martes, 2 de noviembre de 2010

JESUS ES EL UNICO CAMINO

PREFERIR EL ANONIMATO

Lectura: Mateo 6:1-4.
"Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, para que sea tu limosna en secreto" Mateo 6:3-4
El impulso a portarme mal y el deseo de permanecer anónima siempre me vienen juntos. Como si fueran socios que ofrecen vender su producto, se esfuerzan al máximo para convencerme de que puedo darme el lujo de hacer algo malo, porque no tendré que pagar.
La naturaleza humana nos dice que usemos la cubierta del anonimato para evitar que se nos eche la culpa de las cosas malas que hacemos. Sin embargo, Dios nos dice otra cosa. Él quiere que usemos el anonimato para evitar recibir el crédito por el bien que hacemos (Mateo 6:4). ¿Por qué será que el impulso a permanecer anónimo rara vez acompaña a mi deseo de hacer bien?
La Biblia dice que no hemos de dejar que una mano sepa el bien que la otra está haciendo (vv.3-4). En otras palabras, dentro del cuerpo de Cristo, nuestros actos de caridad deben hacerse sin llamar la atención sobre nosotros mismos. Sin embargo, esto no significa que Dios quiera que las buenas acciones permanezcan ocultas; simplemente, significa que deben hacerse de una manera que le den gloria a Dios y no a nosotros (5:16).
Cuando nos ofrecemos como voluntarios para prestar nuestros servicios o realizamos donaciones a iglesias y organizaciones para hacer bien en el nombre de Jesús, obtenemos algo mucho mejor que la honra de nuestros contemporáneos. ¡Recibimos recompensas de parte de Dios, y Él recibe la gloria de los demás! (1 Pedro 2:12).
Cuando servimos en el nombre de Jesús, Él recibe la gloria.

lunes, 1 de noviembre de 2010

DIOS TE AMA CON AMOR ETERNO

QUEDATE

Lectura: 2 Timoteo 4:9-18.
"En todo tiempo ama el amigo, y es como un hermano en tiempo de angustia" Proverbios 17:17
El autor de novelas del oeste, Stephen Bly, dice que en aquellos días había dos tipos de amigos: los que huían corriendo y los que se quedaban. A la primera señal de problemas, los primeros partían como un rayo, abandonando a su amigo en medio del peligro. Pero los que se quedaban, permanecían con su compañero, sin importar las circunstancias. Desafortunadamente, no se podía saber qué clase de amigo se tenía hasta que llegaba el problema. Y entonces, ya era muy tarde, a menos que dicho amigo fuera de los que se quedaban.
Sin embargo, más que estar preocupados con el tipo de amigos que tenemos, debiéramos considerar qué tipo de amigos somos. En sus últimos días, mientras Pablo aguardaba su muerte, algunos de los que habían ministrado con él, huyeron y lo abandonaron para que enfrentara su ejecución solo. En su última carta, él menciona a algunos (como Demas) que habían huido, y luego simplemente declaró: «Sólo Lucas está conmigo» (2 Timoteo 4:11). Lucas era de los que se quedaban. Si bien se sentía decepcionado por aquellos que lo habían abandonado, Pablo sintió un profundo consuelo al saber que no estaba solo.
Los Proverbios nos dicen que «en todo tiempo ama el amigo» (17:17). Durante tiempos de adversidad, necesitamos amigos en quien confiar. Cuando las personas que conocemos enfrentan problemas, ¿qué clase de amigos seremos: los que huyen o los que se quedan?__
Un verdadero amigo se queda con nosotros en los tiempos de prueba.


sábado, 30 de octubre de 2010

«ÉRIKA-DE-DIOS»

Era un vuelo nocturno, en un once de enero, en la república de Colombia. El vuelo era en un avión DC9, que llevaba cincuenta y tres personas a bordo. Por una de esas fallas mecánicas imprevisibles, el avión se estrelló a cuatro kilómetros de la ciudad de Cartagena.

El aparato cayó en el pantano de Flamenco, y de inmediato se incendió. Todas las personas a bordo, menos una, murieron en el accidente. Sólo se salvó Érika Delgado Gómez, una niñita de nueve años de edad, que perdió en el accidente a su padre y a su hermanito.

Es algo terrible cuando un avión se estrella. Es pavoroso cuando centenares de personas quedan atrapadas dentro de un aparato volador que corre a una destrucción segura. Y es tan fuerte el impacto que pocas veces hay sobrevivientes. Pero esta vez sí se salvó alguien.

A Érika, de sólo nueve años, hija de Carlos Delgado Gómez, la encontraron viva. Estuvo algún tiempo medio hundida en las aguas cenagosas del pantano, pero al fin la rescató un modesto pescador, Éver Bello Díaz. Fue un hecho milagroso, y ese milagro hizo que toda Colombia la rebautizara con el nuevo nombre de «Érika-de-Dios».

Cuando uno escapa de un peligro mortal se puede decir que uno «ha nacido de nuevo». Tiene, por lo tanto, el derecho, si así lo desea, de adoptar un nuevo nombre que describa el milagro y le señale una vida nueva. La pequeña Érika, habiendo sobrevivido al choque físico y emocional del accidente, y al dolor de la muerte de su padre y su hermanito, de veras nació de nuevo.

Es de notar que la Biblia dice que todos los que se salven de la cósmica catástrofe que es el pecado humano tendrán también un nuevo nombre. Un nombre que les hará olvidar todo el pasado tenebroso a fin de que puedan mirar hacia un futuro majestuoso. Un nombre que simbolice la vida nueva, recta, limpia, honorable y digna. Vida nueva que Jesucristo da a todo el que cree en Él y le sirve como Señor y Dios.

El haber sido rescatada de una muerte segura le dio a Érika el nombre de Érika-de-Dios. Dios quiere darnos también a nosotros un nuevo nombre: Enrique-de-Dios, Miguel-de-Dios, Elena-de-Dios, Alicia-de-Dios. Pongamos nuestro nombre y a continuación escribamos «de Dios». Sólo tenemos que rendirle nuestra vida al divino Salvador.

Hermano Pablo

¿ESE ES JESUS?

Lectura: Romanos 8:26-29.
"A los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito" Romanos 8:29
Al entrar en la iglesia un domingo por la mañana, un niñito me miró y le preguntó a su madre: «Mami, ¿ese es Jesús?» Sobra decir que tuve curiosidad por escuchar la respuesta de la mujer. «No —dijo ella—. Ese es nuestro pastor».
Por supuesto que sabía que ella diría que no, pero aun así deseaba que ella hubiese añadido algo así como: «No, ese es nuestro pastor, pero nos recuerda mucho a Jesús».
Ser como Jesús es el propósito en la vida de aquellos de nosotros que estamos llamados a seguirle. De hecho, tal y como lo observa John Stott, es la meta que nos consume en el pasado, presente y futuro. Romanos 8:29 nos dice que, en el pasado, Dios nos «predestinó para que fu[ésemos] hechos conformes a la imagen de su Hijo». En el presente «somos transformados» al crecer «de gloria en gloria en la misma imagen» (la semejanza de Cristo) (2 Corintios 3:18). Y, en el futuro, «seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es» (1 Juan 3:2).
Ser como Jesús no consiste en guardar las reglas, ir a la iglesia y dar el diezmo, sino en conocer Su perdón y realizar actos de gracia y misericordia de manera constante. Consiste en vivir una vida que valora a todas las personas y en tener un corazón totalmente entregado a la voluntad de nuestro Padre.
Sé como Jesús. ¡Para eso fuiste salvado!
Vive de tal modo que los demás vean a Jesús en ti.