domingo, 9 de mayo de 2010

CIEN MUERTOS DE ALCOHOL

El fin de semana llegó como siempre, alegre y bullicioso, al poblado de Baroda, estado de Gujarat, India. Las prostitutas salieron a ejercer su oficio, y los salones de bailes se llenaron de bailarines.

Gujarat es el único estado de la India donde se prohíbe la venta de bebidas alcohólicas. Ese sábado por la tarde 251 personas habían sido hospitalizadas, y de ellas murieron paralizadas cien. Otras veinticinco quedaron ciegas, y el resto gravemente enfermas. ¿Cuál era la causa? Tres irresponsables habían vendido clandestinamente licor hecho en las casas con alcohol metílico, un veneno mortal.

El fin de semana dejó de ser alegre para volverse trágico. Los habitantes de Baroda, India, pueblo que ya había tenido tres veces tragedias de esta clase, habían bebido licor hecho con veneno.

En realidad, toda bebida alcohólica es veneno. No todas están hechas con alcohol metílico, pero todas tienen su pequeña o gran dosis de tóxico, que va adormeciendo y entorpeciendo la mente, y convirtiendo al bebedor en un individuo de capacidad disminuida.

La propaganda comercial de licores puede ser muy elegante, muy bien preparada, realizada por expertos del arte; pero los hospitales, las cárceles, los manicomios y los cementerios cuentan una historia muy distinta. Allí no hay placer ni delicias como las mencionadas por la propaganda, sino vómito, sangre, locura, idiotez y muerte.

¿Somos víctimas del alcohol? No tratemos de ocultar nuestra esclavitud. ¿Podemos pasar una semana sin beber? ¿Lo hemos tratado? Muchas veces lo que decimos poder hacer es una cosa y lo que realmente podemos hacer es otra. Seamos sinceros. ¿Podemos de veras pasar una semana sin beber alcohol? Si la respuesta es negativa, necesitamos ayuda.

Hay un grupo llamado Alcohólicos Anónimos que ayuda a las personas esclavizadas por el alcohol. Para reforzar esa ayuda con algo que puede cambiar todo nuestro ser, tenemos que invitar a Cristo a que sea el Rey y Señor de nuestra vida.

Hermano Pablo

jueves, 6 de mayo de 2010

JUSTO EN EL MOMENTO PRECISO

Lectura: Gálatas 4:1-7.
"Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo" Gálatas 4:4
¿Por qué ser puntual representa un desafío tan grande para algunos de nosotros? Incluso cuando comenzamos temprano, algo inevitable se interpone en nuestro camino y nos hace llegar tarde.
Pero he aquí la buena noticia: ¡Dios siempre es puntual! Al hablar acerca de la llegada de Jesús, Pablo dijo. «Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo» (Gálatas 4:4). El Salvador largamente esperado y prometido llegó justo en el momento preciso.
La llegada de Jesús durante la Pax Romana (la paz de Roma) fue el momento perfecto. El mundo entonces conocido estaba unido por un solo idioma comercial. Una red de rutas comerciales globales brindaban acceso abierto a todo el mundo. Todo esto garantizó que el Evangelio pudiera avanzar rápidamente en una sola lengua. Sin visados. Sin fronteras impenetrables. Tan sólo el acceso sin obstáculos para ayudar a difundir la noticia del Salvador cuya crucifixión cumplió con la profecía del Cordero que sería inmolado por nuestros pecados (Isaías 53). ¡Todo en el tiempo perfecto de Dios!
Todo esto debe recordarnos que el Señor también sabe qué momento es el mejor para nosotros. Si estás esperando la respuesta a alguna oración o el cumplimiento de alguna de Sus promesas, no te rindas. Si piensas que Él te ha olvidado, reconsidéralo. Cuando el cumplimiento del tiempo sea el indicado para ti, Él aparecerá —¡y quedarás asombrado ante lo brillante de Su plan!
El tiempo de Dios siempre es perfecto.

miércoles, 5 de mayo de 2010

A PESAR DE TODO...

Doug McKnight; A la edad de treinta y dos años se le diagnosticó esclerosis múltiple. Los dieciséis años siguientes le costaron su carrera, su movilidad y finalmente la vida.

Debido a la esclerosis múltiple no podía comer por sí mismo ni caminar; combatió la depresión y el temor. A través de todo esto, nunca perdió el sentido de la gratitud.

La evidencia de esto es su lista de oración. Los amigos de su congregación le pidieron que compilara una lista de sus peticiones para interceder por él.
Su respuesta incluía dieciocho bendiciones por las que estaba agradecido, y seis preocupaciones por las cuales orar.
Sus bendiciones superaban a sus necesidades por tres a una. Doug McKnight había aprendido a estar contento a pesar de…

1 Tesalonisenses 5:16-22 “Estad siempre gozosos.” “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.” “Examinadlo todo; retened lo bueno.”

HOY...A PESAR DE... ME ALEGRARE EN EL SEÑOR

“Con todo, yo me alegraré en Jehová , Y me gozaré en el Dios de mi salvación”. Habacuc 3:18.
Hoy me siento nuevamente seguro de saber que Dios está desarrollando mi vida de una manera muy especial. En varias facetas Dios está trabajando y una de las facetas que él esta obrando en mi vida cristiana es la faceta del : Aunque todavía no, apesar de…y hoy debo responder a esto. Habacuc lo expresó cuando dice: Aunque….. a pesar de o con todo, yo me alegraré en el Señor.
Habacuc veía la invasión de Babilonia y él podía ver que en poco tiempo la higuera no florecería, las vides no darían fruto, faltaría el producto del olivo, los labrados no darían mantenimiento, las ovejas serían quitadas de las majadas y las vacas de los corrales, pero Habacuc dijo: Con todo esto, a pesar de : yo me alegraré en el Señor.
Es fácil alabar al Señor en medio de la plenitud y la abundancia. Es fácil adorar a Dios en medio del exito y la prosperidad, pero alabarlo y exaltarlo en medio de la pobreza, la soledad y la angustia es otro asunto. Es fácíl cantar ALELUYA CUANDO EL ESTOMAGO ESTA LLENO, pero cómo cantar aleluya cuando la alacena esta vacía?
No quiero tener hoy un cristianismo que es el resultado de un estomago confortable y de una prosperidad impresionante. Cuando Dios permite que una Babilonia me invada para enseñarme lecciones de dependencia en él yo quiero decir como Habacuc. “Con todo me regocijare en Dios y me gozaré en el Dios de mi salvación”.
Hoy no quiero ser un soldado de los que estan hermosasmente vestidos para los desfiles o paradas militares, sino un soldado que corre por el campo de batalla sin adornos ni lujos pero con el rifle en la mano. A veces me gusta las banderas, las bandas militares y las paradas pero me pone nervioso el fuego del campo de batalla. Pero hoy, si necesito pasar por el campo de batlla, quiero decir como Habacuc… Con todo me regocijaré en el Señor.
Si pongo mi mirada y mi confianza en Dios no me preocuparan los tadavía no, ni los aunque…..sino que dire..Con todo me recocijaré en él.
Señor. Gracias por tu misericordia y amor tan infinitos. Haz prometido estar a mi lado y esa promesa es real y única. Aunque venga Babilonia para devastar lo que tanto me gusta ver, las higueras florecidas, las vides con sus frutos, las ovejas en la majada y las vacas en lo corrales, entenderé que si en algún momento pierdo eso, estas enseñandome a depender y esperar en ti y entonces con todo yo me recocijaré en ti y me gozaré en tu amor y tu presencia. Aunque….a pesar de….con todo yo me regocijaré en tu amor tan hermoso y dulce para mi.Amén.

LA AMISTAD POR MEDIO DEL SERVICIO

Lectura: 1 Tesalonicenses 2:1-8.
"Antes fuimos tiernos entre vosotros, como la nodriza que cuida con ternura a sus propios hijos" 1 Ts. 2:7
Don Tack quería saber cómo era la vida de los que no tenían hogar. Así que ocultó su identidad y se fue a vivir a las calles de su ciudad. Descubrió que muchas organizaciones ofrecían alimento y refugio. Se enteró de que podía pasar la noche en uno de los albergues si, antes, escuchaba un sermón. Así lo hizo, agradeció el mensaje del orador invitado y quiso hablar con él después. Pero, cuando Don se acercó para estrecharle la mano y preguntarle si podía hablar con él, éste pasó por su lado como si no existiera.
Don supo que lo que más faltaba en el ministerio a los que no tenían hogar en su localidad era personas que estuvieran dispuestas a formar relaciones. Así que comenzó una organización llamada el Centro de los Siervos para ofrecer ayuda por medio de la amistad.
Lo que Don encontró en el albergue fue lo opuesto a lo que experimentaban las personas cuando escuchaban al apóstol Pablo. Cuando él compartía el Evangelio, se daba a sí mismo también. En su carta a los tesalonicenses dio testimonio de lo siguiente: «Tan grande es nuestro afecto por vosotros, que hubiéramos querido entregaros no sólo el evangelio de Dios, sino también nuestras propias vidas; porque habéis llegado a sernos muy queridos» (1 Tesalonicenses 2:8). Dijo también: «Antes fuimos tiernos entre vosotros, como la nodriza» (v. 7).
En nuestro servicio para el Señor, ¿compartimos no sólo nuestras palabras o dinero, sino también nuestro tiempo y nuestra amistad?
Nuestra sensibilidad por los sufrimientos de los demas, es una medida que indica cuanto nos semejamos a Cristo.

¡O ROBO UN BANCO, O ME SUICIDO!

Serio, callado, con gruesos anteojos oscuros, el hombre se acercó a la ventanilla. Las operaciones del banco transcurrían normalmente. Cuando al hombre le tocó su turno, le pasó una nota al cajero: «Esto es un asalto —decía la nota—. Entrégueme todos los billetes de 10, 20, 50 y 100 que tenga.»

El cajero le pasó 980 dólares, que era todo lo que tenía en la caja. El hombre dio media vuelta y luego se detuvo, como confundido. Era ciego, y sin su bastón en la mano no sabía dar un paso. Cuando lo arrestaron y lo llevaron a la policía, declaró: «Estoy al borde de un colapso. ¡O robo un banco, o me suicido!»

Este fue un caso como para telenovela, ocurrido en San Francisco, California. Roberto Dunbar había quedado ciego hacía cuatro años. Vivía de lo que recibía del Seguro Social, pero alguien le había robado su pensión de ese mes, de modo que llevaba días sin comer. Y no tenía parientes ni amigos. Por eso, en medio de un panorama sumamente oscuro, tomó la decisión de asaltar un banco.

La ceguera es una triste circunstancia. Pero más triste aún es el hecho de que un ciego tenga que cometer un delito porque le han robado la pequeña pensión que le da el gobierno. Es como una denuncia contra toda la humanidad, denuncia de un crimen social que nunca debió haber ocurrido.

Lo cierto es que Roberto Dunbar vivía en tinieblas más oscuras todavía. Además de la oscuridad que tenía en los ojos, tenía también el alma sumida en tinieblas. Los ojos de este hombre, y los de muchos como él, quizá nunca perciban de nuevo la luz del día. Pero la luz espiritual puede encenderse en toda alma. Jesucristo dijo: «Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida» (Juan 8:12).

Hay muchas personas que no tienen la luz de los ojos, pero han hallado una luz mil veces más resplandeciente que la luz del sol. Son los que han encontrado la paz y el gozo que da Jesucristo. Sin percibir el color de las flores, ven el color de la esperanza. Sin ver la luz del sol, ven con el alma la luz de la gracia salvadora de Cristo. Sin poder contemplar el rostro de los amados, ven con los ojos del espíritu el rostro amable y compasivo de Jesucristo, porque Él es realmente la luz del mundo.

Esa oscuridad en la que muchos se encuentran, esa noche interminable, se cambiará en día el instante en que Cristo entre a su corazón. Basta con que le den entrada. Él quiere ser su paz, su gozo y su luz.

Hermano Pablo

CANCIÓN DE JUBILO