domingo, 3 de mayo de 2009

HOY..EL ME INFUNDIRA ALIENTO

“tu vara y tu cayado me infunden aliento.” Salmo 23:4.
Ese día me levanté con el pie izquierdo. Así se dice en mi pueblo para expresar que el desanimo tocó mi vida desde el amanecer y eso me abrió un camino de desventuras y desaciertos. Nada podía levantar las murallas despedazadas de mi animo y aliento. Sentía que todo en mi drenaba sin parar.
Con desgano tomé la Biblia y justo el Salmo 23 me confronto la vista y alma. Y allí, recatado, tímido y humilde estaba el verso 4 y sobretodo la última línea que parecía susurrarme con confianza. “Tú Vara y tu callado me infundieran aliento”. Y fue suficiente.
Solo meditar en este verso me llevo a experimentar energía espiritual como si hubiese sido inyectado por un médico de gran experiencia.Uno de los enemigos más fuertes del ser humano es el desaliento. Hombres y mujeres de la Biblia como Jonás. Elías o Moisés vivieron lo que es el desaliento.Por esa razón, Dios sabiendo nuestra debilidad viene como Padre a traernos aliento.Regularmente el desaliento viene en el momento en que pasamos por sombra de muerte.
”tu vara y tu cayado me infunden aliento”.A través de que medios Dios nos da aliento? A través de muchos medios, pero acá el salmista menciona dos que son poderosos.Vara: La Palabra hebrea Shebet: Que es Vara de autoridad. Cuando acepto su autoridad en mi el me da aliento. Era la vara que usaba el pastor de ovejas para lanzarla contra los osos, leones o lobos que querían atrapar una oveja. Cuando el pastor enviaba esa vara, el silbido en el aire por encima de las ovejas les daba aliento a ellas sabiendo que su pastor la defendía.Y Cayado: de la Palabra hebrea Mishenah. Que implica Apoyo.El Cayado tenia una curva en uno de los extremos y la usaba el pastor para enganchar la oveja cuando esta quería extraviarse. Eso es apoyo. A veces en mi rebeldía me quiero extraviar tomando mi propio camino y Dios tiernamente me engancha con su cayado.Aliento: es Consolar, Compasión, Cambiar mente, Pensar mejor, Dar descanso.Aliento es una de las hermosas herramientas de la paternidad divina usando la vara y el cayado
.

Señor, Gracias por ser mi autoridad y mi apoyo. Eso me infunde mucho aliento al saber que cerca de mi estas para protegerme con tu autoridad y atraerme con tu cayado. Hoy tú me infundirás aliento. Amén.

SACUDETE Y SUBE

Se cuenta de cierto campesino que tenía una mula ya vieja. En un lamentable descuido, la mula cayó en un pozo que había en la finca. El campesino oyó los bramidos del animal, y corrió para ver lo que ocurría. Le dio pena ver a su fiel servidora en esa condición, pero después de analizar cuidadosamente la situación, creyó que no había modo de salvar al pobre animal, y que más valía sepultarla en el mismo pozo.
El campesino llamó a sus vecinos y les contó lo que estaba ocurriendo y los enlisto para que le ayudaran a enterrar la mula en el pozo para que no continuara sufriendo. Al principio, la mula se puso histérica. Pero a medida que el campesino y sus vecinos continuaban paleando tierra sobre sus lomos, una idea vino a su mente. A la mula se le ocurrió que cada vez que una pala de tierra cayera sobre sus lomos. ¡ELLA DEBÍA SACUDIRSE Y SUBIR SOBRE LA TIERRA!
Esto hizo la mula palazo tras palazo. “¡SACÚDETE Y SUBE. Sacúdete y sube, sacúdete y sube!” repetía la mula para alentarse a sí misma. No importaba cuan dolorosos fueran los golpes de la tierra y las piedras sobre su lomo, o lo tormentoso de la situación, la mula luchó contra el pánico, y continuó SACUDIÉNDOSE Y SUBIENDO. A sus pies se fue elevando de nivel el piso.
Los hombres sorprendidos captaron la estrategia de la mula, y eso los alentó a continuar paleando. Poco a poco se pudo llegar hasta el punto en que la mula cansada y abatida pudo salir de un brinco de las paredes de aquel pozo. La tierra que parecía que la enterraría, se convirtió en su bendición, todo por la manera en la que ella enfrentó la adversidad.
¡ASÍ ES LA VIDA! Si enfrentamos nuestros problemas y respondemos positivamente, y rehusamos dar lugar al pánico, a la amargura, y las lamentaciones de nuestra baja autoestima, las adversidades, que vienen a nuestra vida a tratar de enterrarnos, nos darán el potencial para poder salir beneficiados y bendecidos.
Romanos 5:3-4Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en la tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza.

EL BILLY GRAHAM DE LA CHINA

Lectura: Filipenses 3:1-11
"Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo" Filipenses 3:7
En 1927, John Sung abordó un barco desde Los Estados Unidos con destino a Shangai. Había pasado más de siete años en Norteamérica, y durante ese tiempo obtuvo tres grados académicos, incluyendo un doctorado.
A medida que el barco se aproximaba a su destino, Sung lanzó todos sus diplomas, medallas y llaves de la fraternidad por la borda, y sólo conservó su diploma de doctorado para mostrárselo a su padre. Él había recibido a Jesucristo en su corazón y había tomado la determinación de que por el resto de su vida sólo viviría para aquello que contara para la eternidad.
Muchos cristianos ancianos que todavía viven en el este y sudeste de Asia llegaron a conocer a Cristo por medio del ministerio de John Sung, a quien se le ha llamado el Billy Graham de la China por su obra evangelística. Sus acciones demuestran lo que Pablo escribió en Filipenses 3:7: "Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo".
No todos pueden hacer lo que hizo John Sung. Pero, al igual que Pablo, todos debemos considerar las cosas de esta vida "por basura" (v. 8) y vivir nuestras vidas de tal manera que cuenten para la eternidad.
Hay personas dentro de tu círculo de influencia cuyas vidas puedes impactar para Dios. Él las ha colocado dentro de tu alcance para que les seas de testimonio señalándoles a Jesús.
Piensa en alguien a quien puedas hablarle acerca de Jesucristo y de lo que Él ha hecho por ti.
Tan sólo una vida, y pronto pasará; sólo lo que se ha hecho por Cristo perdurará.

viernes, 1 de mayo de 2009

DANZA DEDICADA AL PASTOR DE LA IGLESIA LA PAZ

CORO DE NIÑOS

CORAZON DE MADRE

Corazón de madre, valiente y esforzado
Corazón de madre, lo mejor que hemos hallado
Corazón de madre, que en sus hijos ha pensado
Cada día, cada noche, en el presente y el pasado.

Corazón de madre, que de niños disfrutamos
Corazón de madre, que aún del vientre escuchamos
Corazón de madre, que decía YO TE AMO
Aún cuando mil veces me hayas lastimado.

Corazón de madre, tesoro inapreciado
Corazón de madre, que dolores ha olvidado
Corazón de madre, que ha dejado su legado
A sus hijos, a su esposo y a quienes ha enseñado.

Corazón de madre, que levanta los pilares
Corazón de madre, que transforma los lugares
Corazón de madre, que enseña con su ejemplo
Y que perfuma, con sus oraciones en el templo.

Corazón de madre, que me muestra lo sincero
Corazón de madre, con sentimiento verdadero
Corazón de madre, que se humilla por sus hijos
Pero lucha incansable por su amor y por sus dichos.

Corazón de madre, que se atreve a confiar
Corazón de madre, que en Cristo pone su mirar
Corazón de madre, que le habla sin dudar
Al Dios eterno, que su respuesta ha de enviar.

Patricia J. Olivera Costilla.

¡LOMBRICES A LA OBRA!

Eran nada menos que un millón. Un millón de obreros especializados. Un millón de obreros que sabían hacer bien su trabajo. Nadie lo hacía mejor que ellos, con tanta eficiencia y economía.

Eran todos de la República Federal Alemana. Su trabajo consistía en limpiar la basura de la ciudad de Colonia. Y no sólo limpiarla, sino transformarla en abono útil para los campos.

No eran obreros comunistas ni eran obreros democráticos. No eran rusos ni eran alemanes.

Este millón de obreros útiles contratados por la ciudad de Colonia, y que se desempeñaban a las mil maravillas, eran lombrices. Lombrices que sabían transformar la basura en abono, prestándole al hombre un magnífico servicio.

La naturaleza misma nos enseña que los seres más humildes y despreciados en esta vida suelen ser los más útiles. ¿Quién aprecia a las lombrices de tierra? Sólo los pescadores que las usan de carnada. Parecen los seres más atrasados e inferiores del reino animal.

Sin embargo, las lombrices son una bendición para los jardines y los prados. Con su incansable comer y digerir tierra, van transformando los suelos de pobres en ricos; van cavando galerías por donde circula el aire y llega el calor del sol. No hay duda de que estos animalitos ciegos, sin ojos, sin patas, sin manos, sin cerebro, son inmensamente útiles.

Miremos a nuestro alrededor, a los seres humanos que nos rodean. Tal vez haya muchos que son despreciados. Son pobres. Son iletrados. Carecen de modales y de cultura, según el pensar de la sociedad. Carecen de fuerza económica y política. Son parias, al entender de muchos, en una sociedad que dice no tener castas, pero que sí las tiene.

Sin embargo, ese ser humano tan humilde —esa empleada doméstica, ese peón de campo, ese indígena vendedor de fruta, ese obrero de la inmensa fábrica— tiene valor. Tiene el valor humano que Dios le da a cada una de sus criaturas.

Aunque a muchos les parezca que no sirven para nada por considerarse las lombrices de la sociedad, pueden servir para algo grande: ser morada de Dios, que es Espíritu.

Porque cualquier persona, sea grande o pequeña, rica o pobre, que abre su corazón a Cristo, pasa a ser un templo espiritual, una morada divina. Sólo Cristo le concede al ser humano la suprema dignidad.

Hermano Pablo.