sábado, 12 de septiembre de 2009

!QUE TENGA UN MUY BUEN DIA¡

Un día me encontraba en la fila de una tienda de provisiones detrás de un hombre que estaba pagando su compra. Cuando terminó, el empleado lo despidió diciendo alegremente: “¡Qué tenga muy buen día!”
Para sorpresa del empleado (y mía también), el hombre explotó en ira: “Éste es uno de los peores días de mi vida –gritó–. ¿Cómo voy a tener muy buen día?” Y con eso salió de la tienda estallando en cólera.
Comprendo la frustración de ese hombre; yo también he tenido días “malos” sobre los cuales no tengo control. ¿Cómo puedo tener muy buen día –me pregunto– cuando no tengo control sobre ello? Entonces recuerdo estas palabras: “Este es el día que el Señor ha hecho” (Salmo 118:24).
El Señor ha hecho todos los días, y mi Padre va a demostrar hoy su fuerza a mi favor. Él tiene control sobre todas las cosas en él, hasta las cosas difíciles que me van a pasar. Todos los acontecimientos han pasado por su sabiduría y amor, y son oportunidades que yo tengo de crecer en la fe. “Para siempre es su misericordia” (v.1). “El Señor está a mi favor; no temeré” (v.6).
Ahora, cuando la gente me despide deseándome muy buen día, contesto: “Yo no tengo control sobre eso, pero doy gracias por lo que sea que suceda, y me regocijo. . . pues este es el día que el Señor ha hecho.”
Salmo 118:24.
Este es el día que el Señor ha hecho; regocijémonos y alegrémonos en él. –

CONSTRUYENDO UNA CIUDAD

Lectura: Hebreos 11:8-16.
“Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de ellos” Hebreos 11:16
Durante 41 años, el edificio Empire State Building de Nueva York disfrutó de la distinción de ser el edificio más alto del mundo con 375 metros de altura. Desde entonces, otros lo han superado, incluyendo las Torres Gemelas Petronas, de 445 metros de altura, en Kuala Lumpur, Malasia, y el Edificio 101 de 501 metros de altura, en Taipei. El edificio Burj, de 797 metros de altura, en Dubai, que debe terminarse a fines del 2008, los superará a todos de lejos.
Desde tiempos antiguos, el hombre ha tratado de distinguirse por medio de monumentos de todo tipo. Sigue siendo el sueño de muchos hoy.
El autor del libro a los Hebreos presenta una mejor manera de lograr la trascendencia. Hizo notar que los héroes de la fe jamás perdieron de vista el hecho de que «eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra» (Hebreos 11:13). Como resultado de ello, «Dios no se avergüenza de ellos; porque les ha preparado una ciudad» (v. 16).
Es un hecho de la vida que es probable que todo trabajo monumental sea superado. Incluso los más grandes «éxitos» del hombre son efímeros. Nuestros mejores esfuerzos sólo pueden traer honra temporal, y muy pronto serán eclipsados por los nuevos y mayores logros de los demás. Pero aquellos que invierten sus esfuerzos en vivir para agradar a Dios tienen una ciudad perdurable y una honra eterna que los espera. Aún ahora, Dios la está preparando para ellos.
¿Quién está edificando tu vida? ¿Tú o Dios?
Un sólido fundamento le da fuerza a una edificación y a una vida.

Invitación evento

Apreciados hermanos:
La Iglesia Cristina Misionera Internacional se complace en invitarles a un evento que, Dios mediante, estaremos realizando en el Centro Cívico Casinet d'Hostafrancs situado en la c/Rector Triadó nº53 de Barcelona (a pocos minutos de Sants Estació) el próximo dia 12 de Septiembre.
Nos estará visitando el Evangelista Roberto Lugo y tenemos previsto realizar:
-Taller para pastores y líderes a las 10:30 h.
-Servicio evangelístico general a las 18:00 h.
Para más información pueden contactar con nosotros en los teléfonos:
937318263
617806517
616185713
O también mediante internet:
ruchewe@hotmail.com
www.robertolugo.net

Esperamos contar con su asistencia. Muchas bendiciones.
Virginia Ikuga.

viernes, 11 de septiembre de 2009

JUAN 8:32

CORO DE LA PAZ

CORO DE LA PAZ

EL REY YEL MENDIGO

En unas tierras lejanas, existía un Rey muy sabio y bondadoso; cierto día el rey había salido a pasear por los jardines de su castillo, pero para su sorpresa, junto al camino estaba un mendigo que clamaba a fuerte voz misericordia, ya que tenía días sin comer y no poseía dinero para comprar. El rey movido a misericordia se acercó a auxiliar a aquel mendigo, pero sabiamente le preguntó, qué tenía él para ofrecerle a su rey; el mendigo sorprendido notó que cargaba un saco de mazorcas que había recogido en el campo, y solamente sacó dos mazorcas de todas las que tenía, para dárselas al rey, pues pensaba que este no tendría necesidad de sus dádivas, pues era un rey y vivía cómodamente en el palacio, saciándose de los mejores manjares.
El Rey ante la actitud miserable del mendigo y para darle una lección por ser tan duro de corazón, mandó a sus sirvientes que le trajesen un saco de monedas de oro e igualmente sacó sólo dos monedas de oro y se las diò al mendigo.
La moraleja de esta historia nos hace reflexionar. “Si el mendigo le hubiese dado, mas mazorcas ò todo el saco de mazorcas al rey, hubiese recibido de la misma manera, mas monedas de oro ò todo el saco de monedas”
Así, nos pasa muchas veces en nuestra relación con Dios, pues el rey de esta historia se puede comparar al Rey de la plata y del oro, que es Dios Nuestro Padre, el cual exige a sus hijos dar de la misma manera que reciben; ya que muchas veces asistimos a la iglesia y nos duele sacar dádivas para Dios, y sólo damos “pequeñeces”, pues pensamos que Dios no necesita de nuestro dinero, y luego nos quejamos porque lo que nosotros recibimos no nos alcanza para nada, y terminamos insatisfechos por lo que Dios nos da; pero no debemos olvidar nunca una ley que Dios mismo dijo en su palabra, y que es la regla de oro de la bendición: “Dad y se os dará”.
Por eso, la próxima vez que vayas a darle algo a Dios, con tu diezmo, ofrenda, ò primicia, hazlo de todo corazón, dándole lo mejor a Dios, como hizo Abel, y Dios mismo mirará tu ofrenda con agrado, y te bendecirá de la misma forma.
“Por esto os digo: el que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.”I Corintios 9: 6 -7
Dad, y os será dado; medida buena, apretada, remecida y rebosante, vaciarán en vuestro regazo. Porque con la medida con que midáis, se os volverá a medir. Luc 6:38
Reflexión enviada por Julie Pauline.