Miro las masivas fuerzas que me rodean, enfermedad, preocupación, accidentes, muerte y conflictos y entonces experimento una gran sencación de inferioridad. A menudo me siento acobardado, temeroso y angustiado. Sin embargo , cuando me siento así, el Señor me muestra la porción que tiene para mi. Hoy quiero ver esa porción . A ti te daré tierra de Canaán, porción de tu heredad.
La porción que hoy recibo del Señor es una muestra que me asegura que todo lo que recibo hoy está permitido por la mano del Señor, si es dulce o amargo, frio o caliente, dulce o desagradable, todo eso esta con el permiso de Dios para el cumplimiento de sus propósitos eternos en mi vida. Yo no puedo perder lo que él me ha prometido. Ni un solo atomo me será negado.
La porción de Dios para mi vida está cuidadosamente medida y guardada por Dios. Algunas veces yo he arruinado cosas por forzar mi propia porción. Sin embargo, el Señor ha sido paciente conmigo. Si yo insistó en darle forma a mi propia porción por mi fuerte egoismo, Dios no compite conmigo.
Él me deja tomar mi propio camino hasta que yo aprenda la lección más amarga. La porción del Señor a veces puede ser amarga pero en ultima instancia me guía a la más grande dulzura.
Hoy dejaré al Señor escoger mi propia porción,de otra manera, si yo escojo mi propia porción esto producirá cansancio, frustración, caida y lágrimas. Cuando el Señor escoge mi porción en ella siempre encuentro victoria y paz interna. Hoy, se que la porción del Señor jamás producirá en mi frustración y amrgura más plenitud y satisfacción.
Hoy quiero caminar confiado por el sendero de la vida sabiendo que toda mi vida está en tus manos y que nada ni nadie podrá frustar tus propósitos para mi existencia. Gracias Señor por la porción de este día. Amén.