martes, 23 de febrero de 2010

KILOMETRO EXTRA

El jefe de ventas de una compañía de seguros de Nueva Escocia le dijo a un grupo de vendedores que no eran lo suficiente agresivos, ni sociables para triunfar en las ventas. Después de estas palabras de estímulo, uno de los vendedores de seguros miró por la ventana y tuvo una idea.
En la parte externa de su ventana en el piso decimoséptimo vio un andamio con algunos empleados lavando ventanas desde allí.
Rápidamente escribió una nota y la sostuvo contra la ventana para que la pudiesen ver. La nota les preguntaba si no estaban interesados en un seguro de vida, accidente o invalidez.
Los hombres respondieron, bromeando, que no podían parar con lo que estaban haciendo para hablar con él, pero si deseaba unirse a ellos sobre el andamio, estaban dispuestos a escucharlo mientras trabajaban. ¡El vendedor aceptó su propuesta! Usando un cable adicional desde el techo, se bajó él mismo hasta el andamio. En el transcurso de su conversación, ¡le vendió a uno de los hombres un seguro de vida por cincuenta mil dólares!
A veces usted debe ir a lugares especiales y encontrarse en situaciones especiales, caminando el kilómetro extra, para tener éxito.
Los fracasos busca métodos placenteros, los éxitos resultados.
Hebreos 12:11
Al presente ninguna disciplina parece ser causa de gozo, sino de tristeza; sin embargo, a los que han sido ejercitados por medio de ella, les da después fruto apacible de justicia.

ESPERANDO LA COSECHA

Lectura: Marcos 4:26-29.
"Primero hierba, luego espiga, después grano lleno... la siega ha llegado" Marcos 4:28-29
En el libro What’s Gone Wrong With the Harvest? (¿Qué salió mal en la cosecha?), James Engel y Wilbert Norton ilustran en un gráfico cómo a menudo las personas pasan por una serie de etapas de pre-conversión antes de cruzar la línea de fe y recibir a Jesús como su Salvador.
Cuando escuchamos a las personas compartir su experiencia de conversión, puede que nos parezca que la fe se dio de inmediato. Pero su salvación frecuentemente conlleva una historia de trasfondo ampliado de peregrinaje espiritual antes de que tomaran esa decisión. Necesitaron tiempo para reflexionar en el Evangelio. Para ellos, llegar al Salvador fue un proceso.
Esto es similar al proceso de la agricultura: los meses de espera llegan a su fin y los obreros entran a raudales a los campos para ayudar con la cosecha. Una de las parábolas de nuestro Señor ilustra cómo la fe —al igual que un cultivo— necesita tiempo para desarrollarse. Responder al Evangelio es como una semilla que crece «primero hierba, luego espiga, después grano lleno», hasta que, finalmente «la siega ha llegado» (Marcos 4:28-29).
Debido a que puede que las personas necesiten tiempo y que se les exponga el Evangelio muchísimas veces antes de que estén listas para tomar una decisión, tenemos que ser sensibles en cuanto a dónde se encuentran ellas en su peregrinaje de fe. Mientras tanto, podemos cultivar el interés espiritual, orar por ellas ¡y esperar la cosecha!
Sembramos la semilla; Dios produce la cosecha

lunes, 22 de febrero de 2010

EL REY SALVADOR

El rey Baber de la India era un buen príncipe que hacía todo lo que le era posible para el bienestar de sus súbditos, pero entre ellos tenía a un soldado el cual era su mortal enemigo; cierto día paseándose el rey disfrazado por la ciudad para ver de cerca el ambiente de su pueblo se desarrolló la siguiente escena: Un elefante se había escapado y destruía con sus gigantescas patas todo lo que encontraba a su paso. Muy cerca de sus pies estaba un pobre niño de la casta de los parias, el cual se encontraba tendido en el suelo medio muerto de hambre, nadie se atrevía a levantarlo ya que si lo hubiese hecho todos le habrían aborrecido; en aquel mismo instante el rey se lanzó sobre el niño y lo arrebató con un rápido golpe, salvándole así de una muerte trágica. En el mismo momento de levantar al niño se le cayó de la cabeza el turbante y descubrieron todos que era el rey, causando un asombro general.

Entre los concurrentes se encontraba su mortal enemigo, el cual al ver el acto de valor del rey, se derribó a sus pies y le confesó lo que intentaba hacer.

-Señor, yo soy tu enemigo; había resuelto matarte hoy, pero el que salva la vida es mayor que el que la destruye; mis manos nada pueden contra los que Dios protege. Toma mi espada y mata a los que te quieren matar.

El rey tomó el soldado por la mano y lo levantó; y con una sonrisa llena de bondad le dijo:

-De ningún modo; toma tu espada y empléala desde ahora en mi servicio; desde hoy te hago guardia de mi palacio.

Desde entonces fue uno de los soldados más fieles y más valientes del rey Baber.

¿No nos recuerda esto la historia de Jesús el Rey de reyes, el cual aún cuando nosotros éramos pecadores nos perdonó y nos ha hecho príncipes con El, y Sacerdotes?

TODO ES TODO

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PROMESAS DE DIOS

Las promesas de Jehová
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MENSAJE DE DIOS

Mensaje de Dios

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BUEN HUMOR

Un gerente encontró a dos hombres muy torpes durante un día de entrevistas de trabajo. Le dio a cada uno de ellos una tarea.
Más tarde, los hombres se encontraron en una pizzería para comparar sus notas.
- ¡Oye, qué gerente más estúpido! -exclamó el ignorante número uno-. Me dio un billete de cinco dólares y luego me dijo que fuera a comprarle un Porsche. ¡El tonto no me dijo de qué color lo quería!
- Crees que eso es malo -replicó el ignorante número dos-, estábamos haciendo la entrevista en la sala de conferencias, y me dijo: “Ve hasta mi oficina, y fíjate si estoy allí, si no estoy vuelve y dímelo”. ¡Qué imbécil! Había un teléfono en la sala de conferencias. Pudo haber llamado a su oficina para ver si estaba allí. ¡No debió haberme enviado a ver!El número uno sacudió la cabeza con tristeza.
- Me alegraré si no obtengo este trabajo. ¿Quién quiere trabajar para un idiota?
- Te comprendo -dijo su compañero.
Volviéndose a la mesera, el primer hombre pidió una pizza con salame.
- ¿Le gustaría que se la cortara en ocho o seis porciones?
- Mejor en seis -replicó el segundo hombre-, no tenemos tanta hambre como para comer ocho.
El buen humor hace todas las cosas tolerables.
Proverbios 17:22
El corazón alegre constituye buen remedio.