sábado, 18 de julio de 2009

EL PAQUETE COMPLETO

Nuestra familia había vivido en la misma casa durante muchos años, y era hora de cambiar de panorama. Cuando finalmente encontramos una casa que nos gustó, comenzamos a negociar su compra. Teníamos que averiguar si incluía el refrigerador y la estufa. Pero sabíamos que algunas cosas no estaban incluidas. La casa no venía con muebles. Y en plan de chiste yo me preguntaba si podíamos quedarnos con los autos que había en el garaje. Cuando compras una casa, puede que no obtengas el paquete completo. El dueño se lleva sus pertenencias, aunque tal vez tengas la opción de comprar algunas de ellas. Muchas cosas en la vida tienen opciones de compra. Pero no es caso de nuestra fe en Jesucristo. Cuando Jesús nos compró con su sangre en la cruz, no sólo recibió una parte de nosotros. Él no es sólo Señor de nuestras cosas religiosas; Jesús es dueño de todo. Entonces, ¿por qué a veces vivimos como si algunas partes de nosotros no le pertenecieran? Eso no es justo para el comprador. Cristo nos compró: cuerpo, alma y espíritu. Cerciorémonos de que le dejamos usar el paquete completo para su gloria. Jesús lo dio todo; Él merece TODO
1Corintios 6:20

Pues por precio habéis sido comprados; por tanto, glorificad a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu.

PEQUEÑECES

Lectura: Santiago 3:1-12.
“Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas” Santiago 3:5
Un mosquito es un insecto diminuto -pero su potencial para causar estragos es inmenso. Cuando estaba en quinto grado fui picado por mosquitos en ambas rodillas. Las picaduras se infectaron y empeoraron al punto de convertirse en un grave caso de envenenamiento de la sangre.
Durante más de un mes, me pincharon repetidamente con inyecciones de penicilina y tuvieron que abrirme las rodillas con un bisturí y drenármelas dos veces al día, todos los días, para eliminar la infección. Fue algo terriblemente doloroso y bastante aterrador para un niño de diez años. Hasta el día de hoy llevo en mis rodillas las cicatrices de los numerosos cortes con el bisturí. Todo debido a algo tan diminuto como un mosquito.
Santiago, el medio-hermano de Jesús, nos advierte de otra pequeñez que también puede ser muy destructiva. Dice que, aun cuando la lengua es pequeña, se jacta de grandes cosas. Es como una pequeña chispa que enciende un gran bosque (3:5). Aunque la lengua es pequeña, es muy grande el daño que ésta puede causar. Las palabras llevan consigo el poder sanador o una capacidad destructora muchísimo mayores que el veneno de cualquier picadura de mosquito.

Es esencial que usemos nuestras palabras con gran sabiduría y cuidado. Considera cuidadosamente las palabras que eliges. ¿Estarán sazonadas con el bálsamo de la gracia o con el veneno de la ira?
Es mejor morderte la lengua que dejar que ésta muerda a alguien más.

jueves, 16 de julio de 2009

HOY..NO ECHARE MI SALARIO EN SACO ROTO

Ustedes siembran mucho, pero cosechan poco; comen pero no se sienten satisfechos; beben, pero se quedan con sed; se abrigan , pero no entran en calor y el que trabaja a jornal, echa su salario en saco roto” Haggeo 1:6.

El profeta Haggeo levantó una voz de reclamo al pueblo porque habían descuidado lo más importante, la reconstrucción del templo, mientras que todos los pobladores se concentraron en construir sus buenos palacios. Ellos habían invertido las inversiones del banco celestial al banco terrenal y cuando examinaron sus depósitos encontraron que los intereses logrados eran demasiado bajos.

Muchas veces en mi vida lo he experimentado y hoy no quiero repetirlo. Esas veces han sido aquellas cuando he hecho mucho y logrado muy poco. He gastado días enteros pensando y pensando mientras mi alma entra en turbación acerca de más cosas materiales, más ahorros, más compañías de seguros y hasta en mi jubilación.

Hoy necesito vivir en la perspectiva del cielo y pensar en la inversión del Reino, sin dejar de ser cuidadoso con lo que pertenece a la tierra.

La Palabra del Señor dice que él suplirá lo que hace falta conforme a sus riquezas en gloria. Lo que Dios me enseña es que mi corazón jamás debe estar cimentado en lo humano y terreno, sino en lo eterno y divino. Cuando invierto mi corazón aquí descubro que siembro mucho y recojo poco, bebo mucho y siempre tengo sed….como y no quedo satisfecho. Me abrigo y no tengo calor aun me siento frío y lo mas triste recibo mi salario y lo hecho en bolsillo roto.

Que triste es vivir así..sin perspectiva divina… Así vive la gente en el mundo…ese es el desespero de los que no tiene a Dios, pero quienes tenemos a Dios vivimos para otra dimensión. La dimensión de lo eterno y de lo que siempre trae satisfacción.

Cuando pienso en la multiplicación de los panes y los peces para alimentar a cinco mil además de encontrar allí el poder de Jesús como hijo de Dios y Dios mismo, también puedo ver la ejecución de las leyes del Reino de los cielos, una de esas leyes es que lo poco en las manos de Dios basta para cinco mil y todavía sobra, pero que los cinco mil en las manos del hombre no alcanzan para alimentar a una sola persona.

Señor. Que grande es tu amor. Lo has hecho todo para derramar tu amor sobre nosotros los pecadores. Ayúdame Señor a invertir cada minuto de mi vida hoy, cada centavo de mis ganancias hoy y cada pensamiento de mente hoy para lo eterno. Señor cuando no te tomo en cuenta mis días son corto y llenos de insatisfacción, pero cuando tú eres el primero en mi vida , mis días son largos y mis inversiones se prolongan y sobre todo la genuina satisfacción inunda mi corazón. Señor, quiero invertir mi vida y lo que tengo no en saco roto, sino en los depósitos de tu amor en el Reino. Amén.

UN PEQUEÑO GUSANO

La atención mundial estaba centrada en el Sudán, a comienzos de 1995, cuando Jimmy Carter se involucró en una misión de paz que trataba de resolver la sangrienta guerra civil allí. Salió de ese lugar con la promesa de un cese al fuego por dos meses.

Por demasiados años habían estado en guerra el gobierno musulmán del Sudán en el norte y los rebeldes anmistas cristianos en el sur. En disputa estaba la imposición de la ley islámica del gobierno del norte para todo el país. Las armas iban desde la muerte voluntaria por inanición, a bombas y balas. En total se perdieron más de un millón trescientas mil vidas.

El acuerdo para el cese al fuego fue hecho en la época que tradicionalmente era la de la lucha más escarnizada. ¿Fueron solamente los poderes de persuación de Carter los que lograron el acuerdo? Lamentablemente no, dijo un oficial del Departamento de Estado: “El cese al fuego fue negociado a causa del parásito de guinea”. Parece que los combatientes aceptaron el cese de las hostilidades por largo rato para permitir a los médicos tratar a los que sufrían de una terrible enfermedad parasitaria.

Toda interrupción en un conflicto tan sangriento es bienvenido… ¡Aun si para ello es necesario un pequeño gusano!

Marcos 10:27
Mirándolos Jesús, dijo: Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque todas las cosas son posibles para Dios.

EL CHICO DE LA BIBLIA

Lectura: 1 Corintios 12:4-11.
“De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada,… úsense” Romanos 12:6
Cuando el grupo juvenil en la iglesia de Ricardo necesitó Biblias para estudiar, él fue en busca de más de 70 ejemplares. Consiguió lo que necesitaba, pero jamás dejó de recoger y distribuir Biblias.
Las personas y las empresas le donan dinero; otros le dan Biblias nuevas y usadas para que las comparta con otros. El lema que se lee a un lado de la furgoneta que Ricardo usa para este ministerio explica su sencillo deseo: «¿Necesitas una Biblia? Pídeme una». Ricardo es un muchacho común y corriente, un técnico en calefacción y fontanería, que desarrolla este ministerio en su tiempo libre. Su apodo en la iglesia es «el chico de la Biblia».
¿Alguna vez desearías poder tener un ministerio especial como el de Ricardo? El Señor nos ha dado a cada uno de nosotros al menos un don espiritual para usarlo para los propósitos de Su reino. El apóstol Pablo enumera varios de estos dones en 1 Corintios 12 y Romanos 12 y varios también se mencionan en 1 Pedro 4:9-11.
Si no sabes qué dones tienes, ofrécete en tu iglesia para algún ministerio que te interese, o suple alguna necesidad de la que te enteres. Luego pregúntate si viste a Dios obrando a través de ti y si tuviste gozo mientras servías. Pregúntales a tus amigos creyentes si creen que tienes el don para ese área. Y pídele al Señor que te ayude a determinar dónde encajas en Sus planes.
El Señor te quiere usar a ti también.
Los cristianos que entierran sus dones cometen un grave error.

miércoles, 15 de julio de 2009

LAS MEMORIAS QUERIDAS NO SON BASURA

Ocurrió cerca de Marsella, Francia, en el mar Mediterráneo. André Guillot, joven todavía, caminaba muy pensativo por la playa. Lo inquietaban hondas nostalgias y queridas memorias. Llevaba bajo el brazo una pequeña caja de metal, y dentro de la caja, las cenizas de su esposa fallecida.

En un momento dado, abrió la caja y desparramó las cenizas donde diez años antes había pasado su luna de miel. Pero, por esa acción, a André lo arrestaron y lo multaron. ¿La infracción? «Desparramar basura en la playa.»

He aquí una situación de hondo sentido humano con valores contrapuestos. Lo que eran memorias venerables para uno era basura para otro. Lo que eran emociones de profundos recuerdos puros para uno, eran desechos para otro. En este caso la ley no tomaba en cuenta el significado de un amor que fue fiel hasta la muerte.

¿Por qué será que tantas personas califican de inútil, de vano, incluso de reprochable, lo que para otros es de valor incalculable?
A la señorita Brenda Acosta la molestaban sus compañeras de colegio porque ella mantenía su virginidad. Hasta que un día ella les dijo: «Yo puedo ser como ustedes en cualquier momento que quiera. Ustedes jamás podrán ser como soy yo.» Para estas compañeras la virginidad no tenía importancia. Para Brenda era un tesoro preciado. Y los ejemplos de esta antítesis son muchos.

La fidelidad conyugal, que es la virtud que solidifica los hogares y da al matrimonio dignidad, honorabilidad y nobleza, se considera como anticuado y monástico, mientras que el adulterio, que ha sido la causa de tanta destrucción de hogares en todo el mundo, se toma como algo común y corriente, sin ser motivo de vergüenza ni razón de alarma.

La integridad y la justicia son virtudes que garantizan el respeto y la honra de nuestros semejantes, y largos y fructíferos años de vida. Sin embargo, para quienes lo ven todo con ojos de avaricia buscando sólo ganancias deshonestas, no son más que prácticas de un santurrón, y desperdicio de grandes oportunidades.

¿Cuándo hemos de abrir los ojos para comenzar a tomar en cuenta las consecuencias? Todos somos, hoy en día, el producto de nuestros hechos pasados. Es por eso que tiene tanta importancia que hagamos de Jesucristo el Señor de nuestra vida. Sólo cuando Él reina en nuestro corazón podemos vivir en triunfo. No sigamos vendiendo nuestra virtud por una conveniencia destructiva.

Hermano Pablo

AMOR ES ESCUCHAR

Stephen Sorenson escribió una vez en el “Disciples hip Journal” acerca de un período de dos años en el cual lo había aquejado en ambas muñecas una tendonitis tan severa que no podía ni siquiera levantar a su pequeña hija ni abrir un frasco. Al mismo tiempo, estaba intentando hacer remodelaciones en su casa. Guillermo, un músico militar retirado, vino en su ayuda. Sorenson escribió: “Guillermo venía a casa, día tras día. Desenterró nuestro tanque séptico, cortó árboles enfermos y simplemente pasó un tiempo con nosotros. Presentía que él comprendía mi dolor y nuestras necesidades. Una tarde, mientras él y yo paseábamos y conversábamos por el bosque, descubrí el porqué”. “Guillermo había vivido la mayor parte de su vida para la música, pero se le desarrolló un devastador problema de oído, impidiéndole escuchar música de cualquier tipo. Como resultado, más que sentir rechazo por mi problema, Guillermo se sintió identificado conmigo por nuestra causa en común. Y antes que se separaran nuestros caminos, Guillermo se convirtió en cristiano. Cuando miro hacia atrás, no sé si me hubiese tomado el tiempo para hablar con Guillermo si mis muñecas hubiesen estado bien. Es muy probable que hubiese estado clavando o manejando una sierra a cadena. por lo tanto, lo único que pude hacer fue escuchar y hablar. Pero en los planes de Dios, esto fue suficiente.” El primer deber del amor es escuchar.

Santiago 1:19
Esto sabéis, mis amados hermanos. Pero que cada uno sea pronto para oír.