domingo, 28 de febrero de 2010

EL LIMITE ES EL CIELO

A fines de la década de 1950, el propietario de una pequeña cadena de ramos generales en el sur de Estados Unidos, se dio cuenta de que no podía conservar en inventario los aros de hula-hula. Esta manía se propagaba por todo el país con rapidez, y ni siquiera el fabricante podía suplir la demanda.
-Lo lamentamos- le dijo el fabricante al dueño de los negocios-. Este producto se ha convertido en una manía nacional, y no podemos fabricarlo con la rapidez que necesita. Me temo que deberá esperar bastante para recibir más aros de hula-hula.
El dueño podría haber dicho a sus gerentes que se disculparán con los clientes, y explicarles luego que el juego tan popular simplemente no estaba disponible. En vez de hacer eso, este señor ordenó algunos tubos plásticos y comenzó a fabricar sus propios aros, ¡con un asombroso ritmo de producción de tres mil por noche!
Este ingenioso propietario con mucha iniciativa, trajo el mismo sentido de creatividad y una actitud de yo puedo hacerlo a todo lo que hizo. Estaba dispuesto a atravesar cualquier obstáculo para satisfacer a sus clientes. Su cadena de negocios creció y obtuvo gran renombre y el hombre se volvió multimillonario. ¿Su nombre? Sam Walton (fundador de Wal-Mart).
Proverbios 24:10
Si fueres flojo en el día de trabajo, tu fuerza será reducida.

FIEBRE DE BEISBOL

Lectura: Mateo 22:34-40.
"Amarás a tu prójimo como a ti mismo" Mateo 22:39
En la película Fever Pitch (Fiebre de Béisbol), Ben Wrightman está loco por el equipo de béisbol de los Medias Rojas de Boston. Rara vez se pierde un juego durante la primavera y los meses de verano.
Un invierno, Ben se enamora de una joven llamada Lindsey y la conquista. Luego llega la primavera y ella descubre que él es una persona totalmente diferente durante la temporada de béisbol. No tiene tiempo para la muchacha a menos que ella vaya a los juegos con él.
Cuando Lindsey le pone fin a su relación con Ben debido al fanatismo de éste, el joven habla con un amigo, que le dice: «Tú amas a los Medias, pero dime, alguna vez ellos han correspondido a tu amor?» Esas palabras hicieron que Ben analizara sus prioridades y le diera más tiempo a la mujer que amaba, y que correspondía a su amor.
Entregamos nuestras vidas a pasatiempos, placeres, actividades, trabajo —muchas cosas buenas. Pero hay dos cosas en las que siempre debemos pensar al hacer nuestras elecciones. Jesús dijo: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón... amarás a tu prójimo como a ti mismo» (Mateo 22:37,39).
Cuando parezca que nuestra vida está perdiendo su equilibrio, puede que la pregunta, «¿Alguna vez ese pasatiempo o actividad ha correspondido a mi amor?» nos ayude a mantenernos en línea. Amar a Dios y amar a las personas es lo que realmente cuenta.
Mostramos nuestro amor a Dios cuando compartimos Su amor con los demás.

sábado, 27 de febrero de 2010

KAROSHI

Los monos macacos japoneses trabajan duro solo para sobrevivir en su frío hábitat. Deben trepar montañas altas a menudo para conseguir comida. Sin embargo, toman frecuentes descansos, se renuevan a sí mismos, y hasta pasean un poco. Parecen tener un conocimiento innato de que trabajar mucho sin detenerse a jugar los lleva a estar exhaustos, y quizá a la extinción.
A diferencia de los monos, muchos trabajadores japoneses han trabajado sin descanso hasta morir. Las ansias por un buen rendimiento -demostrado no solo por el interés en la producción, sino también por las horas dedicadas- impregnan su cultura. Este síndrome trágico se ha convertido en algo tan conocido que tiene su propio nombre: karoshi.
Es triste que las actividades de los monos parecieran tener más sentido que las actividades humanas. Como a los monos, a los humanos nos han inculcado ciertos instintos que nos dicen lo que nuestros cuerpos, mentes y espíritus necesitan. Coman cuando les baja el azúcar, duerman cuando están cansados, busquen la calma cuando el ruido del mundo les moleste mucho, y así en todas nuestras necesidades.
No se mate tratando de ser la estrella en el trabajo. En vez de eso tómese su tiempo de descanso y cómase una banana.
Aprender a dejar algunas cosas sin hacer es en verdad satisfactorio.
Salmo 127:2
Por demás es que os levantéis de madrugada, y vayáis tarde a reposar, y que comáis pan de dolores; pues que a su amado dará Dios el sueño.

TIEMPOS DE QUIETD

Lectura: Salmo 23:1-3; Marcos 6:30-32.
"Estad quietos, y conoced que yo soy Dios" Salmo 46:10
Mi amiga María me contó que siempre había valorado los momentos que pasaba pescando con su padre. Como no soy una aficionada a la pesca, me entró curiosidad por saber qué era lo que ella encontraba tan bonito. «Simplemente me gusta estar con mi padre» —dijo. «¿Entonces sólo pescáis y habláis?» —le pregunté. «Oh, no, en realidad no hablamos —me dijo. Sólo pescamos».
No era la conversación, era la compañía.
¿Alguna vez te has puesto a pensar cuánto tiempo pasamos hablando? Generalmente, en lo que nos gusta llamar nuestro «tiempo de quietud» con Dios, llenamos todo silencio con nuestras oraciones. ¿Pero acaso alguna vez practicamos simplemente estar «quietos»?
Dios dijo: «Estad quietos, y conoced que yo soy Dios» (Salmo 46:10). Cuando Jesús notó que los discípulos estaban tan ocupados que ni siquiera tenían tiempo para comer, les dijo: «Venid vosotros aparte a un lugar desierto, y descansad un poco» (Marcos 6:31). Cuando dejamos atrás las distracciones de la vida, podemos descansar con mayor facilidad y volver a centrarnos en Dios.
¿Estás permitiendo que los momentos de quietud a solas con Dios sean parte de tu vida? ¿Deseas que Él restaure tu alma? (Salmo 23:1-3). Permítele que te enseñe cómo «estar quieto». Y escucha cuando Jesús te invita: «Ven aparte conmigo y descansa un poco».
Los tiempos de quietud con Dios acumulan energía y poder para emergencias futuras.

«¡FÍJATE EN LA HORMIGA!»

El desierto ardía como horno encendido. El sol llameante calcinaba la tierra, y fuertes vientos levantaban olas de arena que ennegrecían el cielo.

En medio del calor una caravana, que cruzaba el Sahara, se vio de pronto rodeada de negras nubes y debió buscar refugio donde lo hubiera. Pasado el simún, la caravana, larga y abatida, miró atentamente al cielo, y con paso firme regresó al rumbo que había perdido.

No eran personas ni eran camellos. Eran hormigas. Hormigas que con sólo mirar a las estrellas sabían cómo encontrar su ruta.

Las hormigas del Sahara tienen un maravilloso instinto de dirección. Si se desvían, con sólo mirar las estrellas vuelven a encontrar su rumbo.

El Dr. Rudiger Wehner, de la Universidad de Zurich, Suiza, lo explicó así: «Esta hormiga, al levantar su mirada a las estrellas, puede ver patrones de luz polarizada. Eso le basta para conducirse a través de la larga travesía.»

La Biblia también habla acerca de la hormiga. En el libro de los Proverbios dice: «¡Fíjate en la hormiga! ¡Fíjate en lo que hace, y adquiere sabiduría» (Proverbios 6:6). La hormiga sabe, por instinto, interpretar las señales de los cielos. Sabe dirigirse a través de vastos desiertos sin perder la dirección. Labora todos los días de su vida y siempre está a la expectativa de algo nuevo. Nunca deja de actuar, nunca deja de trabajar, nunca deja de producir, pase lo que pase.

¿Qué le da ese ánimo? ¿Cómo es que nunca se da por vencida? La respuesta es una lección para todos nosotros. La hormiga se sujeta a leyes. En el caso de la hormiga, esas leyes forman parte de su instinto natural, y sin embargo son leyes. Ahí, precisamente, está la lección.

Muchos en este mundo, incluso algunos llamados sabios, no saben que el verdadero triunfo en la vida, incluyendo el dominio propio, consiste en vivir dentro de los parámetros de las leyes morales de Dios.

Todos los problemas personales y colectivos del ser humano vienen por no reconocer y someterse a los mandamientos morales y espirituales de Dios. Cuando ignora las leyes divinas, se encuentra sin brújula en medio de un desierto de confusiones. Es entonces que se da a las drogas, al alcohol y a la vida desenfrenada, y termina al fin deseando suicidarse.

Regresemos al consejo del proverbista: «¡Fíjate en la hormiga! ¡Fíjate en lo que hace, y adquiere sabiduría.»

Hermano Pablo

viernes, 26 de febrero de 2010

TOMA SU MANO

Un hombre de más de treinta años de casado con su novia de la infancia dijo: “Todavía me gusta tomar la mano de mi esposa”. A continuación, sin embargo, admitió que la motivación era distinta a cuando era una adolescente.
-”Cuando éramos jóvenes”, reflexionó, “sentía una descarga eléctrica cuando tocaba su mano. Ahora mi vida parece cargada de demasiada electricidad y siento paz cuando tomo su mano”.
El tomarse de las manos puede significar mucho más que “Te amo”. A veces puede significar: “Te necesito”, “Me importas” o solo “Aquí estoy”.
Las raíces del amor se ramifican y entrelazan con el tiempo. Entran en juego muchas fuentes de amor e intimidad. Algunas veces se arraigan en la compasión, otras en un sentido de hacer lo que es recto. A veces crecen de dar ayuda, otras de recibir ayuda.
Mire de una forma diferente a su cónyuge hoy. Busque algo nuevo que apreciar: ¡Es muy posible que descubra que se vuelve a enamorar!
Un matrimonio de éxito requiere enamorarse, muchas veces, siempre de la misma persona.
Oseas 2:19Yo te haré mi esposa para siempre, y te daré como dote el derecho y la justicia, el amor y la compasión.

UNA TRISTE SEPAR6ACION

Lectura: Malaquías 2:10-16.
"No seáis desleales para con la mujer de vuestra juventud" Malaquías 2:15
El drama se desarrolló en un nido de águilas calvas monitoreado por una cámara web. Una amada familia de águilas, a la cual muchos veían por Internet, estaba separándose. Después de criar a varios polluelos en estaciones pasadas, los padres volvieron a poner nuevos huevos en la primavera. Pero luego, una hembra joven invadió su feliz hogar. Cuando papá comenzó a tontear con ella, mamá desapareció y la vida dentro de los huevos abandonados se apagó.
En la sala de chateo por Internet las preguntas y las acusaciones iban y venían con vehemencia. Todos los que amaban a la pareja estaban afligidos. Los biólogos advirtieron a los aficionados entusiastas de las águilas que no les atribuyeran valores humanos a las aves. Pero todos lo hicieron. Todos queríamos que la pareja original volviera a unirse. Todos parecían «saber» que la unidad familiar es sagrada.
Mientras los miembros de la sala de chateo expresaban su tristeza, me pregunté si sabrían que Dios tiene sentimientos muy parecidos cuando se trata de separaciones familiares humanas. También me hice esta pregunta en cuanto a mí misma: ¿Por qué sentí mayor tristeza por las águilas que por las familias humanas rotas en mi comunidad? Está claro que necesito revisar mis prioridades.
En Malaquías 2, vemos la opinión que Dios tiene del matrimonio. Éste simboliza Su p13acto con Su pueblo (v. 11). Lo toma muy en serio —y nosotros también debemos hacerlo.
Pon a Cristo primero si quieres que tu matrimonio llegue hasta el final.