domingo, 5 de septiembre de 2010

DIOS ESTA PRESTO

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PACIENCIA

Lectura: Génesis 40:1-14,23.
"[Dios] dijo: No te desampararé, ni te dejaré" Hebreos 13:5
¿Has notado cómo la mala memoria de las personas puede poner a prueba nuestra paciencia? Como profesor, mi paciencia es puesta a prueba cada vez que un alumno se olvida de hacer algún deber que ha sido detalladamente explicado.
En la historia de José en la Biblia, vemos un ejemplo muchísimo peor de lo que es una mala memoria; y sólo podemos imaginar la manera en que, por ello, José luchó por mantener la paciencia.
Mientras estuvo en la cárcel, José interpretó un sueño del copero del rey, que llevó a la liberación de aquel hombre. José le dijo: «Acuérdate, pues, de mí cuando tengas ese bien, y te ruego que uses conmigo de misericordia, y hagas mención de mí a Faraón, y me saques de esta casa» (Génesis 40:14). Sería lógico que, después de que José había ayudado al copero a obtener su libertad, éste se acordaría de él y le pondría en el primer lugar de las «cosas por hacer». Pero pasaron dos años antes de que el copero le hablara al faraón acerca de José (41:9). Finalmente, José fue liberado.
Imagina la impaciencia de José mientras esperaba cada día en esa mazmorra (40:15), tal vez pensando que nunca más sería liberado. Pero José tenía un recurso: La presencia de Dios (39:21), al igual que nosotros (Hebreos 13:5). Cuando te sientas impaciente, apóyate en el Dios que siempre está contigo. Él convertirá tu impaciencia en paciente confianza.
Paciencia significa esperar el tiempo de Dios sin dudar de Su amor.

EL HERMANO MELLIZO

Muchas habían sido las amigas y muchas las copas, demasiadas para una sola cabeza, sobre todo una cabeza que tenía que manejar un auto por calles atestadas de tránsito y de gente. Con todo, y a pesar de la hora, la una de la mañana, José Vegas, vecino de Lisboa, Portugal, tomó el timón de su auto y salió a la calle.

De repente divisó un bulto, como gris, cruzando la calle frente a su automóvil. Pero José no tuvo tiempo ni de frenar ni de virar. Un golpe sordo le hizo saber que había atropellado a una persona. Asustado, y todavía bajo la influencia del alcohol, salió huyendo y no se detuvo hasta llegar a su casa.

Al día siguiente su cuñada lo llamó por teléfono. «Tu hermano murió anoche atropellado por un auto —le dijo—. El conductor huyó.» Entonces José supo que él había sido el culpable, dando muerte a su propio hermano mellizo, Jorge Vegas.

Las noticias frecuentemente nos informan acerca de accidentes de automóvil provocados por conductores borrachos. A pesar de todas las advertencias que se hacen por todos los medios de publicidad, y a pesar de las severas penas que se están aplicando a conductores borrachos, el problema, en vez de disminuir, va en aumento.

Los fines de semana y los días de fiesta son los tiempos más críticos. La gente sale a divertirse y no encuentra otra diversión que entrar en una cantina y beber alcohol hasta intoxicarse. Luego, con los humos del alcohol en el cerebro, se creen invencibles, y desatienden advertencias y razones y consejos. ¿Y cuál es el resultado? Horribles consecuencias, a veces mortales.

El alcohol dentro del cuerpo es un enemigo. Fuera del cuerpo será para fricciones y curación de heridas, pero dentro del cuerpo es un agresor que sube rápido del estómago al cerebro. Allí entorpece todas las mejores facultades del hombre. Nubla la inteligencia, adormece la conciencia y mata el alma.

¿Quién puede librar de este vicio a una persona? Nadie desea ser esclavo del alcohol. Hay Uno que puede librar al adicto de esas cadenas. Es Jesucristo. Con su poder y gracia, Cristo puede librar de su terrible condición al alcohólico.

¿Qué tiene que hacer el adicto? Entregarse de corazón a Cristo, y pedir su ayuda y salvación. Si clama a Cristo, Él acudirá en su auxilio y lo librará del vicio despiadado del alcohol. Cristo salva al que con fe lo busca.

Hermano Pablo

sábado, 4 de septiembre de 2010

REFLEXIONES DE ORO

El hombre puede vivir por unos cuarenta días sin alimento, por unos tres días sin agua, por unos ocho minutos sin aire… pero solo por un segundo sin esperanza. –Hal Lindsey

O tomamos control del día o el día tomará el control de nosotros. –Jim Rohn

La vida es como una bicicleta de diez velocidades. La mayoría de nosotros tiene engranajes que nunca usamos. –Charles M. Shultz

Una vida vivida con integridad –aún si le faltan los atavíos de la fama y la fortuna– es una estrella brillante a cuya luz otros podrán ser guiados en años por venir. –Denis Waitley

La motivación nos ayuda a andar, pero el hábito nos lleva al final. –Zig Ziglar

Cambiemos lo cambiable, aceptemos lo incambiable, y apartémonos de lo inaceptable. –Denis Waitley

Nosotros somos el único problema que jamás tendremos y también somos la única solución. –Bob Proctor

Descubriremos, cuando miremos atrás en nuestras vidas que los momentos que realmente disfrutamos fueron aquellos en los que hicimos cosas en el espíritu del amor. –Henry Drummond

Mi padre me dio el mejor regalo que alguien nos puede dar: creyó en mí. –Jim Valvano

A veces, el hombre más pobre le lega a sus hijos la herencia más rica. –Ruth E. Renkel

El fracaso no es un único evento cataclísmico. Uno no puede fracasar de la noche a la mañana. Por lo contrario, el fracaso consiste en unos pocos errores de juicio, repetidos diariamente. –Jim Rohn

Nuestras dudas son traidoras que nos hacen perder lo bueno que pudiésemos frecuentemente ganar por temer a intentarlo. –William Shakespeare

Todos somos confrontados con una serie de grandes oportunidades brillantemente disfrazadas como situaciones imposibles. –Charles Swindoll

La diferencia entre perseverancia y obstinación es que la primera a menudo se origina en una fuerte voluntad de hacer y la otra en una fuerte objeción. –Henry Ward Beecher

La auto-estima y el amor a uno mismo son los opuestos del temor; entre más nos gustamos, menos tememos a las cosas. –Brian Tracy

Pero por encima de todas las Reflexiones , las que màs nos dirigen a la eternidad son las reflexiones de la Palabra de Dios. Nunca dejemos de alimentar el espìritu con la Palabra Divina.

He aquí, hoy me voy por el camino de toda la tierra, y vosotros sabéis con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma que ninguna de las buenas palabras que el SEÑOR vuestro Dios habló acerca de vosotros ha faltado; todas os han sido cumplidas, ninguna de ellas ha faltado. Josuè 23:14.

El camino de Dios es perfecto; la palabra del Señor es intachable. Escudo es Dios a los que en él se refugian. Salmo 18:30.

VIAJES

Lectura: Filipenses 1:8-18.
"Quiero que sepáis, hermanos, que las cosas que me han sucedido, han redundado más bien para el progreso del evangelio" Filipenses 1:12
En un mapa en la parte de atrás de mi Biblia, se muestran cada uno de los viajes misioneros de Pablo con una línea de color y flechas que indican la dirección de su travesía. En los primeros tres viajes, las flechas se dirigen lejos de su punto de partida y giran hacia un punto de retorno. Sin embargo, en el cuarto viaje, Pablo estaba viajando como un prisionero, rumbo a un juicio ante César, y las flechas sólo apuntan en dirección de ida, terminando en Roma.
Podríamos estar tentados a llamar a éste un momento infortunado en la vida de Pablo, si no fuera por su visión de que Dios le estaba guiando y usando tanto en este viaje como lo había hecho en los otros tres.
Él escribió: «Quiero que sepáis, hermanos, que las cosas que me han sucedido, han redundado más bien para el progreso del evangelio, de tal manera que mis prisiones se han hecho patentes en Cristo en todo el pretorio, y a todos los demás. Y la mayoría de los hermanos, cobrando ánimo en el Señor con mis prisiones, se atreven mucho más a hablar la palabra sin temor» (Filipenses 1:12-14).
Aun cuando nuestro viaje en la vida esté marcado por el confinamiento y las limitaciones, podemos estar seguros de que el Señor animará a los demás por medio de nosotros cuando hablemos Su Palabra y confiemos en Él.
Para el cristiano, lo que parece un desvío puede ser un nuevo camino hacia la bendición.