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domingo, 22 de abril de 2012

CANTO MENTIROSO

"Libra mi alma, oh Jehová, del labio mentiroso, y de la lengua fraudulenta" Salmo 120:2
Hay muchas maneras de mentir. Algunas personas que se enorgullecen de no decir nunca nada falso se sorprenderían si empezaran a contar la cantidad de mentiras que cantan todos los domingos en la iglesia.
Hace muchos años, leí un artículo anónimo que decía: -Cantamos "¡Oh cuán gratas son las horas cuando yo me acerco a ti!", y después nos contentamos con unos 10 o 15 minutos de intercesión diaria. Cantamos "Firmes y adelante", pero esperamos a que se nos arrastre y se nos reclute para servir a Dios. Cantamos "Nunca Dios mío cesará mi labio de bendecirte", y luego no usamos los que tenemos para glorificar a Dios. Cantamos con mucho entusiasmo "Lluvias de bendición grande" cuando sale el sol y hay buen clima, pero si el Señor envía algunos chaparrones literales, se nos hace imposible ir a la iglesia porque está lloviendo. Cantamos "Y los fuertes eslabones, simpatía y comunión, unen ya los corazones", y después dejamos que la más mínima ofensa afecta ese amor. Cantamos "Anhelo trabajar por el Señor", y nos quejamos constantemente de todo lo que tenemos que hacer-.
Recuerda, las mentiras son mentiras ya sea que las digamos o que las cantemos. La próxima vez que alabes a Dios, asegúrate de que las palabras que salen de tu boca sean sinceras.
¡No cantes mentiras!.
Después de todo lo dicho y hecho se dice más de lo que se hace.

martes, 17 de abril de 2012

OLAS EN LA LAGUNA

"Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra" Colosenses 3:2
Un niño hizo un barquito de juguete y después fue a una laguna para hacerlo navegar. Mientras jugaba junto a la orilla del agua, se le escapó flotando más allá de su alcance. Angustiado, le pidió a un niño mayor que él que lo ayudara. Sin decir palabra, este recogió unas piedras y empezó a tirarlas hacia el botecito.
El niño pequeño se decepcionó mucho porque pensaba que aquel a quien había acudido para buscar ayuda estaba siendo malo con él. Sin embargo, poco después, notó que en vez de pegarle al barquito, las piedras llegaban más allá de él, y eso hacía que las pequeñas olas lo movieran en dirección a la costa. Cada lanzamiento de las piedras estaba planificado, y finalmente, el atesorado juguete regresó a las manos que lo esperaban.
A veces, parece que Dios permite que atravesemos circunstancias en la vida que nos perjudican y que no tienen sentido ni propósito, pero podemos estar seguros de que esas olas de prueba procuran acercarnos más a Él, alentarnos a poner la mira "en las cosas de arriba, no en las de la tierra" (Colosenses 3:2). Como somos propensos a alejarnos de Dios, Él tiene que disciplinarnos para colocarnos en el camino correcto (Hebreos 12:9-11).
¿Cómo estás reaccionando ante las dificultades de la vida? Son la manera amorosa de Dios de acercarte a Él.
Dios usa las olas de la prueba para acercarnos a Él.

jueves, 12 de abril de 2012

¿HABLAR O HACER?


Lectura: Hechos 22:1-15.
"Porque serás testigo suyo a todos los hombres, de lo que has visto y oído" Hechos 22:15
Un joven y talentoso artista cristiano pintó un cuadro de una mujer desamparada y acompañada de un niño en medio de una tormenta. El cuadro conmovió tan profundamente su corazón, que dejó de lado su paleta y pincel, y dijo: "Debo ir a los perdidos en vez de pintarlos".
Al poco tiempo, empezó a trabajar en los barrios de la ciudad y a estudiar para salir a la obra misionera. Ese joven artista británico era Alfred Robert Tucker (1849-1914), que sirvió como misionero en Uganda y en África oriental durante 20 años.
Todos debemos salir de la rutina de hablar de la obra misionera y de testificar, pero sin hacer nada al respecto.
El pastor Horace Bushnell (1802-1876) escribió: "Los exentos de dar o de ir son los siguientes: los que creen que el mundo no está perdido y que no necesita un Salvador. Los que desean que los misioneros nunca hubieran ido a la tierra de nuestros antepasados y que nosotros siguiéramos siendo paganos. Los que creen que uno debe preocuparse sólo por uno mismo en este mundo y que, con Caín, preguntan: -¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?-. Los que creen que no tienen que rendir cuentas a Dios por el dinero que se les ha confiado. Y los que están preparados para aceptar la sentencia final: "De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis" (Mateo 25:45)".
¿Qué estás haciendo por Cristo?.
Cuando el Señor dice que vayamos, ¿cómo podemos negarnos?

jueves, 5 de abril de 2012

GANAR PERDIENDO

"... el que pierde su vida por causa de mí, la hallará" Mateo 10:3
¿Alguna vez jugaste al dominó? Cuando yo era muchacho, este era uno de los pasatiempos favoritos. Hace un tiempo, mientras visitaba a una familia, vi a un jovencito y a su abuelo jugando a este juego. Al pensar en los días de mi niñez, me vino a la mente un torrente de recuerdos.
Lo extraño del juego de dominó es que se gana perdiendo. Para ganar, tienes que perder tus fichas. El que primero se deshace de sus fichas gana. Tienes que dar para obtener, perder para ganar, ser reducido a nada para llegar a la cima. No es como el béisbol, el tenis u otros deportes, en lo que el mayor número de carreras, puntos o anotaciones determina al ganador. ¡No! En el dominó, el que triunfa es el que primero se queda sin nada.
La regla del hombre natural es: "Consigue todo lo que puedas". La del hombre espiritual debería ser: "Da todo lo que puedas". En la esfera espiritual, solo conservaremos para siempre aquello que damos. En la vida cristiana, debemos reducirnos a nada antes de llegar a ser algo. La semilla que se guarda en el granero se humedece y se deteriora, pero si se "arroja" en el suelo, aumenta 30, 60 y 100 veces más. "... si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo..." (Juan 12:24).
Recuerda, Jesús lo dio todo. Él es nuestro ejemplo.
La vida es como jugar al tenis: No puedes ganar si no sirves bien.

martes, 3 de abril de 2012

COMO VER SU ROSTRO

Lectura: Mateo 11:25-30.
"Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón..." Mateo 11:29
A Bertel Thorwaldsen, un escultor danés, le encargaron que hiciera una estatua de Cristo. En primer lugar, tomó un poco de barro muy maleable e hizo una representación a escala. Después, se fue del estudio para darle tiempo al barro recién formado para que se secara y se endureciera. Sin embargo, durante la noche hubo un rocío sumamente denso, procedente del mar, y la humedad alteró la figura.
Cuando el escultor regresó al día siguiente, pensó que su incipiente obra maestra se había arruinado. Las manos, que antes habían estado en alto como si fueran a bendecir, en ese momento estaban extendidas hacia adelante como si hicieran una invitación. La cabeza de Cristo, que antes tenía los ojos hacia el cielo, entonces miraba al suelo, ocultando parcialmente el rostro.
Mientras observaba la figura, Thorwaldsen repentinamente se dio cuenta de que así era como debía esculpir la estatua definitiva. "En realidad -exclamó-, si quieres ver el rostro de Cristo, tienes que humillarte y ponerte de rodillas".
Cuanto más aprendemos de Cristo y procuramos seguirlo, más deseamos reflejar Su mansedumbre y humildad. Pero ¡cuánto nos falta! No muchos somos verdaderamente "manso[s] y humilde[s] de corazón" (Mateo 11:29).
¡Quiera Dios que aprendamos más de Él, para que el orgullo y el egoísmo desaparezcan de nosotros!.
Puedes pedirle a Dios que te dé humildad, pero no agradecerle por ella.

domingo, 1 de abril de 2012

LA BURRA DEL SEÑOR

Lectura: Mateo 21:1-11.
"...Mira, tu rey viene a ti, humilde y montado en un burro..." Mateo 21:5 (NVI)
Por lo general, la gente habla de los burros en términos despectivos. Tal vez hayas oído la expresión: "Siempre trabajo como un burro" o "fulana de tal es más terca que una mula" (una mula es mitad burro).
Estos dichos pasan por alto las contribuciones de un animal verdaderamente valioso. Los burros han servido a la raza humana durante miles de años. En una época, se los consideraba símbolos de humildad, de amabilidad y de paz.
En los tiempos bíblicos, se estimaba que los burros que nunca habían sido montados eran especialmente adecuados para fines religiosos. Por esta razón, fue sumamente apropiado que Jesús haya enviado a buscar un pollino para que cumpliera la tarea real de llevarlo al interior de Jerusalén.
¡Qué envidiable que fue la misión de ese burro! ¡Cuánto se parece a nuestra tarea como seguidores de Cristo!.
Hay una misionera en China que se autodenomina "la burra del Señor". Es una creyente humilde, que "lleva" fielmente a su Señor de una ciudad a otra y enseña a los demás a hacer lo mismo. Dios necesita muchos "burros" de esa clase en el mundo hoy: seres humanos humildes que lo lleven a la Jerusalén donde ellos viven y lo den a conocer.
Fue necesario desatar el burro para que Jesús pudiera usarlo. Nosotros también debemos estar liberados de ataduras mundanas si deseamos servir a Cristo. ¿Estamos dispuestos a ser burros del Señor?.
El trabajo humilde se vuelve santo cuando se hace para Dios.

viernes, 30 de marzo de 2012

UNA COLINA DIFICIL


"El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas" Isaías 40:29

Unos investigadores de la Universidad de Virginia descubrieron que la mayoría de las personas siente que una colina es más empinada de lo que realmente es; sobre todo, si están cansadas o si llevan una carga pesada. Cuando se les pide que calculen la inclinación, los participantes siempre la juzgan mal: piensan que una pendiente de 10 grados es de unos 30, y calculan que una cuesta de unos 5 grados tiene cerca de 20. Casi nadie podía creer que se había equivocado tanto.

Cuando tenemos una carga y estamos agotados, hasta un pequeño problema puede parecernos demasiado grande. Si enfrentamos una prueba, sentimos la tentación de sentarnos al pie de esa difícil colina y quedarnos ahí, convencidos de que es demasiado empinada para nosotros.

Por eso, precisamos el estímulo de la Palabra de Dios porque dirige nuestra atención al Señor, que no se cansa y que conoce nuestra necesidad. Isaías escribió: "Dios […]. No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance. Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas" (Isaías 40:28,29).

Como solemos juzgar mal las dificultades de la vida, necesitamos valor para seguir cuando nos sentimos tentados a abandonar todo. Da un paso de fe hoy y únete a los que dependen del Señor, que corren y no se cansan, andan y no desfallecen (v.31). Con Su fortaleza, puedes conquistar cualquier colin.
Dios siempre da la fuerza suficiente para el próximo paso.

jueves, 29 de marzo de 2012

LA CRUZ

"Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo..." Gálatas 6:14
Siglos antes de que naciera Jesús, la cruz se había usado como instrumento de tortura y de muerte. Por ejemplo, en el año 519 a.C., el rey Darío I de Persia crucificó tres mil enemigos políticos en Babilonia. Este método de ejecución fue adoptado posteriormente por los romanos para usarlo con personas que no eran ciudadanas romanas y con los esclavos. Cuando Jesucristo llevó nuestros pecados en el Calvario (1 Pedro 2:24), la cruz cobró un nuevo significado. Allí el Salvador, mediante su sangre en la cruz, hizo posible que escapáramos del juicio y que fuésemos reconciliados con Dios (Colosenses 1:20-1).
El apóstol Pablo comprendía el significado de la cruz. Había hecho muchas cosas en las que podría haber hallado satisfacción personal y orgullo (2 Corintios 11:16-12:13); sin embargo, en su carta a los gálatas, escribió: "Lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo" (6:14). Cuando entendamos lo que Jesús hizo por nosotros en la cruz, nosotros también sentiremos humildad. Nuestros débiles esfuerzos no son nada; ¡su obra lo es todo!. El Salvador resucitado invita a todos los hombres y mujeres a acudir humildemente a Él por medio de la fe. Al creer que Jesucristo murió en la cruz por nosotros, recibimos el perdón total.
Con razón el escritor de himnos Horatios Bonar exclamó: "¡Aleluya por la cruz!".
Cristo es el puente entre Dios y el hombre.

lunes, 26 de marzo de 2012

VICTORIA EN LA PRUREBA

Lectura: Santiago 1:1-11.
"Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas" Santiago 1:2
Las palabras de Santiago, "tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas" (1:2), ofrecen una clave vital para convertir las pruebas en victorias. Aunque nosotros no escogemos las pruebas, sí podemos elegir cómo reaccionar. J. B. Phillips lo parafraseó así: "No las tomes a mal pensando que son intrusas, sino dales la bienvenida como a amigas".
El consejero británico Selwyn Hughes le recuerda a la gente que las pruebas son nuestras amigas solo si tenemos como meta parecernos más a Cristo. Si nuestra meta es evitar las dificultades o los contratiempos, las pruebas parecerán intrusas.
Hughes admite que, a menudo, tiene que seguir su propio consejo. Recuerda una vez cuando él y su esposa tuvieron que detenerse al costado de la carretera para mirar al mapa. Poco después, apareció un camión, giró bruscamente y se estrelló contra el auto. Ellos no resultaron heridos, pero el coche quedó destrozado. ¡En ese momento, empezó a llover! Hughes de inmediato empezó a luchar contra la frustración, el temor y la ira hacia el otro conductor, y le resultó sumamente difícil "tenerlo por sumo gozo". Sin embargo, mientras esperaban a la policía, empezó a meditar en cómo podía Dios usar esa prueba para que él se asemejara más a Cristo. Poco a poco, la crisis se convirtió en su amiga.
La próxima vez que pases por una prueba, hazte amigo de ella y deja que el Señor use la situación para hacerte más como Cristo.
Dios escoge aquello por lo que tenemos que pasar; nosotros decidimos cómo atravesarlo.

miércoles, 21 de marzo de 2012

LOS RESCATISTAS

"...Estos hombres son siervos del Dios altísimo, quienes os anuncian el camino de salvación" Hechos 16:17
Te dedicas a la espeleología y estás explorando una cueva muy interesante. Pasas horas mirando los túneles y los senderos, introduciéndote cada vez más en la desconocida oscuridad. Los que están afuera, al darse cuenta de que quizá estés perdido, mandan a alguien a rescatarte. De repente, oyes una voz que te llama.
El rescatista te saluda, diciendo: "Sígueme, yo sé donde está la única salida". Tú respondes, protestando: "¿Cómo puedes decir que solo hay una salida? Tiene que haber otras". Él replica: "He explorado esta cueva, y debes ir por el camino que te digo o nunca vas a salir". Tú contestas: "Tienes una mentalidad muy limitada. Vete, yo me arreglo solo".
Suena tonto, pero así responden algunas personas cuando uno menciona que el único camino al cielo es por medio de la fe en Cristo. Supuestamente, tendrían que decir: "¡Hombre! ¡Gracias por la buena noticia!". Pero, en lugar de eso, se podría recibir una reacción similar a la del explorador de cuevas: "Déjame tranquilo. Yo no creo en eso de que solo hay un camino".
Un rescatista ama a los demás, y se preocupa y se arriesga por el bienestar de ellos. El apóstol Pablo era un rescatista al que echaron en la cárcel por tratar de divulgar las buenas nuevas (Hechos 16:23). La gente no siempre aceptará con los brazos abiertos que intentemos rescatarlos, pero eso no debe impedir que mostremos el camino. ¡Sé un rescatista!.
Reflexión: Los que están perdidos necesitan que alguien les muestre el camino.

domingo, 18 de marzo de 2012

MI CORAZON, CASA DE DIOS

Lectura: Juan 14:19-31.
"... vendremos a él, y haremos morada con él" Juan 14:23
Conocí a una mujer que arreglaba su casa todas las noches antes de irse a la cama. Lo hacía porque no quería que el Señor la encontrara como si fuera un ama de casa desordenada si Él regresaba antes de la mañana siguiente. Muchas veces, traté de imitar sus elevadas normas de pulcritud, pero, cuando yo era una joven ama de casa, esposa y madre, solía terminar el día sabiendo que mi casa no aprobaría el examen.
Mantener una casa bien arreglada para la gloria de Dios es una aspiración sumamente digna. Sin embargo, con el tiempo, me di cuenta de que la primera preocupación del Señor no es la morada del barrio donde yo vivo, sino que le importa mucho más el estado de la casa donde vive Él: mi corazón.
En Juan 14:21, encontramos dos formas de mantener esa casa: amar a Dios y obedecer Sus mandamientos. Desobedecer al Señor ensucia ese hogar que es nuestro corazón, pero la obediencia que se expresa por amor a Él lo convertirá en una morada adecuada para Dios ahora; y, además, estaremos preparados para cuando Cristo vuelva.
La siguiente oración puede ayudarnos a distinguir entre las normas externas y las eternas: Padre, ayúdame a limpiar mi corazón de la misma forma que lo haría con mi casa. Quita todo el polvo y las telarañas del orgullo, de los malos sentimientos y del prejuicio. Quiero mantener un corazón limpio para que tú habites en él.
Tu corazón debe ser la casa de Dios.

martes, 13 de marzo de 2012

TOMA LA MEDICINA

Lectura: Isaías 55:1-6.
"Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo" Romanos 10:13
Supón que te llevan de emergencia al hospital donde un médico te examina y te informa que estás gravemente enfermo. Dice que vas a morir a menos que recibas el tratamiento adecuado. Después, te receta un medicamento y agrega: "Si toma esto, le garantizo que se va a curar".
Ahora bien, ¿qué tienes que hacer? ¿Piensas que deberías quedarte acostado, creer que el médico diagnosticó tu enfermedad correctamente y que la receta sin duda va a curarte? No, eso no sería suficiente. Si quieres vivir, tienes que tomar la medicina.
Lo mismo sucede con la salvación. Puedes creer todo lo que dice la Biblia sobre Cristo; que murió por tus pecados y que resucitó de los muertos. Pero si te niegas a "tomarlo", es decir, a confiar en Él y en la obra que hizo por ti en la cruz, estarás tan perdido como si no lo hubieras negado abiertamente.
La fe que salva no es simplemente admitir que ciertas cosas sobre Cristo son ciertas. Es aceptar en forma personal el remedio de Dios para el pecado; confiarle el destino de tu alma para toda la eternidad. Significa decir: "Sálvame, Señor Jesús. Creo que puedes hacerlo y que lo harás". En esto consiste "tomar la medicina": ¡recibir a Jesucristo! ¿Lo has hecho? Si aún no tomaste esta decisión, hazlo ahora mismo.
La fe no es solo creer que Jesús puede salvarte; es pedirle que lo haga.

jueves, 8 de marzo de 2012

¡SOMOS VENCEDORES!

Lectura: Romanos 8:1-4,28-39.
"Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó" Romanos 8:37
A todo el mundo le gusta ganar. Por eso, cuando leemos en Romanos 8:37 que, como seguidores de Cristo, somos "más que vencedores", nos entusiasmamos. Pero ¿qué significa esa frase?
El apóstol Pablo empezó Romanos 8 hablando de la gracia de Dios manifestada al enviar a Su Hijo Jesús a morir para pagar la pena por nuestros pecados (vv.1-3). Continuó diciendo que los creyentes también tienen la ayuda del Espíritu Santo para vencer el poder del pecado en la vida diaria (vv. 4-17).
Pablo habló después del inalterable amor de Cristo (v. 35). Algunas circunstancias pueden hacernos sentir solos y derrotados, pero, en todas las situaciones, somos vencedores porque nada nos puede "separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro" (v. 39).
Cuando era niño, sufrí un castigo particularmente duro que me aplicaron en Singapur. Me obligaron a arrodillarme sobre la cáscara espinosa de una durian (una fruta asiática grande). Me enojé, y la amargura estaba consumiéndome la vida. Sin embargo, cuando supe acerca del amor que Dios me tiene y puse mi fe en Cristo, Él no solo perdonó mis pecados, sino que me enseñó a perdonar a los demás. Ya no estuve más preso de mi pecado ni de mi ira. Empecé a descubrir que "somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó" (v. 37).
Gracias a Cristo y a Su inalterable amor por nosotros, somos vencedores.
Piensa más en el poder de Cristo y menos en el que ejercen las cosas sobre ti.

martes, 6 de marzo de 2012

RESERVA GARANTIZADA

Lectura: Juan 14:1-6.
"… voy, pues, a preparar lugar para vosotros" Juan 14:2
Como mi hija es asistente de vuelo, dispongo de un pase que las aerolíneas dan a los padres de sus empleados. Por un módico precio por el servicio, puedo volar a cualquier lugar adonde vaya esa línea aérea. No obstante, debo estar en la "lista de espera". Eso significa que se me permite abordar la nave solo si hay espacio disponible. Mientras tanto, colocan mi equipaje aparte con una etiqueta que dice: "Pendiente".
Cuando los pasajeros que pagan sus billetes abordan, yo debo esperar, entre tanto que me pregunto si van a llamarme. Nunca puedo estar segura de tener un asiento porque la disponibilidad de lugar no está garantizada.
En nuestro viaje al cielo, la cosa es totalmente distinta. Esa travesía empieza cuando confiamos en Cristo como Salvador. Debido a Su muerte y resurrección, nuestro pasaje al cielo está absolutamente garantizado. No estamos en estado "pendiente"; hay espacio disponible, nos llamarán. estos inapreciables privilegios han sido pagados totalmente por el sacrificio de Cristo al morir en nuestro lugar.
Si, como Tomás en Juan 14:5, a veces te preguntas si Jesús va a llevarte al cielo y cómo lo hará, confía en Su promesa: "Voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis" (vv. 2-3). Esta es Su palabra infalible. ¡Puedes contar con ella!.
La fe en Cristo es el único pasaje al cielo.

domingo, 4 de marzo de 2012

¡PERDONAME!

Lectura: 1 Juan 1:5-2:10.
"Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad" 1 Juan 1:9
Unos secuestradores aterrorizaron durante ocho días a los pasajeros de un jet de Indian Airlines. Después, el 31 de diciembre de 1999, los hombres armados hicieron una última demanda antes de soltar a sus rehenes. "Lo siento, pero todo el mundo tiene que decir que estoy perdonado", dijo el delincuente apodado "Burger". Cuando los incrédulos pasajeros lo miraron, les ordenó que repitieran: "Te perdono". Después de oír esas palabras, los secuestradores desaparecieron en el desierto.
Muchos de nosotros no seríamos tan arrogantes como para insistir en que alguien nos perdonara. Y, por supuesto, no se lo exigiríamos a Dios. ¿Por qué? Porque la mayoría de la gente entiende que solo un corazón humilde, sincero y arrepentido puede recibir la misericordia y el perdón del Señor.
El apóstol Juan escribió: "Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad" (1 Juan 1:9). La palabra que se traduce "confesar" significa decir lo mismo o estar de acuerdo. Cuando confesamos nuestros pecados a Dios, estamos de acuerdo con Él respecto a nuestro pecado, la necesidad de ser limpiados y la obligación de perdonar a otros que nos han hecho daño (Mateo 6:15). Clamamos: "¡Perdóname!".
Ninguno de nosotros es verdaderamente libre si no ha sido perdonado. Necesitamos el perdón de Dios, y los demás precisan el nuestro.
La confesión es la llave que le abre puerta al perdón.

miércoles, 29 de febrero de 2012

SIEMPRE PUEDES ORAR

Lectura: Hechos 12:1-16.
"Desde la angustia invoqué a JAH, y me respondió JAH" Salmo 118:5
La joven mamá llamó a la misionera: "¡Venga pronto! Mi bebé se va a morir". Gale Fields estaba en Irian Jaya ayudando a su esposo a traducir la Biblia al oriya, el idioma de una de las tribus. Además, cuando podían, también brindaban ayuda médica. Gale miró a la niña afectada por la malaria y se dio cuenta de que no tenía medicina adecuada para ayudarla.
"Lo siento -le dijo a la madre-, no tengo ningún medicamento para bebés tan pequeños". Gale hizo una pausa y luego agregó: "Pero puedo orar por ella".
"Si, cualquier cosa que ayude a mi bebé", contestó la madre.
Gale oró por la niñita y después se fue a su casa sintiéndose inútil. Al rato, volvió a escuchar que la madre la llamaba: "Gale, ven rápido a ver a mi bebé".
Esperando lo peor, Gale fue adonde estaban. Sin embargo, esa vez notó una mejoría. La peligrosa fiebre había desaparecido. Posteriormente, Gale dijo: "No es de extrañar que los oriyas creyentes en Cristo hayan aprendido a orar. Ellos saben que Dios contesta".
Los primeros cristianos oraron para que Pedro saliera de la cárcel, y después se quedaron "atónitos" cuando Dios les contestó (Hechos 12:16). Nosotros también reaccionamos de esa manera, pero no deberíamos sorprendernos cuando el Señor contesta nuestras oraciones. Recuerda, Su poder es grande y Sus recursos interminables".
La posición más poderosa en la tierra es estar de rodillas delante del Señor del universo.

jueves, 23 de febrero de 2012

TRATARLOS COMO REYES

Lectura: Mateo 25:31-46.
"… fui forastero, y me recogisteis" Mateo 25:35
Es sabido que el rey Abdalá II, gobernante de Jordania desde 1999, se disfraza para ir a lugares públicos. Su propósito es hablar con gente común, averiguar qué piensan y verificar cómo tratan los empleados civiles a su pueblo. Ha visitado hospitales y oficinas gubernamentales para enterarse de la clase de servicio que brindan.
Al rey se le ocurrió esta idea mientras estaba en Nueva York. No podía salir de su hotel sin que lo acosaran, así que, se disfrazó. Como dio resultado, entonces lo probó en su país. Informó que, en cuanto empezó con esta práctica, los funcionarios civiles y los empleados hospitalarios comenzaron a tratar a todo el mundo como reyes.
Cuando Cristo venga como Rey, juzgará a las naciones (Mateo 25:31-46). El Señor dijo que ese juicio se basará en el modo en que la gente lo trató a Él cuando tenía hambre, sed, era un extraño, estaba desnudo, enfermo o en la cárcel. Los que sean juzgados preguntarán cuándo lo vieron en esas condiciones, y Jesús responderá: "… en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis" (v. 40).
Puesto que todas las personas son creadas a imagen de Dios, y como Jesús nos enseñó mediante Sus palabras y Su ejemplo que Él le importa mucho cómo tratamos a los demás, debemos tratar a todo el mundo con amabilidad y compasión. Tratemos a los demás como a reyes.
Nuestro amor a Cristo es tan real como nuestro amor al prójimo.

martes, 21 de febrero de 2012

EL AMOR ESCUCHA

Lectura: Salmo 119:145-152.
"Oye mi voz conforme a tu misericordia…" Salmo 119:149
Cuando amamos a los demás, los escuchamos. Claro que se necesita tiempo y esfuerzo para centrar la atención en ellos y par oír lo que están diciendo. Pero cuando lo hacemos, demostramos un genuino interés y respeto.
El escritor Wayne Alderson habla de un joven pastor que pasó mucho tiempo escuchando los problemas de los miembros de su iglesia. Un día, llegó a la casa y le dijo a su esposa: "¿Cómo te fue hoy?". Durante media hora, ella le habló de un problema con el auto, del dolor de oídos de su hijo y de lo difícil que le estaba resultando arreglar uno de los electrodomésticos. El pastor de inmediato empezó a resolver los problemas dándole una lista de cosas que ella debía hacer.
Entonces, ella lo miró y suspiró. "Ya hice todo eso -dijo-. No necesito que me resuelvas los problemas, sino que te intereses en lo que he pasado".
Cuando David suplicó: "Oye mi voz conforme a tu misericordia…" (Salmo 119:149), estaba expresando la verdad de que el Dios que nos ama, también nos escucha. Escuchar forma parte de amar.
Escuchar a una esposa, a un esposo, a un compañero de trabajo o a un amigo creyente puede ser justo lo que esa persona necesita cobrar ánimo o para ver un problema con más claridad. Escucha. Dios mismo demuestra que el amor escucha.
Escuchar puede ser lo más hermoso que hagas hoy.

domingo, 19 de febrero de 2012

COMO ASOMBRAR A LA GENTE

Lectura: Juan 13:31-38.
"En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros" Juan 13:35
David Doubilet es un fotógrafo y periodista cuyas fotos del silencioso mundo submarino pueden convertir una horrible criatura marina de ojos saltones en una adorable y destellan obra de arte. Aunque ha recibido muchos reconocimientos por su trabajo, también lo han criticado los ambientalistas por no hacer más periodismo realista y definido. Quieren que tome fotos de peces muertos, playas sucias y océanos contaminados.
Pero Doubilet cree que hay una mejor manera de lograr que la gente cuide el medio ambiente. En vez de mostrar la destrucción que los seres humanos están causando, muestra la belleza que Dios ha creado.
Algunos creyentes en Cristo parecen creer que la manera de mejorar nuestro medio ambiente espiritual es señalando todo el mal que hay en el mundo. Pero Jesús nos mostró un camino mejor. Aunque nunca subestimó el pecado (Mateo 15:18-20), antes de ir a la cruz, dijo a Sus seguidores: "En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros" (Juan 13:35). Somos testigos más eficaces cuando nos convertimos en retratos de la belleza que Dios está creando en nosotros que cuando nos limitamos a pintar un cuadro desolado de la degradación humana.
"En definitiva -dice Doubilet-, lo mejor que uno puede hacer es asombrar a la gente". ¿Y qué puede ser más asombroso para el mundo que creyentes que verdaderamente se aman unos a otros?.
El amor es un imán que atrae a los creyentes entre sí y a los incrédulos a Cristo.

jueves, 16 de febrero de 2012

UN SALTO PARA DIOS

Lectura: Filipenses 2:1-11.
"[Cristo] se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz" Filipenses 2:8
El 20 de julio de 1969, los astronautas de la Apolo 11 pisaron la luna. Fue un logro humano sin precedentes. Millones recuerdan las palabras de Neil Amstrong: "Es un paso pequeño para el hombre, pero un salto gigante para la humanidad". El presidente norteamericano Nixon declaró: "Toda la humanidad está unida en su orgullo".
Dos mil años antes, el Creador de la luna dio un paso gigante, pero de una clase totalmente diferente: descendió del cielo a la tierra (Filipenses 2:5-8). Dios el Hijo, la Palabra eterna (Juan 1:1,14), bajó de Su morada sempiterna para hacerse completamente humano, pero sin dejar de ser completamente Dios. Fue un "salto" asombroso que nos mostró Su amor. Se hizo uno de nosotros para poder morir en la cruz y pagar la pena por nuestros pecados. Cuando confiamos en Él como Salvador, somos perdonados. También recibimos Su Espíritu, el cual nos capacita para vencer nuestra ambición y orgullo egoístas y para amar a los demás (Filipenses 2:3-4).
Un salto en el espacio puede unir a la humanidad en el orgullo de lograr algo grande, pero palidece cuando se compara con lo que Dios logró cuando Jesús vino del cielo a la tierra. El Señor ahora une a todos los que confían en Él y produce en ellos una humildad cada vez mayor y un amor que reemplaza el egoísmo y el orgullo. Ir a la luna no es nada en comparación con esto.
Cristo nació aquí abajo para que nosotros pudiéramos nacer de lo alto.