lunes, 1 de junio de 2009

MILBERTH

Esta niña tan guapa se llama Milberth es la hija de nuestros hermanos Elizabeth y su marido Amilcar. Desde este blog queremos bendecir a esta familia y que sus vidas sean prosperadas en Cristo Jesús.

SANDRA, EMILI Y ANA KENIA


Aquí están
tres chicas de la danza Sandra, Emili y Ana Kenia.




JAVIER Y JESÚS



Aquí estamos Javier y jesús, somos doblemente hermanos
en Cristo y de madre a también somos gemelos.
somos los que escribmos el blog de la iglesia la Paz.

SE VENDE MASIÓN POR UN DÓLAR

Era una antigua y grandiosa mansión de Saint Paul, Estado de Minnesota, que había sido el orgullo y gozo de sus dueños originales. A lo largo de los años de maltrato y poco mantenimiento, aquella casa se había ido deteriorando. Por fin la habían abandonado, y la habían marcado para demolerla.

Solo días antes de la fecha fijada para demolerla, un matrimonio joven pasó junto a ella, y viendo más allá de lo que era obvio, vieron lo que podría llegar a ser. Decidieron comprarla para restaurarla.

Finalmente, se llegó a un acuerdo poco acostumbrado: La Municipalidad o Alcaldía de la Ciudad les vendió la mansión por un precio simbólico de 1 Dólar, con la condición de que se mudaran a ella el día en que se finalizara el traspaso de propiedad, para poder justificar la venta y la no demolición. El matrimonio lo aceptó.

Aquella casa era un desastre sucio, infectado de ratas y con las ventanas rotas y solas servía para destruirla. Así le parecía a todo el mundo, menos a sus nuevos dueños. Después de una renovación de tres años, aquella casa reflejaba en todos sus cuartos la personalidad de la joven pareja.

Cuando el periodista que los había entrevistado les preguntó como se las habían arreglado para hacer aquel trabajo, ellos le dijeron que, después de recorrer cada cuarto, observando lo que se necesitaba hacer, decidieron ir terminando un cuarto tras cuarto, hasta que se terminara el trabajo.

Me siento profundamente agradecido de que Dios, en su sabiduría, nos trate a nosotros así. Todos somos una obra en progreso, y su Espíritu Santo nos está remodelando. Eso nos debe dar la esperanza en cuanto a los cambios que se están produciendo en nuestra vida, y en la vida de miembros de nuestra familia.

Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo. Filipenses 1:6.

El Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. Juan 14:17.

domingo, 31 de mayo de 2009

HOY..NO OLVIDARE LOS PARENTESIS

“Le dijo el ángel: Cíñete, y levántate las sandalias. Y lo hizo así. Y le dijo: Envuélvete en tu manto, y sígueme” Hechos 12:8.
Pedro en la cárcel, la Iglesia orando y Dios actuando milagrosamente. Ese día por la oración de la Iglesia un ángel apareció en la cárcel, un rayo de luz disipó la oscuridad y las cadenas que mantenían cautivo a Pedro se despedazaron , tres milagros consecutivos, pero de pronto al llegar al verso 8 del capítulo 12, los milagros cesan y continúan en el verso 9.El verso 8 del capítulo 12 de Hechos es lo que yo llamo el paréntesis de la oración. En el verso 8 se interrumpen los milagros y luego siguen los milagros en el verso 9. Qué es este paréntesis? El verso 8 indica que Dios hará lo que tu no puedes hacer, pero jamás hará lo que tu puedes hacer.Lo que el ángel le está indicando a Pedro es: Yo aparecí en la cárcel, traje luz y despedace las cadenas, porque eso no lo podías hacer tú, pero ahora hay algo que tú puedes hacer y eso no lo haré yo. Si quieres que los milagros continúen, hay cosas que debes hacer. Cíñete, porque yo no te voy a ceñir, átate las sandalias porque yo no te las voy a atar, envuélvete en tu manto porque yo no te voy a envolver y sígueme, porque yo no te voy a llevar en mis brazos.Cuantas veces queremos que Dios haga todo. Y nos olvidamos que hay cosas que él no va hacer..él no va hacer lo que nosotros podemos hacer. Nuestra vida devocional no es para pedir por lo que es nuestra responsabilidad hacer, sino para pedir por lo que nosotros no podemos hacer y él lo hará.Hoy, no ignoraré los paréntesis de la vida en los que Dios espera que yo haga mi parte. La vida cristiana no es solo para disfrutar milagros sino para ejercer responsabilidad. Tengo un alto grado de responsabilidad en la vida. Es fácil esperar que Dios haga todo lo que yo quiero, pero si olvido que Dios solo hará lo que yo no puedo hacer caeré fácilmente en la irresponsabilidad.
Señor, Gracias por los milagros que haces diariamente para demostrar tu bondad y gloria, pero ayúdame en este día a caminar con responsabilidad y cumplir con los deberes en los paréntesis que tú me abres en mi existencia. En el Nombre de Jesús, Amén.

SIGUE INTENTANDO

En 1894, un joven de dieciséis años encontró esta nota de su maestro de retórica en Harrow, Inglaterra, junto a su boletín de calificaciones: “Una notoria falta de éxito”. El joven continuó tratando y llegó a convertirse en uno de los oradores más famoso del siglo veinte. Su nombre fue Winston Churchill.
En 1902, un aspirante a escritor de veintiocho años de edad recibió una carta de rechazo del editor de poesía del The Atlantic Monthly. De regreso con un grupo de poemas que él había enviado, estaba esta graciosa nota: “Nuestra revista no tiene espacio para sus vigorosos versos”. Él continuó tratando, sin embargo y llegó a ver su obra publicada. El nombre del poeta era Robert Frost.
En 1905, la Universidad de Bern declinó una disertación de doctorado como muy elaborada e irrelevante. El joven estudiante de física, que escribió la disertación siguió esforzándose y llegó a desarrollar alguna de sus ideas como teorías generalmente aceptadas. Su nombre era Albert Einstein.
Cuando el rechazo sacude tu resolución y opaca tus metas, sigue intentando. ¡Si no te das por vencido, un día estarás viviendo tus sueños!.

Job 17:9El justo se mantendrá en su camino, y el de manos limpias más y más se fortalecerá

MULTA POR EXCESO DE VELOCIDAD

Lectura: Romanos 3:9-20.
"No hay justo, ni aun uno" Romanos 3:10.
Llevaba 34 años conduciendo en Singapur, ¡cuando recibí mi primera multa por exceso de velocidad! No era la primera vez que excedía el límite de velocidad, pero sí la primera en que me multaban por hacerlo. Mi primera reacción fue de indignación. Pero, al contemplar la lección espiritual, me di cuenta de que, sin importar cuánto tiempo había estado conduciendo sin una multa, seguía siendo responsable. Si puedo quebrantar una ley tan claramente definida como un límite de velocidad, piensa en lo fácil que es quebrantar la ley perfecta de Dios, la cual abarca cada aspecto de la vida. Nadie, sin importar lo moral o fervientemente religioso que sea, puede guardarla perfectamente. Pablo escribió: "Ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de Él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado" (Romanos 3:20). Guardar la ley no puede salvarnos; más bien, por medio de la ley llegamos a estar conscientes de nuestro pecado (3:7-12). Esa es la razón por la que Dios envió a su Hijo a salvarnos. Necesitamos la justicia de Jesús, porque no podemos ser justificados por medio de nuestras buenas acciones. Pablo concluyó que somos "justificado[s] por fe sin las obras de la ley" (v. 28). Si has puesto tu fe en Cristo, puedes decir junto con Pablo: "Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, y cuyos pecados son cubiertos. Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado" (Romanos 4:7-8).
La ley de Dios nos muestra una necesidad que sólo la gracia de Dios puede proveer.