martes, 11 de agosto de 2009

JESUS


EL MILAGRO DE LA CANCION

Como cualquier buena mamá, cuando Karen supo que estaba esperando un bebe, hizo lo que pudo para ayudar a su hijo Michael de tres años a prepararse para una nueva etapa en su vida.
Supieron que el nuevo bebe iba a ser una niña, y día y noche, Michael le cantaba a su hermanita en el vientre de su madre. El estaba encariñándose con su hermanita aun antes de conocerla. El embarazo de Karen progresó normalmente. A tiempo empezó su labor de parto, pero una complicación se presento de repente y Karen tuvo horas de labor de parto. Finalmente, después de muchas horas de lucha, la hermanita de Michael nació, pero en muy malas condiciones. La llevaron inmediatamente en una ambulancia a la Unidad de Cuidados Intensivos, sección neonatal del Hospital St.Mary, en Knoxville, Tennessee.
Los días pasaron y la niña empeoraba. Los pediatras tuvieron que decirle finalmente a los padres las terribles palabras “Hay muy pocas esperanzas, prepárense para lo peor”.
Karen y su esposo contactaron al cementerio local para apartar un lugar para su hijita. Ellos habían creado un cuarto nuevo para su hija y ahora se encontraban haciendo arreglos para un funeral. Sin embargo, Michael, les rogaba a sus padres que le dejaran ver a su hermanita “Quiero cantarle”, decía una y otra vez. Estuvieron dos semanas en Terapia Intensiva y parecía que el funeral vendría antes de que acabara la semana.
Michael siguió insistiendo que quería cantarle a su hermanita, pero le explicaban que no se permitía la entrada de niños a Terapia Intensiva.
De pronto Karen se decidió, llevaría a Michael a ver a su hermanita, la dejaran o no! Si no veía a su hermanita en ese momento, tal vez no la vería viva nunca.
Ella le puso un overol inmenso y lo llevo a Terapia Intensiva, Michael parecía una enorme canasta de ropa sucia. Pero la jefa de enfermeras se dio cuenta de que era un niño y se enfureció… “Saquen a ese niño de aquí ahora mismo! No se admiten niños aquí!”
El carácter fuerte de Karen afloro y, olvidándose de sus lindos modales de dama, que siempre la habían caracterizado, miro con ojos de acero la enfermera, sus labios eran una sola línea y con firmeza dijo: “El no se va hasta que le cante a su hermanita” y levanto a Michael y lo llevo a la cama de su hermanita.
El miro a la pequeñita, perdiendo la batalla por conservar la vida. Después de un momento empezó a cantar con la voz que le salía del corazón de un niño de tres años. Michael le canto: ” Eres mi luz del sol, mi única luz, tu me haces feliz cuando el cielo es gris….” (conocida canción en ingles ” You are my sunshine”).
Instantáneamente, la bebe pareció responder al estimulo de la voz de Michael, su pulso se empezó a volver normal. “Sigue cantando, Michael” le pedía desesperadamente su mamá con lágrimas en los ojos. Y el niño seguía: “Tu no sabrás nunca, querida, cuanto te amo, por favor no te lleves mi luz del sol…” Al tiempo que Michael cantaba a su hermana, la bebe se movía y su respiración se volvía tan suave como la de un gatito cuando lo acarician.
“Sigue cantando cariño” le decía su mamá y el continuaba haciéndolo como cuando todavía su hermanita estaba en el vientre de su madre. “La otra noche, querida, cuando dormía, soñé que te abrazaba en mis brazos…” seguía cantando el niño; la hermanita de Michael empezó a relajarse y a dormir con un sueño reparador que parecía que la mejoraba por segundos. “Sigue cantando Michael”… ahora era la voz de la enfermera gruñona que con lágrimas en los ojos no dejaba de pedirle al niño que continuara. “Tu eres mi luz del sol, mi única luz del sol, por favor no te lleves mi sol…”
Al día siguiente… el mismísimo día siguiente… la niña estaba en perfectas condiciones para irse a casa.
La revista “Woman’s Day” lo llamo “El Milagro de la canción del Hermano”. Los doctores le llamaron simplemente un milagro. Karen le llamo “El Milagro del amor de Dios”.
La vida es demasiado buena como para desperdiciarla…
Confía en que Dios sabe que estas exactamente donde debes estar.
Cantares 8: 7
Las muchas aguas no podrán apagar el amor, ni lo ahogarán los ríos.
Jeremías 31:3
Con amor eterno te he amado, por tanto, te prolongué misericordia.

UN LUGAR DONDE ASENTAR EL PIE

Lectura: 1 Corintios 3:10-15.
“Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo” 1 Corintios 3:11
Mientras tomaba un descanso durante un viaje ministerial, estábamos buceando con botella de oxígeno en el Mar Caribe. La lancha que nos había llevado a aguas profundas para que tuviéramos mejores lugares donde bucear había regresado a la orilla y yo comencé a sentir pánico de estar en mar abierto. Al darme cuenta de que me era difícil controlar mi respiración, le pedí a mi yerno, Todd, y a un amigo, Dave Velzen, que me ayudaran.
Ellos sostuvieron mis brazos mientras yo buscaba un arrecife de coral lo suficientemente cerca de la superficie donde yo pudiera quedarme de pie. Una vez que tuve un lugar donde asentar el pie, me sentí bien, aun cuando estaba rodeado de aguas profundas.
¿Sientes un poco de pánico en cuanto a algunos eventos en tu vida? Tal vez parezca que estás rodeado por el mar abierto de los problemas relacionales, o las aflicciones de dinero, o simplemente la incapacidad de poner tu vida en orden. Tal vez sientas que te estás hundiendo en un mar de pruebas y problemas.
¿Me permites sugerirte dos cosas? Primero, encuentra a uno o dos compañeros cristianos que puedan ponerse a tu lado y sostenerte (ver Eclesiastés 4:10), orar por ti, hablar contigo y recordarte que no estás solo. Luego apoya tus pies en el único fundamento sólido que hay en la vida: Jesucristo (1 Corintios 3:11).
Los problemas de la vida son demasiado duros para enfrentarlos solo. Recibe algo de ayuda y encuentra en Jesús un lugar donde asentar el pie.
Construye tu vida sobre el fundamento sólido: Jesucristo.

lunes, 10 de agosto de 2009

EL ESTRUENDO DE TUS CATARATAS


«El 31 de enero de 1542, el gobernador llegó con su gente a un río que se llama Iguazú, luego de andar ocho jornadas... sin hallar ningún lugar poblado de indígenas. El río Iguazú, que corre del este al oeste, es el primero que pasaron al principio... cuando salieron de la costa del Brasil.... Allí le informaron al gobernador que a los portugueses que Martín Alfonso de Sosa había enviado a descubrir aquella tierra, algunos indígenas los habían matado mientras cruzaban en canoas entre el río Paraná y el río Iguazú. Y le avisaron que ahora los estaban aguardando a ellos para atacarlos y matarlos también cuando cruzaran el río.

»Por eso el gobernador... se embarcó con ochenta hombres en unas canoas que compró de los indígenas de la región, y navegó río abajo por el Iguazú hasta el Paraná, habiendo mandado que el resto de la gente y los caballos se fueran por tierra y que se encontraran con él en la ribera del río Paraná. Resultó que la corriente del río Iguazú comenzó a arrastrar las canoas con mucha furia, ya que muy cerca de donde se embarcó, el río da un salto por unas rocas muy altas, y el agua cae con tanta fuerza que el sonido del golpe se oye desde muy lejos y la espuma del agua se eleva a una altura de más de dos lanzas. Por eso el gobernador juzgó necesario que salieran de las canoas, las sacaran del agua y las llevaran por tierra hasta pasar el salto. Les tocó llevarlas en hombros más de media legua, pasando muy grandes trabajos.

»Salvado aquel mal paso, volvieron a meter en el agua las canoas y siguieron río abajo hasta que llegaron al río Paraná. Gracias a Dios, la gente y los caballos que iban por tierra, así como el gobernador y la gente que iba con él en las canoas, llegaron al mismo tiempo. En la ribera del río estaba esperándolos un gran número de indígenas guaraníes. Pintados de muchas maneras y colores, estaban cubiertos de plumas de papagayos y almagrados. Parecían todo un escuadrón con sus arcos y sus flechas en las manos.... El modo en que llegó el gobernador con su gente les infundió temor... y muchos de los indígenas les ayudaron a cruzar el río. A pesar de lo ancho, lo profundo y lo torrentoso que era el río Paraná por la parte en que lo cruzaron, toda la gente y sus caballos, en balsas hechas juntando las canoas de dos en dos, lograron cruzarlo en el espacio de dos horas, salvo un hombre que se ahogó cuando se volcó la canoa en que iba y se lo llevó la corriente.»1

Fue así como el gobernador de Río de la Plata, el explorador español Álvar Núñez Cabeza de Vaca, descubrió aquel día esa maravilla de la naturaleza que son las Cataratas del Iguazú. Pero ¿por qué se le honra a don Álvar Núñez como el descubridor de las cataratas? ¿Será porque quienes ya las conocían no estaban en condiciones de darlas a conocer al mundo, como lo hizo el escribano español Pero Hernández, secretario del explorador? ¿O será más bien porque aquellos indígenas temían que otros las explotarían y arruinarían si supieran de su esplendor y su grandeza?

No dejemos que nos suceda lo mismo a nosotros con relación al Creador de aquellas cataratas. Aclamemos a Dios a oídos del mundo, como lo hicieron los salmistas de Israel: «Señor mi Dios, tú eres grandioso; te has revestido de gloria y majestad.... Tú haces que los manantiales viertan sus aguas en las cañadas, y que fluyan entre las montañas.» «Un abismo llama a otro abismo, con el estruendo de tus cataratas...»

porCarlos Rey

ANA KENIA

Esta es Ana Kenia una de las componentes del grupo de danza Nissi

GRUPO DE DANZA NISSI


Aquí tenemos parte del grupo de danza Nissi dela iglesia la Paz

CARTA DE AMOR DEL PADRE