió hasta la más alta fibra de sus dotes artísticas. El cuadro del Cristo crucificado era una maravilla. No quiso venderlo; lo dio corno regalo a su ciudad natal, fue puesto en el Museo y allá acudieron las gentes a verlo. Los corazones se emocionaban ante él y volvían las gentes a sus casas comprendiendo mejor el amor de Dios, y repitiendo por lo bajo las palabras que en letra clara el pintor había escrito:

"Esto hice yo por ti. ¿Qué has hecho tú por Mí?"

Stenburg acudía también, observando desde un rincón a la gente que se reunía junto al cuadro y oraba a Dios para que bendijese su sermón pintura. ­Entre los visitantes, vino un día el joven conde Zinzendorf. Pasó varias horas admirando el cuadro y orando a Dios. Cuando volvió a su casa, dio respuesta a la pregunta del cuadro consagrando toda su fortuna a aliviar la suerte de los perseguidos cristianos moravos, fundando en sus posesiones las colonias de donde partieron centenares de mensajeros del amor del Salvador a los países paganos.

viernes, 11 de diciembre de 2009

¿CRISTO Ó CESAR?

No fue mera casualidad que Jesús fuera a Cesárea de Filipo donde había un templo, en forma de gruta, dentro de una roca blanca, en el cual se adoraba la imagen de César como Dios manifestado en carne.

Jesús fue allá para preguntarles: "¿Quién dicen los hombres que yo soy?" Los discípulos querían que Jesús reuniera fuerzas, en aquel lugar apartado, para luchar contra el César; y lo estaba haciendo. Pero de una manera tan completa y de tan vastos alcances como nunca podían soñarlo. Fue allí donde empezó la gran batalla.

Auto Stanley Jones

miércoles, 9 de diciembre de 2009

EL VALIENTE CANTERO

Con cánticos de alegría salieron los canteros una mañana para empezar sus trabajos en la cantera cerca de Bristol, población importante en el Oeste de Inglaterra. Era el 31 de Marzo de 1868.

Aquí, unos están barriendo la dura roca caliza con barras de acero. Allí otros están midiendo con sumo cuidado los granos de la pólvora para las cargas; más allá un grupo considerable se ocupa de remover los escombros y la tierra del escenario de operaciones de ayer.

Pasa debajo de la cantera la línea de ferrocarriles entre Londres y Bristol y de vez en cuando corre un ten por el pedazo de línea descubierta entre dos túneles.

Ya están listos varios mineros y se encienden varias mechas al mismo tiempo se apresuran los hombres y muchachos a buscar los rincones y lugares libres de peligro, y pronto tres o cuatro detonaciones tuertísimas proclaman que las minas han producido su efecto esperado.

Entre la compañía había un obrero llamado Juan Chiddy. Su oficio era quitar la piedra desalojada por la voladura, y llevarla donde estaban los vagones del ferrocarril. Al hacer esto se removió una gran masa de roca que empezó a rodar y no paro hasta que Regó a la vía férrea y quedó precisamente sobre los raíles mismos.

Detúvose de terror el corazón de Juan, al ver que estaba interceptada la línea, y si no se quitaba aquella roca serían-sacrificadas centenares de vidas. Se descolgó rápidamente por la pendiente abajo con su palanca de mano, pero en aquel mismo momento pudo apreciarse el silbido de un tren que estaba en uno de los túneles. Tal vez sería ya tarde, porque era el expreso de Londres y tardaría sólo algunos segundos en atravesar el túnel. Tuvo Juan que tomar una decisión y esto con gran prisa. Hubo de decidirse con dejar estrellar el tren con toda su carga de seres humanos, o arrojarse a una muerte segura procurando quitar la roca de la vía. ¿Cuál iba a ser su decisión?

Con sumo cuidado observó el maquinista del expreso los signos, según volaba su tren. Ya se acerca a Bristol y al fin del viaje. Todo estaba expedito al entrar en el túnel, y el tren penetró haciendo retumbar las paredes de su estrecha prisión; ahora empieza a esclarecer y la luz del final del túnel empieza a ser vista por el maquinista, cada vez más clara; más allá se ven líneas de los raíles, que se acercan en su perspectiva y sobre la vía en la cual está volando el expreso, al salir del túnel, el maquinista ve horrorizado el gran trozo de roca en medio de la vía que impide su paso. Es imposible detener el tren; ya no hay más que algunos centenares de metros de distancia.

Pero todavía más horrorizado ve el maquinista que está penando un hombre para desviar la roca. Ya no queda tiempo. Con una mirada contempla la escena y cierra los ojos agarrado a su máquina Esperando el choque.

Prosigue el tren su vertiginosa marcha y no hay choque. Llega a la estación y pronto saben los pasajeros cuán inminente ha sido su peligro. Se les cuenta que han estado a dos pasos de la muerte; que la línea había sido interceptada por una masa de roca, y que un cantero le había arrojado de la vía un segundo antes del paso del tren; pero que había puesto su vida en lugar de la de los pasajeros, y que en la vía habían quedado los magullados restos de su salvador.

Cristo Jesús también puso su vida para que nosotros, los pecadores pudiéramos ser salvos de una catástrofe segura.

domingo, 6 de diciembre de 2009

DIO SU VIDA POR SUS AMIGOS

Al final de la primera guerra Europa, un destacamento de soldados ingleses esperaba entrar en un pequeño pueblo cerca del Rhin (Francia) cuando repentinamente un soldado salió corriendo de un edificio gritando: "¡Alerta!", Instantáneamente una descarga de rifles le dejaron muerto en el suelo.

Pero la advertencia salvó a la compañía de una emboscada. El destacamento luchó haciendo retirar al enemigo y pronto se supo la historia del que les había salvado. Era un soldado de la guardia real irlandesa, prisionero de los alemanes quien conociendo los planes del enemigo esperó el momento oportuno y sacrificó su propia vida para salvar la de muchos compatriotas. Reconocidos y conmovidos los ingleses le dieron una buena sepultura, poniendo sobre ella una cruz con este texto: "A otros salvó, a sí mismo no se pudo salvar".

Estas fueron precisamente las palabras que los judíos lanzaron contra Cristo cuando estaba pendiente de la cruz. No pudo salvar a otros y a sí mismo a la vez, y prefirió sacrificarse él en favor de otros, incluso de aquellos que le crucificaron.

domingo, 29 de noviembre de 2009

NO ESTES TRITE

“Ciertamente volverán los redimidos de Jehová; volverán a Sión cantando y gozo perpetuo habrá sobre sus cabezas. Tendrán gozo y alegría, y huirán el dolor y el gemido.” Isaias 51:11

¿Sabía usted que como creyente la sangre de Jesucristo le ha redimido de la maldición del dolor y la tristeza? Usted no tiene por qué tolerar estas cosas, así como no tiene que tolerar el pecado ni la enfermedad.

Varios meses antes de que mi madre partiera hacia la presencia del Señor, en agosto de 1988, Dios comenzó a enseñarme acerca de este asunto. Cada vez que Él me mostraba algo, yo lo ponía en práctica (usted debería hacer lo mismo cada vez que Dios le enseñe algo: comience a ponerlo en práctica, y cuando llegue el momento de hacerlo no tendrá problemas).

Así que, ocho meses y medio antes de que mi madre partiera, comencé a resistir el dolor y la tristeza. Decidí que no iba a entristecerme. De inmediato el diablo comenzó a atacar mi estado de ánimo. Pero le decía: “No, no voy a tolerar eso. Ejerzo autoridad sobre mi estado anímico en el nombre de Jesús. He dado mi cuerpo como sacrificio agradable al Señor, y no participaré de nada excepto de su gozo”. Entonces comencé expresar la Palabra y a alabar en voz alta. Pasé tres días difíciles resistiendo, hasta que los espíritus de aflicción se fueron.

Lo que quiero decirle es que usted va a tener que resistir el dolor y la tristeza. No le pertenecen. No provienen de su Padre celestial. Quizá tenga que pasearse por su habitación toda la noche. Pero en lugar de preocuparse y llorar, camine y exprese la Palabra hasta que deje de sentirse así y el gozo del Señor le llene. Recuerde que usted es uno de los que “tendrán gozo y alegría” y de los cuales “huirán el dolor y el gemido”. Usted es el redimido de Jehová.

Escrito por:Keneth Copeland

jueves, 26 de noviembre de 2009

EL PUENTE DE AMOR

Los padres de Luis vivían en la playa de un hermoso lago de Suiza. Su padre trabajaba en el lado opuesto. Un día Luis y su hermano fueron a través del lago al encuentro de su padre. La madre les vigilaba desde la ventana. Todo iba bien, pero de repente se dio cuenta de que el hielo sobre el cual andaban estaba partido. El hermano mayor saltó fácilmente al otro lado, pero la madre exclamó sollozando desde la ventana: "¡El pequeño! El pequeño no puede saltar". Entonces vio como el hermano mayor extendía su cuerpo entre los dos hielos y el pequeño pasaba por encima de él.

¿No es esto lo que Cristo hizo con su propio cuerpo? Lo puso como puente por el cual el hombre pudiera llegar hasta Dios.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

CABRAS PARA JESUS

Cuando Dave y Joy Mueller sintieron que Dios los instaba a mudarse a Sudán como misioneros, todo lo que sabían es que iban a ayudar a construir un hospital en ese país arrasado por la guerra. ¿Cómo podían saber que habría cabras en su futuro?

Joy comenzó a trabajar con las mujeres y descubrió que muchas de ellas eran viudas por causa de la devastadora guerra civil y que no tenían manera de ganarse la vida. Así que, tuvo una idea.Si pudiera entregarle tan sólo una cabra preñada a una mujer, esta tendría leche y una fuente de ingresos. A fin de mantener el programa activo, la mujer le devolvería el cabrito recién nacido a Joy, pero todos los demás productos provenientes de la cabra se utilizarían para apoyar a la familia de la mujer. El cabrito finalmente iría a otra familia. El regalo de las cabras dadas en el nombre de Jesús cambió las vidas de numerosas mujeres sudanesas, y abrió la puerta para que Joy compartiera el evangelio.

¿Qué tienes tú en vez de aquellas cabras? ¿Qué puedes dar u ofrecer? ¿Tal vez llevarle en tu automóvil? ¿Ofrecerte a trabajar en su jardín? ¿Proveerle de algún recurso material?

Como creyentes en Cristo, debemos ocuparnos de las necesidades de los demás (1 Juan 3:17). Nuestros actos de amor revelan que Jesús vive en nuestros corazones; por ello, darles a aquellos que tienen necesidad puede ayudarnos a compartir con otros acerca de Él. —JDB

El que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? —1 Juan 3:17

martes, 24 de noviembre de 2009

DIO SU VIDA POR SUS AMIGOS

Al final de la primera guerra Europa, un destacamento de soldados ingleses esperaba entrar en un pequeño pueblo cerca del Rhin (Francia) cuando repentinamente un soldado salió corriendo de un edificio gritando: "¡Alerta!", Instantáneamente una descarga de rifles le dejaron muerto en el suelo.

Pero la advertencia salvó a la compañía de una emboscada. El destacamento luchó haciendo retirar al enemigo y pronto se supo la historia del que les había salvado. Era un soldado de la guardia real irlandesa, prisionero de los alemanes quien conociendo los planes del enemigo esperó el momento oportuno y sacrificó su propia vida para salvar la de muchos compatriotas. Reconocidos y conmovidos los ingleses le dieron una buena sepultura, poniendo sobre ella una cruz con este texto: "A otros salvó, a sí mismo no se pudo salvar".

Estas fueron precisamente las palabras que los judíos lanzaron contra Cristo cuando estaba pendiente de la cruz. No pudo salvar a otros y a sí mismo a la vez, y prefirió sacrificarse él en favor de otros, incluso de aquellos que le crucificaron.

domingo, 22 de noviembre de 2009

¿MURIÓ POR MI?

Contemplando una niña desde las rodillas de su padre, un libro de imágenes, una lámina representando la Crucifixión.

-¿Murió por ti, papá? -preguntó. Sí, hijita.

-¿Por mamá, también? -También.

-¿Murió por mí? -También murió por ti, hija mía

La niña se apresuró a descender al suelo, se arrodilló y oró: Gracias, Señor Jesús, porque moriste por mí... Y perdóname que haya tardado tanto tiempo en darte las gracias.

Hermosa lección que deberían aprender muchos mayores...

domingo, 9 de agosto de 2009

UNA RESPUESTA AMABLE

La respuesta amable calma el enojo, pero la agresiva echa leña al fuego. Proverbios 15.1

MIENTRAS esperaba para que alguien tomara el teléfono, estaba tensa. Tenía una queja y ellos iban a oírme. «Hola, estaba llamando con relación a la computadora que su esposo me vendió», le dije sin perder tiempo. «La computadora no se enciende, no lo ha hecho hace un mes. ¿Cree que él podría arreglarla?». Quería que supieran que lo decía en serio, y no quería perder tiempo con excusas. Pero no hubo excusas.

«Oh, lo siento mucho», fue la respuesta compasiva al otro lado de la línea. «¡Qué frustrante no poder utilizar su computadora! Tan pronto llegue mi esposo, le diré lo que ocurre».

Colgué el teléfono, sintiéndome un poco necia. Sus palabras amables desvanecieron mi ira. Entonces comprendí: ¿Cuántas veces cuando tenemos una queja legítima, nos sentimos con el derecho de ser rudos y enojarnos? Aunque todos/as tenemos que lidiar con nuestros retos y enojos, como cristianos podemos enfrentarlos con bondad y así representar bien a Cristo.

Nunca conocí a esta mujer, pero me enseñó un lección que nunca olvidaré. Su respuesta amable me enseñó más que los mensajes más elocuentes que haya escuchado.

Sa. Gabriella P. Savaresse (Nuevo México, EUA)

Oración:
Padre, ayúdanos a imitar el carácter de tu hijo, Jesús, en los tiempos buenos y cuando estamos frustrados. Amén.

PENSAMIENTO PARA EL DÍA

Dios nos ayuda a dar una respuesta tierna cuando estamos enojados.

miércoles, 5 de agosto de 2009

¿NO NOS HA CREADO EL MISMO DIOS?

Malaquías 2: 10 “¿No tenemos todos un mismo padre? ¿No nos ha creado un mismo Dios? ¿Por qué, pues, nos portamos deslealmente el uno contra el otro, profanando el pacto de nuestros padres?”

Quizá una de las cosas que me impacto cuando entregue mi vida al Señor fue que en la congregación en donde aun me encuentro había una hermandad única, había un compañerismo excelente y un apoyo mutuo indescriptible.

Me imagino que eso fue una de las cosas que me ayudo a poder llevar una excelente relación personal con el Señor y como resultado he podido servir en muchos ministerios, tratándolo de hacer lo mejor que he podido.

Pero lastimosamente al hacer una comparación de hace once años para acá, he podido ver como esa hermandad se ha deteriorado y como el compañerismo se ha ido opacando, el apoyo entre hermanos ahora en mínimo comparado a años anteriores. No soy de los que le gusta comparar, pero a veces es necesario para darnos cuenta lo mal que estamos actuando.

En el versículo anterior hay una reflexión muy fuerte en cuanto a la hermandad que tendría que haber entre nosotros. Pero ¿Realmente estamos siendo leales los unos con los otros?, o ¿Estaremos haciendo excepción de personas?

Una de las cosas que no soporto en el cristianismo es la excepción de personas, no soy de la partida de que a hermanos de mejor nivel social o económico se le trate mejor que a alguien humilde y de bajos recursos, eso para mi es una injusticia.

Ahora bien, ¿Por qué nos portamos desleales con nuestro hermano?, ¿Por qué estamos profanando la palabra de Dios?, ¿No dijo Jesús que nos amaramos a nuestro prójimo como a nosotros mismos?, ¿Por qué no lo podemos hacer?

La respuesta de estas interrogantes es sencilla: Si tu no puedes ser leal a tu hermano y amarlo como a ti mismo, es porque no te has dado cuenta quien es tu Padre, porque si mi Dios es tu Padre tendrías que amarme como a tu hermano, ¿Pero nos estaremos amando como hermanos?, a Dios nadie lo puede engañar, El sabe muy bien si nuestro amor por nuestro hermano es genuino o interesado o en el peor de los casos un amor hipócrita.

Es momento de reflexionar y entender que si Dios es tu Padre, entonces yo y muchos mas somos tus hermanos. ¿Qué esperas para tratarme como tal?, ¿Qué estas esperando para comenzar a ser leal a tu hermano a pesar de que el no lo quiera hacer contigo?

Amar al que me ama, es muy fácil, amar a que me es leal, lo es mas, pero ¿Amar al que me aborrece?, ¿Al que habla en mal de mi?, ¿Al que me fallo?

Es hora de comenzar a demostrar la hermandad y la lealtad que Dios quiere que tengamos los unos con los otros. ¿Estas preparado?

Autor: Enrique Monterroza

martes, 21 de julio de 2009

LA CARRERA CONTINUA

El 24 de marzo de 2007 a Isidre Esteve le cambió la vida para siempre. Durante una competencia en España perdió el control de su moto y al caer ser rompió dos vértebras, quedando inválido de la cintura para abajo.
Menos de dos años después, el español se encuentra en Chile compitiendo en su undécimo Rally Dakar, pero ahora lo hace en un vehiculo especialmente acondicionado para su lesión, de modo que este impedimento interfiera lo menos posible.

En ocasiones “malas maniobras” en nuestra vida provocan cambios radicales. Literalmente, “perdemos el control” de nuestros propios actos.


Asi, como Isidre, de pronto, abrimos nuestros ojos y violentamente nos encontramos con grandes limitantes que nosotros mismos provocamos y parecen gritarnos: No podrás continuar!..
…Un pecado..da como resultado la perdida de tu lugar en el Ministerio…
Una mala reacción con un ser querido… da como resultado una relación rota!
Una mala gestión en tu trabajo…da como resultado la pérdida de tu fuente laboral! etc, etc, etc.

Podríamos hacer una lista interminable de malas maniobras que desembocan en enormes impedimentos.

Cuando la prensa entrevistó a Esteve, el dijo que se planteó una meta modesta para su primer carrera de regreso a las pistas, aunque no por ello menos complicada: “Poder terminar la carrera”!

Steve pudo quedarse en casa lamentando su “mala maniobra”…
Pudo convertirse en un hombre amargo y frustrado…pero el tomó actitud de ganador.

Podemos también, después de sufrir las consecuencias de malas acciones o malas decisiones, encerrarnos a llorar nuestro fracaso, o bien, prepararnos para la próxima carrera…

Hebreos 12:1 Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante…

Te invito…prepárate para la próxima carrera…esto aún no ha terminado!

Autora: Janette de Contreras
Pastora –Consejera Cristiana

ministeriofamiliar@hotmail.com
CHILE.

viernes, 10 de julio de 2009

ALABANZA MATUTINA

Una joven profesional se fue de su hogar a la ciudad de New York. Le alquiló un cuarto a una anciana de Suecia que había emigrado a los Estados Unidos años antes. La propietaria le ofreció una habitación limpia, baño común y, además, podía utilizar la cocina, todo a un precio razonable.

La pequeña mujer sueca de pelo blanco, estableció con claridad las reglas de la casa. Nada de bebidas o cigarros, ni comida en los cuartos, etc. Haciendo una pausa a mitad de su declaración, la señora preguntó:

-¿Canta usted? ¿Toca algún instrumento? ¡La música es buena! Yo solía tocar el piano en la iglesia, pero ya no lo hago. Estoy muy vieja. Mi oído ya no es tan bueno, pero amo alabar a Dios con la melodía. Él ama la música.

Después de un día completo de ajetreo en el nuevo cuarto, la joven durmió profundamente hasta las cinco y treinta de la mañana. Despertó por horribles ruidos provenientes del piso inferior. Bajó las escaleras y siguiendo el sonido llegó hasta la puerta de la cocina. Allí estaba la señora, frente al fogón, acicalada para ese nuevo día, ¡cantando con júbilo a todo lo que daban sus pulmones!

La joven nunca había escuchado una voz tan horrible. No obstante, era preciosa para Dios, y la escuchó repetidamente cada amanecer, mientras vivió en la habitación alquilada, ubicada justo sobre la cocina.

La dama sueca falleció pocos años después. La joven siguió su camino, se casó y tuvo su propia familia. Ahora se encuentra sola, y su sentido del oído se ha deteriorado un poco. Sin embargo, cada mañana se le puede ver frente al fogón cantando, fuera de tono y en voz alta, ¡pero llena de gozo, alabando al Señor!

¡Una forma gloriosa de comenzar el día!

Salmo 100:2
Venid ante Él con cánticos de júbilo.