lunes, 3 de octubre de 2011

APLICACIONES

Lectura: Efesios 5:1-7.
"Aplica tu corazón a la enseñanza, y tus oídos a las palabras de sabiduría" Proverbios 23:12
¿Recuerdas cuando los teléfonos sólo se usaban para hacer o recibir llamadas? Con la llegada de los teléfonos inteligentes, lo que antes era una manera de hablar con alguien se ha convertido en un depósito de información. Si le añades las aplicaciones de los teléfonos celulares, puedes leer informes deportivos, entretenerte con juegos, planear viajes, buscar un apartamento… o cualquiera de las más de 100.000 tareas disponibles mediante esos programas de computación.
Es bastante asombroso, pero estos servicios telefónicos no son nada comparados con la clase de «aplicaciones» que nos dan las Escrituras: notas directas de parte de Dios que nos dicen cómo aplicar la verdad de Su Palabra a todas las áreas de la vida.
Por ejemplo, tomemos Filipenses 2: las aplicaciones de la unidad (2:2), de la humildad (2:3), de no murmurar (2:14), de resplandecer como luces (2:15). Observa también las aplicaciones de Efesios 5: de imitar a Dios (5:1), de andar en amor (5:2), de la pureza (5:3), de la lengua (5:4). ¿Y qué podemos decir del libro de Proverbios? Abunda en ejemplos.
No tienes que esperar que alguien ofrezca todo esto en Internet. Simplemente, abre la Biblia y mira las cientos de formas de aplicar las Escrituras en tu vida. ¿Tienes preguntas sobre la vida cristiana? Investiga la Palabra de Dios. Las respuestas están allí aguardando que las descubras.
La Biblia contiene tesoros de sabiduría para ti: ¡léela y aplícala!

MATEO 8: 13



domingo, 2 de octubre de 2011

SOFOCADA POR SU PROPIO COLCHÓN


Juliana Biedermann, anciana de setenta y ocho años de Colonia, Alemania, se sentó feliz en su nueva cama. Era una cama mullida, suave, tibia, a la que el fabricante le había añadido un suave perfume de maderas.

Juliana se puso a jugar sobre su nueva cama como una chiquilla. Vivía sola en su apartamento. Era un apartamento moderno, con esas camas plegadizas que se empotran en la pared para dejar más espacio durante el día.

Mientras la anciana probaba varias veces la suavidad del colchón, el mecanismo de la cama se accionó espontáneamente y, levantándose, atrapó a la anciana dentro del hueco. Comenzó así una pesadilla para doña Juliana que duró cabalmente tres días y tres noches.

La pobre mujer permaneció en aquel encierro hasta que al fin los vecinos alertaron a la policía y los bomberos acudieron a librarla. «Nadie oía mis gritos —dijo llorando—; mi propio colchón me sofocaba.»

Los colchones sirven para dormir, y son muy cómodos. Pero conviene tenerlos debajo del cuerpo, no encima. Porque aquello que fue creado para la comodidad, el placer y el descanso puede convertirse en algo sofocante y aun mortal si se le da un uso totalmente impropio.

Así pasa con todas las cosas que el hombre ha creado para su bienestar y beneficio. Usadas como se debe, dándoles el uso para el que fueron diseñadas, las cosas generalmente funcionan bien. Son de utilidad y provecho. Pero usadas en otra forma pueden ser hasta mortales.

Una cuerda gruesa puede ser muy buena para tender la ropa o halar un auto, pero mala si se le hace un nudo corredizo y se la ajusta al cuello. Una hojita de acero filosa puede ser muy buena para afeitarse, pero mala si se la desliza sobre las venas de la muñeca.

Lo mismo puede decirse de otra infinidad de cosas, tales como el amor. Usado como manda Dios, y para lo que fue diseñado, es maravilloso. El amor es una fuente de felicidad, de bienestar, de salud física y mental, y de progreso moral y espiritual. Pero si se usa mal este genial invento de Dios, el amor de hombre y mujer se transforma en fuente de vicio, maldad, pecado y muerte. ¿Cómo aprender a usar el amor, supremo don, siempre como Dios manda? Por medio de Cristo, Señor, Salvador, Maestro y Santificador de nuestra vida.

Hermano Pablo

sábado, 1 de octubre de 2011

OPINION

Aquel niño tenía tan solo siete años. Su maestra lo dio por caso perdido. En presencia del pequeño habló con la madre y le dijo que era “vacío” y que era inútil que siguiera asistiendo a la escuela. La pobre mujer, avergonzada, le enseñó a leer personalmente en la casa. Aquel muchacho con el tiempo dejó su nombre escrito en cientos de patentes sobre inventos que afectaron la vida de toda la humanidad.
¿Su nombre? Thomas Alva Edison. ¿Sus inventos? Entre cientos de ellos, la luz eléctrica y el disco fonográfico. Es sorprendente cuán a menudo grandes hombres y mujeres fueron juzgados erróneamente antes de que se volvieran famosos.

De Abraham Lincoln se dijo que “sólo había ido cuatro meses a la escuela, que era un soñador y que se empeñaba en hacer preguntas estúpidas”. Pero el hombre llegó a la presidencia de su país, y desde ahí tomó decisiones tan dramáticas en su tiempo como la abolición de la esclavitud, y condujo con mano firme el gobierno a través de una guerra civil que acabó ganando, con lo que sentó las bases para la grandeza futura de su nación.

Del gran cantante Enrico Caruso se dijo que no tenía voz.

De Albert Einstein que era un estudiante muy malo, mentalmente lento, poco sociable y siempre soñador.

De Amelia Earhart, la pionera aviadora, se dijo que si bien era brillante y llena de curiosidad, tenía tanto interés por los insectos y demás cosas que se arrastran que jamás podría “pensar con altura”.

A Benito Juárez se le juzgaba “inferior” por su ascendencia totalmente indígena, al punto de que los conservadores mexicanos buscaron en Europa a alguien de “sangre azul” para que lo remplazara en el gobierno.

Hay algo interesante en la biografía de todos estos personajes, lograron probar que esas predicciones negativas eran erróneas. Descubrieron que con su esfuerzo podían superar las adversidades.

Descubrieron algo que usted y yo deberíamos descubrir también, que el poder con que Dios nos dotó, es mucho más fuerte que la opinión, quizá hasta sincera, con que los “expertos” quieran marcarnos.

Debemo tener una actitud resistente que se convierta en el método para manejar la opinión ajena desfavorable, como nuestro desafío para el futuro.

Filipenses4:13
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.

Proverbios 12:18
Hay quienes hablan como dando estocadas de espada: Mas la lengua de los sabios es medicina

Proverbios 22:17
Inclina tu oído, y oye las palabras de los sabios, Y pon tu corazón á mi sabiduría.

Habacuc 3:17 al 19
“Aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya frutos; aunque mienta la obra de la oliva, y los labrados no me den ni para mantenerme. Aunque las ovejas sean quitadas de la majada y no haya vacas en los corrales; con todo eso yo me alegraré en el Señor y me gozaré en el Dios de mi salvación. El Señor es mi fortaleza… y me hará andar sobre alturas”

OPERACION: N.T

Lectura: Efesios 1:3-6.
"… nos escogió en él antes de la fundación del mundo" Efesios 1:4
Cuando pensamos en la maravilla de la creación (que por la palabra de Dios el universo se creó, y se formó la tierra y todo lo que hay en ella), por lo general, nos vienen a la mente relatos del Antiguo Testamento.
Sin embargo, es alentador examinar el Nuevo Testamento para ver referencias a la creación en esta parte de la Biblia. Estos son algunos pasajes clave:
«Declararé cosas escondidas desde la fundación del mundo» (Mateo 13:35). Dios nos revela cosas que ha mantenido en secreto desde antes de la creación.
«Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo» (Mateo 25:34). Antes que la tierra fuera creada, Dios conocía a cada uno de nosotros y nuestro futuro.
«Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo» (Efesios 1:4). Aun antes que comenzara la obra de la creación, Dios estaba al tanto de cada uno de Sus futuros hijos.
Estos versículos del Nuevo Testamento nos consuelan con la verdad de que el conocimiento que Dios tiene de nosotros y Sus misterios eternos para nuestra vida señalan hacia aquella ocasión cuando, de manera especial, creó al ser humano, como se describe en Génesis. Lo único que podemos hacer es inclinarnos llenos de asombro ante Aquel cuyo conocimiento y capacidad creativa son eternos en naturaleza e ilimitados en poder. La creación: estilo Nuevo Testamento… ¡una razón más para alabar a Dios!
Reflexión: Cada persona es una expresión única del diseño amoroso de Dios.

viernes, 30 de septiembre de 2011

CAMINANDO A LA RESTAURACIÓN


¿Has sentido el desanimo en tu vida? La tristeza, de dolor del corazón, ese pensamiento que te dice que ya no puedes mas, que no hay vuelta, que no sirves, que no hay mas oportunidad, que no tienes más fuerzas, que ya es tarde…

Veremos en el ejemplo de David un hombre que, a pesar de las pruebas, de su pecado, de las persecuciones, vivió la restauración de Dios y pudo plantar su bandera y decir: “mi porción es Jehová” (salmos 119:57-64). David vivió diversas situaciones y vamos a analizar algunas de ellas y como Dios le levantó y restauró en amor para que pueda seguir adelante.

Persecuciones

Vemos en 1 Samuel 18 el comienzo de las persecuciones que sufrió en manos de Saúl y sus hombres, su forma de conducirse y el cuidado de Dios en su vida.

1. Dios le cuida. 1 Samuel 18:8-14
2. Dios estaba con él. 1Sm.18:28
3. Dios le protege. 1 Sm.19:18-24
4. Dios le da ánimo a través de un amigo. 1 Sm.20:16-18

A la vez, podemos ver como es el actuar de David el cual debemos imitar en medio de las persecuciones o problemas con personas que pueden desanimarnos.

1. David se conducía prudentemente. 1 Sm.18:14
2. David mostró fidelidad. 1 Sm. 22:14
3. David busco la guía de Dios y obedecía. 1 Sm.23:2,10-11
4. David respeto al que le perseguía porque entendió la soberanía de Dios. 1 Sm.24:1-6
5. David dejo a Dios la venganza. 1 Sm. 24:12

Pecado

2 Samuel 11 y 12, Salmos 32:2-3, Salmos 51
Vemos la caída de David en pecado, las consecuencias del mismo en su vida, su cuerpo, su alma, y a la vez la restauración de Dios a un corazón arrepentido.
David confesó su pecado a Dios (Salmos 32:5-7, 2°Sm.12:13), se arrepintió y recibió el perdón de Dios ( Salmos 51), su disciplina ( 2°Samuel 12) y su restauración total (Sl.51:17-19) afirmando Dios que él era un hombre conforme a Su corazón: 1 Samuel 13:14, Salmos 89:20,Hechos 13:22.

Pruebas

David se encuentra frente a un gran desafío, GOLIAT, una gran prueba que debía vencer. El no se miro a sí mismo y entenderemos el por qué…

• Muchacho. 1 Sm.17:33
• Pastor de ovejas. 17:34
• Inexperto en la guerra. 17:39
• De apariencia débil .42

Sino que …

1. Miró la Grandeza de Dios. 1 Sm.17:26, 36
2. Miró la Fidelidad de Dios. 17:37
3. Miró el Poder de Dios 17:45

¿Cuál es tu Goliat? ¿Qué es eso que te desanima y no te deja ver a Dios? NO te mires a ti mismo y la magnitud de la prueba, mira a Dios y todo lo que Él es.

“Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de el sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro animo no se canse hasta desmayar” Hebreos 12:1-3


Equipo de colaboradores del Portal de la Iglesia Latina
www.iglesialatina.org
AlejandraL

lunes, 26 de septiembre de 2011

UNIDOS AL FIN

Las puertas de la sala de emergencia se abrieron de par en par. Una camilla conducida por enfermeros pasó rápidamente. Traían a un hombre de sesenta y cinco años de edad, víctima de un ataque cardíaco. Los médicos hicieron todo lo posible por salvarlo, pero el hombre murió.

Treinta minutos más tarde otro hombre, de sesenta y tres años de edad, entró al hospital, víctima también de un ataque cardíaco. Y este también murió.

Los llevaron, entonces, a la morgue, y los pusieron uno junto al otro.

¿Quiénes eran estos hombres? Eran Ron y Peter Surveille, hermanos que vivían en la misma ciudad, París, hermanos que habían estado enemistados durante cuarenta años. Y ahora, a la fuerza, estaban juntos, pero muertos los dos.

Este es un caso patético. Estos hermanos se enemistaron por motivos personales. No se habían hablado por cuarenta años, aunque vivían en la misma ciudad. Ahora estaban juntos en la morgue, hombro a hombro, pero ya muy tarde para cualquier reconciliación. Cuando tuvieron tiempo de hacer la paz, no lo hicieron. Y aunque ahora estaban juntos, estaban separados para siempre.

¿Cuánto tiempo vamos a esperar nosotros para reconciliarnos con nuestro hermano o nuestra hermana, con nuestro esposo o nuestra esposa, o con cualquiera con quien estamos enemistados? ¿Un día? ¿Un mes? ¿Un año? ¿O esperaremos hasta el día de la muerte, cuando la puerta se haya cerrado para siempre?

La obstinación es uno de los pecados más absurdos del ser humano. Nos herimos a nosotros mismos. Arruinamos nuestra propia vida. Destruimos nuestro propio ser, y todo por el orgullo que no nos deja decir: «Perdóname.»

Lo triste de esta obstinación es que el que sufre es el que no perdona. El que no perdona lleva una vida solitaria. El que no perdona no conoce la paz. El que no perdona sólo conoce amargura. El que no perdona no puede ni perdonarse a sí mismo. Y lo peor de todo es que el que no perdona no puede hallar el perdón de Dios.

La oración más conocida de todos, el Padrenuestro, dice: «Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores» (Mateo 6:12). Es como decir: «Perdóname, Señor, de la misma manera en que yo perdono.» Y si nosotros, en obstinación, no perdonamos, no podemos obtener el perdón de Dios.

Cristo nos mostró el camino al reconciliarnos con Dios. Perdonemos nosotros, para vivir en paz y para disfrutar del perdón de Dios.

Hermano Pablo