lunes, 8 de febrero de 2010
MIRATE EN UN ESPEJO
tu lucha por ser alguien,
y el mundo te convierte en Rey
por un día, solo acércate a un
espejo a mirarte, y fíjate en
lo que esa imagen te dice.
Porque no es el juicio que de ti
hagan tu padre, tu madre o tu
esposa lo que debe resaltar.
Lo que más importa en la vida
es el veredicto del que está
al otro lado del espejo.
Algunos pueden pensar
que eres un compadre
en quien se puede confiar,
y llegar a decirte que
eres maravilloso, pero el
que está en el espejo dirá
que solo eres un
fanfarrón si no puedes mirarlo
directamente a los ojos.
A él debes agradar, no tengas en
cuenta al resto, porque él es claro
contigo hasta el final;
y habrás aprobado tu evaluación
más difícil y peligrosa si el que está
en el espejo es tu amigo.
Podrás engañar durante años a todo
el mundo en tu paso por la vida,
y obtener palmadas en la espalda
en señal de aprobación, mas
la récompensa final sera anguTE stia
del alma y lágrimas si has engañado
al hombre del espejo.
Anónimo.
El que domina a otros es fuerte, el que se domina a sí mismo es poderoso.
Proverbios 16:32
Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte,
Y el que domina su espíritu que el conquistador de una ciudad.
SIN ALIENTO
"Exaltado seas sobre los cielos, oh Dios; sobre toda la tierra sea tu gloria" Salmo 57:5
¿Cuándo fue la última vez que algo te quitó el aliento debido a su majestad?
No estoy hablando de algún dispositivo electrónico o de algún efecto especial en una película. Estoy hablando acerca de algún espectáculo en el cielo nocturno, como por ejemplo, un eclipse lunar. O caminar bajo un cielo estrellado para ver Orión o las Pléyades —constelaciones mencionadas hace miles de años en las Escrituras (Amós 5:8) y que siguen brillando hoy para nuestro gozo. Estoy hablando acerca de una arrebatadora aurora que irradia con gloriosos colores para señalar otro amanecer. O el espectáculo de luz y sonido que acompaña a la manera que Dios tiene de regar la tierra con la lluvia que produce el alimento (Job 36:27-33).
¿Alguna vez has estado junto a una valla y te has maravillado ante el poder de un caballo mientras galopa elegantemente por el campo, con la crin al viento y los cascos resonando? (Job 39:19-25). ¿O has observado a un águila remontándose a lo alto y descendiendo en picado desde el cielo porque su visión diseñada por Dios ha avistado la cena desde su nido en la cima de la montaña? (Job 39:27-30).
En la creación, Dios le dio aliento al hombre. Luego el hombre se quedo sin dicho aliento al contemplar la belleza, grandiosidad y elocuencia de un universo de maravillas creados por Su propia mano. Mira a tu alrededor. Examina lo que Dios ha hecho. Luego, sin aliento, proclama Su majestad.
Toda creación es un dedo extendido que señala hacia Dios.
domingo, 7 de febrero de 2010
RATONERAS DE LA VIDA
Largo rato atisbó la llegada de la joven. Sabía que todas las noches, a las diez en punto, regresaba del trabajo. Era una joven bella, atractiva, verdadera flor de Málaga, España. Tal como él lo esperaba, la joven llegó. Tan pronto como ella abrió la puerta y entró, él se abalanzó sobre ella.
Sin embargo, las cosas no salieron bien. José Olmedo, el asaltante, se vio en una ratonera. La señorita alcanzó la puerta de su apartamento y escapó. Olmedo se encontró de pronto en una situación difícil. Ninguna puerta se abría a menos que pulsara el código. Dentro del vestíbulo del gran edificio de apartamentos, el joven, de veintidós años, fue arrestado por la policía.
Le llamamos «ratonera» a una situación que no tiene solución. También se le llama «callejón sin salida» y «punto sin retorno». Se trata de una de esas condiciones imposibles de la vida. La gran mayoría de ellas, como en el caso de Olmedo, las producimos nosotros mismos con nuestros errores y nuestros excesos. Pero a veces, por esas situaciones ingobernables de la existencia, se producen solas. En todo caso, son circunstancias que nos atrapan en una ratonera de la vida, sin puerta de escape, sin socorro y sin protección.
¿Realmente hay ratoneras? ¿Hay situaciones insolubles? No, no las hay. Cuando todo recurso se ha agotado, siempre queda Dios. Y no es que Dios haga caso omiso del pecado. Él cambia el corazón humano. Su invitación es franca, firme y segura. He aquí las palabras de Cristo: «Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso» (Mateo 11:28).
Nuestro mayor problema no es un callejón sin salida. Es el no acudir a Dios cuando todas las puertas se han cerrado. O tratamos, debido a nuestro orgullo, de resolver nuestro propio dilema, hundiéndonos más en el problema, o cedemos a la depresión que, para colmo de males, nos lleva a considerar el suicidio. Solos no podemos salir de la ratonera.
Sin embargo, Jesucristo espera nuestro clamor. Él está siempre listo para socorrernos y quitar las angustias que nos consumen. La vida siempre nos va a presentar situaciones imprevistas, problemas, al parecer, insolubles. Vivimos en un mundo lleno de corrupción. Pero Cristo quiere ser nuestro Salvador.
Pongamos nuestro problema en las manos de Dios. Entreguémosle a Él esa dificultad que nos está consumiendo. A Dios nada puede sorprenderlo ni amedrentarlo. Él es Dios, y puede socorrernos. Basta con que le digamos: «Entra, Señor, a mi corazón.»
Hermano Pablo
sábado, 6 de febrero de 2010
!LEVANTATE¡
"Y a vosotros, estando muertos en pecados... os dio vida juntamente con él" Colosenses 2:13
El 6 de febrero de 1958, un avión fletado que llevaba a la mayoría de los miembros del club inglés de fútbol Manchester United se estrelló al despegar de Munich, Alemania. Habiendo perdido a tantos de sus jugadores estrella, algunos se desesperaron ante las perspectivas de supervivencia del club. Pero hoy, éste es uno de los equipos más famosos del mundo.
Como era de esperar, Matt Busby, quien había sobrevivido a este accidente, fue quien reconstruyó al equipo.
Hace casi 2 mil años, el arresto y la subsiguiente crucifixión de Jesús hizo que muchos de Sus seguidores se desesperaran. Los discípulos mismos habían perdido toda esperanza. Pero su abatimiento se evaporó esa primera mañana de Pascua de Resurrección cuando encontraron que la piedra que sellaba la tumba había sido quitada (Juan 20:1). ¡Jesús había resucitado!
Pronto Jesús apareció a María Magdalena (vv. 11-16) y luego a Sus discípulos, quienes se habían reunido a puertas cerradas (v. 19). Su visita produjo un cambio extraordinario en ellos. La Biblia dice que «se regocijaron» (v. 20).
Tal vez tu mundo se ha estrellado a tu alrededor. Puede que se trate de una profunda pérdida personal, una tragedia familiar o alguna otra gran prueba. La resurrección de Jesús demostró que Él es más grande que el más grande de los obstáculos. Él puede reconstruir tu vida —tal y comDio lo hizo con Sus discípulos— a partir de hoy.
os puede convertir cualquier dificultad en una oportunidad.