lunes, 16 de marzo de 2009

HOY..QUIERO DISFRUTAR DE LA SOLEDAD Y EL SILENCIO

“El Señor, el Dios Santo de Israel dice: , Vuelvan, quédense quietos y tranquilos y estarán salvos. En la tranquilidad y la confianza, estará su fuerza” Isaías 30:15”
Vivo en mundo de mucho ruido y donde la soledad produce terror para muchos. Sin embargo en el silencio y en la soledad hoy puedo encontrar una riqueza inmensa que puede fortalecer grandemente mi espíritu.
Buscar un tiempo conveniente para la soledad y la meditación recordando las múltiples misericordias de Dios pueden enriquecer mi alma. Hoy quiero retirarme del ruido mundanal y las conversaciones sin sentido para disfrutar del tiempo suficiente para la reflexión espiritual.
En la historia de la iglesia muchos hombres y mujeres evitaron a veces la compañía de los hombres para disfrutar de la compañía de Dios. Un escritor dijo en una ocasión: “Mientras más paso tiempo con los hombres menos hombre soy.. mientras más paso tiempo con Dios más hombre soy” . Hoy quiero tener tiempo con él.
Ningún hombre aparecerá lleno de seguridad ante el público si no a aprendido a disfrutar sus tiempo de soledad. Ningún hombre hablará con seguridad a menos que haya pasado tiempo hablado a solas con el Señor.
Ningún hombre obedecerá a cabalidad sino ha aprendido a obedecer a Dios en los tiempos de retiro personal. Ningún hombre será fuente de gran regocijo si antes no ha aprendido regocijarse a solas con la fuente de todo regocijo..El Señor.La seguridad de los malvados radica en su presunción y en su orgullo la cuál termina en su propia decepción, pero la seguridad de los hijos de Dios radica en el tiempo que ellos saben gastar a solas con él.
Si hoy aprendo a disfrutar de la soledad y el silencio, entonces afinaré mi conciencia y limpiaré mi oído espiritual. Gran paz y tranquilidad llenará mi corazón y mi confianza en Dios se agrandará, porqué el tiempo a solas con él da profundidad y fortaleza.
En el silencio y en la quietud se aprenden las verdades que parecen ocultas en las Escrituras. Y el regocijo de estar con el creador inunda todo el ser. Que puede usted encontrar en la cámara secreta que no encontrará en otro lugar? Mucho, se encuentra mucho que fortalece la vida y da tono al corazón.

Señor, Hoy quiero aprender de la soledad y el silencio. Ayúdame a apartarme del ruido mundanal y encontrarme contigo en la soledad y el silencio. Amén

LOS MEJORES SOCIOS

¿No puedes dormir porque te preocupa tu situación profesional y financiera?
Ese era el caso de Bill, un hombre de negocios de mediana edad que siempre le decía a la gente que haría esto o aquello en su negocio de relaciones públicas; siempre era algo que de seguro le daría más dinero. Días tras día, sin embargo, las cosas nunca pasaban según su predicción y se sentía un fracaso. Al final, su negocio fue a la bancarrota.
En aquel entonces, estaba devastado, pensando que nunca lograría recuperarme en las finanzas, dijo Bill. Me sentía desesperado.
No obstante, recuperó la independencia financiera. A decir verdad, Bill llegó a tener un enorme éxito en el mundo de los negocios. Acredita su nuevo éxito a tener a Dios como su socio comercial.
Me encanta la gente, dijo. Pero antes, trataba de cubrir mi presupuesto con las matemáticas, que nunca me gustaron mucho en la escuela. Nos sorprende que tuviera que luchar tanto en mi trabajo.
Al mirar atrás, Bill dice que quedarse en la quiebra fue lo mejor que le sucedió. Le hizo cambiar de actitud. Comenzó a confiar en Dios.
Antes, temía correr riesgos… probar nuevas cosas, explicó. Ahora, si algo no da resultado en mi negocio, no lo miro como un fracaso. Lo veo como una oportunidad de probar otra cosa.
Si tenemos mucha dificultad en cubrir nuestro presupuesto, podemos revisar nuestra situación y pensar en formas de cambiar, como lo hizo Bill. Podemos encontrar un trabajo que nos guste. Al hacer todo lo que podamos en nuestro trabajo, siendo lo mejor posible, podemos disfrutar la vida que Dios designó de forma especial para nosotros.
Santiago 4:15-16Más bien, debieran decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello. Pero ahora se jactan en sus fanfarronerías. Toda esta jactancia es mala.

EL TIEMPO DE TOMAS

Lectura: Juan 20:24-28
Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! —Juan 20:28
Un joven estaba luchando con su fe. Después de crecer en un hogar donde le amaron y le criaron de una manera piadosa, permitió que las malas decisiones y las circunstancias le alejaran del Señor. Aunque había afirmado conocer a Jesús cuando era un niño, ahora luchaba con la incredulidad.
Un día, mientras hablaba con él, le dije: «Sé que caminaste con el Señor por largo tiempo, pero justo ahora no estás tan seguro acerca de Jesús y la fe. ¿Puedo decirte que creo que te encuentras en el ‘tiempo de Tomás’ en tu vida?»
Él sabía que Tomás era uno de los doce apóstoles y que había confiado abiertamente en Cristo por varios años. Le recordé a este joven que, después de la muerte de Jesús, Tomás dudó de que Él realmente hubiese resucitado de la tumba. Pero ocho días después el Señor se le apareció a Tomás, le mostró Sus cicatrices y le dijo que dejara de dudar y creyera. Finalmente, listo para abandonar sus dudas, Tomás dijo: «¡Señor mío, y Dios mío!»
¿Será posible que te encuentres en el «tiempo de Tomás»; es un momento en el que te parece difícil sentirte cerca de Jesús, tal vez incluso dudando de Él? Jesús está esperándote. Extiende tu brazo y toma Su mano marcada por los clavos.
Un hijo de Dios siempre es bienvenido a casa.

domingo, 15 de marzo de 2009

PREDICACIÓN DEL HERMANO STEVEN

PREDICACIÓN DEL HERMANO JULIO

LUZ EN EL JARDIN

Marta le había pedido a Juan durante un año que le preparara la tierra para un jardín. Finalmente, él accedió. Prepararon juntos la tierra, mezclándola con los mejores fertilizantes y aditivos para su terreno.

A Marta no le gustaban las flores que habían en el vivero de la zona por lo que le pidió a su esposo que la dejase encargar por catálogo algunas variedades únicas. Eligió entusiasmada cada una, casi todas las plantas muy caras. Va a ser el jardín más lindo de todo el barrio, pensó. Nadie podrá igualar estas bellezas.

Las delicadas plantas llegaron por correo y Marta empezó a trabajar inmediatamente. Plantó y regó, puso fertilizante, observó y esperó. Pero no pasaba nada. Una por una, las hojas se fueron poniendo amarillas y se caían.

Al terminar la primavera, no le quedaba ni una sola planta. Todas se habían marchitado y muerto.

Marta le escribió una carta al vivero que le había enviado las plantas por correo exigiendo que le devolvieran el dinero.

Dos semanas después, recibió la respuesta.

“Señora, su carta indica que usted plantó las flores en una zona de sombra y les dio
los mejores nutrientes disponibles. Sus plantas no crecieron por las siguientes
razones: Las plantó en un lugar equivocado. Usted mandó pedir plantas que
necesitan recibir sol directamente. Aunque se esmeró en preparar el terreno,
estas plantas, sin excepción mueren si no les da el sol. La próxima vez, por favor,
lea las instrucciones antes de encargar las flores para plantar en su jardín.”

Así es nuestra vida. Podemos invertir muchas horas y dinero en embellecernos. Pero si no recibimos al Hijo, nos vamos a marchitar y, finalmente, moriremos. Ningún “aditivo”, por caro que sea, podrá ocupar el lugar de la luz del Hijo en nuestra alma.

2 Pedro 3:18
Antes bien, creced en la graca y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

VEINTE MIL INTOXICADOS

El día amaneció como siempre en el pueblo de Changzhi, en la república de China. Aunque el sol de la mañana estaba cubierto de nubes, se sentía su calor, y su iluminación cubría los campos, las montañas y las casas. Era un día más, gris y común, día de trabajo para los veinte mil habitantes de Changzhi.

La gente, como de costumbre, se levantó temprano y abrió las llaves del agua: unos para el baño de la mañana, otros para beber, otros para preparar el arroz. Era agua clara y limpia que, también como siempre, fluía por las cañerías de la ciudad y salía de las llaves abiertas. Pero ese día algo no andaba bien. El agua venía emponzoñada.

Al hacer la investigación, se descubrió que una planta de fertilizantes, cercana al pueblo, había arrojado al río diecisiete metros cúbicos de químicos venenosos. Veinte mil personas, el número más elevado que registra la historia, fueron gravemente intoxicadas en un solo día y en una sola ciudad.

No hay elemento más necesario que el agua. Sin ella no hay vida. Nadie puede sobrevivir más de tres días, o a lo sumo cuatro, sin agua. Y la falta de agua no sólo provoca sed. También altera el sistema químico y electrolítico del cuerpo, provocando la muerte en forma rápida.

Se necesita agua para todo. El agua buena, pura y sana, es imprescindible para la raza humana.

Por lo general pensamos que el agua que bebemos y usamos cada día es agua pura, no contaminada, sana. Pero ¿qué si de repente esa agua, que bebemos con tanto gusto y tanta confianza, viniera cargada de veneno? Así les pasó a los veinte mil habitantes de Changzhi. Creyeron que bebían agua sana, pero ese día bebieron veneno.

Lo mismo pasa con muchas otras cosas de la vida. Aquello que pensamos que es sano, provechoso y alimenticio puede resultar ser veneno. Así puede ocurrir con literatura que leemos, películas que vemos, filosofías que estudiamos, y hasta religiones que investigamos. El catálogo es largo.

¿Cómo podemos saber que lo que vemos y leemos y aceptamos no es veneno? Hay un solo modo. Es someternos a las leyes morales de la Biblia. Cuando Jesucristo es nuestro Señor, y obedecemos fielmente sus mandatos, podemos estar seguros de que no seremos envenenados.

Sometámonos al señorío de Cristo. Así Él será nuestro guía y protector.

Hermano Pablo.